Enviado especial a Estrasburgo

A pesar de que los grupos habían pactado no presentar enmiendas, después de negociar "hasta la extenuación y la madrugada" un texto que era "muy sensible", este jueves la votación de la resolución "contra los despreciables atentados de Hamás" sólo llegó después de más de 40 minutos votando noabstención a casi un centenar de retoques al texto.

No salió adelante más que una: la que pedía una "pausa humanitaria" en la guerra desatada tras el ataque del sábado 7 de octubre... y esas dos palabras a punto estuvieron de provocar el "fracaso total de la UE".

Pero no. El Parlamento Europeo, finalmente, aprobó, casi por unanimidad, la condena "en los términos más enérgicos posibles" de "los despreciables ataques terroristas del grupo terrorista Hamás contra Israel", expresó su "apoyo al Estado de Israel y a su pueblo" y reiteró "la necesidad de eliminar la organización terrorista Hamás".

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Según Tono López-Istúriz, el presidente de la delegación de la Eurocámara para las Relaciones con Israel, la Unión Europea se jugaba este jueves, "caminando sobre el alambre", el fracaso absoluto o un éxito importante. Sobre todo, después de la imagen de ruptura en la Comisión y de ésta con el Consejo de la semana pasada.

"La votación ha sido abrumadora, y somos los representantes del pueblo europeo", recuerda López-Istúriz en declaraciones a este periódico. De 545 votos emitidos, 500 fueron a favor, 21 en contra y 24 abstenciones.

"Los extremos querían hacer caer la resolución, sobre todo La Izquierda, el grupo de Podemos, pero han funcionado las mayorías, hemos rechazado sus quimeras todos juntos, y hemos salvado una resolución... además de la imagen de la UE".

"Donde toca"

Eso es lo que iba entre que el texto no saliera adelante o que sí lo hiciera: que la Unión estuviera, o no, "donde toca en la Historia", que es con el único aliado y la única democracia que hay en Oriente Próximo, que ha sido atacada "salvajemente" por "unos terroristas totalitarios y teocráticos".

Y es que no había medias tintas: el acuerdo cerrado el martes entre populares, socialistas, liberales y verdes "no gustaba del todo a nadie, pero es equilibrado, ecuánime y claro". Se pactó incluso no tocarlo, ni presentar ellos ni aceptar enmiendas de los demás grupos. De hecho, La Izquierda ni siquiera había participado en las negociaciones.

Tono López-Istúriz, eurodiputado y presidente de la Delegación de relaciones con Israel del Parlamento Europeo. E.E.

Pero era tan frágil -en una toma de posición sobre un conflicto "que despierta muchas emociones encontradas", en palabras del ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, durante el debate del miércoles- que cualquier enmienda aceptada después del pacto iba a hacer caer el texto completo.

Finalmente, sí se introdujo, con gran bronca, una enmienda oral a última hora. Saltándose el acuerdo, los Verdes habían tratado, en la noche del miércoles, de que el texto reclamara un "alto el fuego", en el punto 10 de la resolución, el que pide una "desescalada de la tensión y el pleno respeto del derecho internacional humanitario".

Los liberales estaban de acuerdo, pero eso habría hecho decaer el voto de los populares, "porque no podemos pedir la eliminación de Hamás si no apoyamos las acciones militares que eso implica". Finalmente, se halló la solución mediante una fórmula "bonita en las palabras" aunque poco práctica. Es decir, politiquera, digna de la burbuja bruselense, que cada mes se traslada a Estrasburgo: "Pausa humanitaria".

La negociadora de Renew (liberales), la belga Hilde Vautmans, interrumpió dos veces la votación para proponerla, con el argumento de "no es algo que se pueda rechazar", ya que se propone "para hacer llegar ayuda a la población civil palestina en Gaza", utilizada como escudo humano por los terroristas.

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La primera fue rechazada, porque trataba de colarla en una enmienda de La Izquierda, y con tremenda sorpresa, los otros grupos mayoritarios se opusieron de plano. La segunda, provocó un revuelo y hasta la interrupción de la votación, "porque se nos iban los conservadores de ECR, y entonces no sería una resolución de consenso... y habríamos fracasado", explica el eurodiputado español.

Legitimidad

La clave era que "este texto no pretendía hablar del eterno conflicto, no buscaba resolverlo ni plantear una posición propia o nueva de la UE ante la geopolítica de Oriente Próximo, sino simplemente decir claramente que Europa condena y desprecia a los terroristas, y ampara y apoya a las democracias que los sufren y combaten", zanja López-Istúriz. "Y por suerte, lo hemos logrado".

Eso sí, la resolución no es inocua. Es cierto que la Eurocámara no tiene poder político, pero sí moral: representa por voto directo a los 450 millones de habitantes de la UE, agrupados por sus ideologías, y eso da una legitimidad a sus posiciones.

Por eso, el texto sí que se mete, para no ser papel mojado, en los asuntos más de fondo: recuerda la "necesidad de encontrar una solución pacífica al conflicto", destaca que "atacar a civiles e infraestructuras civiles [...] es una violación grave del Derecho internacional".

Pero también condena a Irán "y a su 'proxy' Hezbolá", reclama una "investigación del papel que otros Estados como Qatar o Rusia" hayan tenido en el ataque... y pide a la Comisión y al Consejo a "iniciar rápidamente medidas de reducción de tensiones destinadas a evitar una posible escalada de la violencia".