El pasado sábado, 7 de octubre, Hamás lanzó un ataque sin precedentes desde la Franja de Gaza contra Israel, reviviendo el histórico conflicto palestino-israelí y dejando más de mil muertos en ambos bandos. Esta ofensiva ha concluido también con decenas de rehenes y desaparecidos. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró inmediatamente el estado de guerra.
Los protagonistas de este asedio repentino son la milicia palestina Hamás. Su origen es histórico y su presencia en la región no es nueva. Su nombre, de hecho, es un acrónimo de Movimiento de Resistencia Islámica, en árabe. Este grupo paramilitar se declara como yihadista, nacionalista e islamista. El objetivo de la formación de este grupo fue la creación de un Estado Islámico en la región de Palestina, que comprende los actuales Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza, con capital en Jerusalén.
Su fundación fue en el año 1987 por el jeque Ahmed Yasín, bajo el nombre Ala palestina de los Hermanos Musulmanes (otra organización semejante de Egipto). En el año 2004, el líder del grupo moría abatido tras una ofensiva por parte de Israel, en lo que se conoce como "operaciones selectivas". Falleció en el acto tras el lanzamiento de misiles lanzados desde helicópteros de ataque.
Desde su creación, Hamás ha realizado múltiples y continuos ataques contra Israel. En la década de los 90 y principios de los 2000, el grupo palestino mató a decenas de israelíes mediante autobuses bomba, consiguiendo cada vez más autoridad y relevancia. La organización comenzó a crear clínicas y escuelas para los palestinos necesitados y empezó a involucrarse más en la política palestina, sobre todo, después de que Israel retirara sus tropas de Gaza. Así se ganó simpatías de muchos ciudadanos.
En 2006, Hamás ganó las elecciones parlamentarias y en 2007, el grupo se hizo con el control de Gaza. Desde entonces, el conflicto con Israel no ha cesado, protagonizando ambos bandos diversos enfrentamientos. Israel considera a Hamás como responsable de todos los ataques que salen de Gaza, mientras que tratan de bloquear la Franja para que el grupo paramilitar frene sus envites contra Israel.
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Sin embargo, el ataque también tiene algo de paradójico: es una respuesta violenta -como otras, pero mucho más virulenta- de un grupo que acunó Israel. Hamás surgió como organización política y militar en 1987, durante la primera 'Intifada', esa rebelión palestina contra Israel. Lo hizo como alternativa a la supremacía de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), del líder Yasser Arafat.
Y, según las declaraciones de algunos mandatarios de entonces, Israel apoyó a esta organización a través de fondos o formación: les permitieron desarrollar la Universidad Islámica de Gaza y de allí salieron muchos dirigentes de Hamás y especialistas en la fabricación de explosivos y armamento. Ese respaldo duró hasta 1989, cuando la organización asesinó a dos soldados israelíes. Ese ataque les sirvió para deportar a 400 miembros a Líbano. Y de ese movimiento erróneo a establecer contacto con Hezbolá, también relacionado con Irán y con quienes, supuestamente, han colaborado para la matanza de este sábado.
Hamás, a diferencia de la OLP, centraba su lucha en la recuperación de los territorios perdidos durante la ocupación de franceses e ingleses a finales del siglo XIX y cedidos después a organizaciones sionistas para la formación del Estado de Israel. Este grupo siempre ha sido activamente fundamentalista y ha defendido el terrorismo para alcanzar los objetivos de su concepción fanática del Islam, tanto en Palestina como en el resto del mundo.
De hecho, calificaron de traidor a Arafat tras los históricos acuerdos con Isaac Rabin y siguió con su lucha armada al margen de la propia Autoridad Nacional Palestina, a la que no reconoció durante más de una década. Estados Unidos y la Unión Europea, entre muchos otros países, incluyeron a Hamás en su listado de organizaciones terroristas, aunque la decisión de la Unión Europea está aún bajo evaluación judicial.
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Desde el año 2007, Israel y Egipto han sometido a bloqueo al territorio de Gaza, lo cual ha empobrecido la Franja y ha dificultado notablemente el acceso de sus habitantes a suministros básicos como alimentos, medicinas o material de construcción. El ataque de Hamás se produce después de un recrudecimiento en los últimos meses en los enfrentamientos en la zona. Casi 200 palestinos han perdido este año la vida en incursiones israelíes. El Gobierno del país, encabezado por Netanyahu, ha justificado habitualmente las muertes asegurando que la mayoría afectan a terroristas.
Este lunes, como consecuencias de los ataques, al menos 50 personas han muerto en nuevos bombardeos de Israel contra dos campamentos de refugiados palestinos en la Franja de Gaza. Un corresponsal de la agencia palestina de noticias WAFA ha indicado que aviones israelíes han bombardeado un mercado y una mezquita en Al-Shati y Jabalia, situados en el norte del enclave palestino, causando graves daños materiales en la zona.