El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, llegó este domingo a China, convirtiéndose en el funcionario estadounidense de mayor rango que visita Pekín desde que el presidente del país norteamericano, Joe Biden, comenzó su mandato en 2021.
Tras un año de tensiones entre las dos potencias, los expertos se preguntan si la visita de Blinken logrará apaciguar los ánimos y encauzar las relaciones entre ambos países o si por el contrario las desavenencias entre Washington y Pekín han alcanzado un punto de no retorno.
De hecho, el secretario tenía planeado visitar China el pasado febrero, pero el derribo de un supuesto globo espía chino sobre territorio de EEUU provocó que se cancelara la visita en el último momento.
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Este viernes, el portavoz de la Cancillería china Wang Wenbin declaró en rueda de prensa que ambas partes "tratarán cuestiones sobre las que existe una preocupación mutua" y que el país asiático "protegerá firmemente sus propios intereses".
Asimismo, expertos chinos citados por la prensa local vaticinaron en las últimas horas que "la cooperación económica, el conflicto entre Rusia y Ucrania, la cuestión de Taiwán y la preparación de las siguientes reuniones de alto nivel serán los elementos que tendrán prioridad durante la visita de Blinken.
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"La disposición a la comunicación siempre ha existido entre China y Estados Unidos y ambos esperan evitar fallos estratégicos de cálculo, reducir los conflictos y estabilizar las relaciones mediante el diálogo", explicó a CGTN el director del Instituto de Estudios Estadounidenses de la Academia China de Ciencias Sociales, Yuan Zheng.
El experto señaló que, "pese a que las relaciones se vieron gravemente deterioradas tras el incidente del globo", ha habido "síntomas de un deshielo" en los últimos meses y un "mayor compromiso de alto nivel" entre las dos potencias.