El ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, inspeccionó el puesto de mando avanzado de unidades rusas que combaten en Ucrania, en lo que es su primera aparición tras la rebelión armada de 24 horas protagonizada el sábado por los mercenarios del Grupo Wagner.
Durante su visita al Grupo de Fuerzas Occidental "constató la alta eficiencia en la identificación y destrucción de equipos militares y puntos de despliegue del enemigo en las áreas tácticas de la zona de responsabilidad del grupo", señaló el Ministerio de Defensa en un comunicado en su canal de Telegram.
"Shoigu prestó especial atención a la organización de un apoyo integral a las tropas involucradas en la operación militar especial y la creación de condiciones para el despliegue seguro del personal", indicó la institución castrense, que también publicó un vídeo de la visita.
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Defensa señaló que el ministro escuchó un informe del comandante del grupo, coronel general Yevgeni Nikíforov, "sobre la situación actual, la naturaleza de las acciones del enemigo y el desempeño de las misiones de combate por tropas rusas en las principales direcciones tácticas", así como sobre los regimientos de reserva recién formados.
"Los comandantes del Grupo de Fuerzas Occidental tienen la tarea de continuar con el reconocimiento activo para revelar los planes del enemigo con anticipación y evitar su implementación en los acercamientos distantes a la línea de contacto", señaló el ministerio.
Si bien se desconoce la fecha exacta de la visita de Shoigú a la retaguardia rusa en Ucrania, el ministro no había aparecido en público desde el pasado viernes, cuando informó al presidente ruso, Vladímir Putin, en una reunión del Consejo de Seguridad sobre la marcha de la guerra.
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Durante todo el motín organizado por el jefe de Wagner, Yevgueni Prigozhin, -que justificó su sublevación armada precisamente con la falta de liderazgo de Shoigú y del jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, en Ucrania, donde dijo eran culpables de la muerte de unos "100.000 soldados rusos"-, el ministro permaneció en silencio.
La rebelión se frenó tras haber tomado Prigozhin y sus hombres ya la sureña ciudad rusa de Rostov del Don y acercarse en columnas a 200 kilómetros de Moscú.
El acuerdo alcanzado con la mediación del líder bielorruso, Alexandr Lukashenko, implica que el empresario de 62 años y sus mercenarios no serán perseguidos penalmente.
Prigozhin se irá al exilio en Bielorrusia, mientras que los combatientes que no participaron directamente en la sublevación podrán firmar contratos con el Ministerio ruso de Defensa y subordinarse a Shoigú, tal y como éste y Putin habían querido.
El caso penal contra Prigozhin sigue abierto
A pesar de que estaría exiliado en Bielorrusia, el caso penal por organización de rebelión armada contra Yevgueni Prigozhin aún sigue abierto, pese a que el Kremlin había asegurado que el empresario no será perseguido judicialmente y que se irá al exilio en Bielorrusia, según informa el diario Kommersant.
La Fiscalía General de Rusia abrió el caso bajo el artículo 279 del Código Penal ruso el viernes por la noche, cuando Prigozhin y sus hombres anunciaron que habían cruzado desde Ucrania la frontera rusa en la región de Rostov, en el sur, y que habían iniciado una "marcha por la justicia" hacia Moscú tras denunciar un ataque del Ejército ruso contra un campamento de los mercenarios en la retaguardia rusa.
El acuerdo alcanzado con Prigozhin consistía en mandar al empresario al exilio en Bielorrusia a cambio de que se le retiraba el cargo penal, por el que podía ser condenado a entre 12 y 20 años de prisión.