
El nuevo primer ministro canadiense, Mark Carney, ofrece un discurso este viernes. EFE
Mark Carney toma posesión como primer ministro de Canadá: "Nunca seremos parte de los Estados Unidos"
El nuevo premier, que se enfrentará a las urnas en el corto plazo, ha de erigirse como el garante de la estabilidad económica canadiense en medio de las amenazas comerciales y soberanistas que llegan desde Washington
Más información: Mark Carney, un solvente economista para que Canadá sobreviva a la tormenta arancelaria de Donald Trump
El nuevo primer ministro de Canadá, Mark Carney, ha jurado formalmente su cargo este viernes dando por concluida la etapa de Justin Trudeau. El economista, de 59 años, deberá enfrentarse desde el primer día a la amenaza de guerra comercial y las amenazas a la soberanía canadiense del mandatario estadounidense, Donald Trump.
Tras su nombramiento como nuevo líder del Partido Liberal el pasado domingo, Carney aseguró que estaba listo para reunirse con Trump cuando este "respetase" la soberanía de Canadá y que el país norteamericano mantendría sus aranceles contra Washington hasta nuevo aviso.
Aunque este viernes ha ofrecido un discurso en el que ha tendido la mano a Trump al indicar que "entiende sus políticas" y que trabajarán "por el bien de ambos países", ha sido rotundo al afirmar que Canadá "nunca será parte de Estados Unidos porque son países muy diferentes".

Reuters
Sin experiencia política, sus años como gobernador del Banco de Canadá (2008-2013) y el de Inglaterra (2013-2018) le valieron para granjearse el apoyo de la militancia por delante de Chrystia Freeland, candidata continuista y figura clave del gobierno de Trudeau hasta su dimisión.
Su primera decisión como premier ha sido reducir el número de carteras ministeriales y sustituir al ministro de Finanzas, Dominic LeBlanc, por el hasta ahora ministro de Innovación, François-Philippe Champagne.
Desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, su relación con Canadá ha sido compleja. En primer lugar, desafió la soberanía canadiense nada más llegar la Casa Blanca al afirmar que el país norteamericano debería convertirse en el estado número 51 de EEUU.
Después, ha vivido un constante tira y afloja con los aranceles a las importaciones canadienses, imponiendo y retirando tarifas según el día y la semana, sin dar tiempo a que estas entren en vigor en muchas ocasiones.
Donald Trump impuso un arancel del 25% a las importaciones canadienses desde el pasado 4 de marzo, aunque dos días después suspendió las tarifas sobre los principales bienes incluidos en el tratado T-MEC hasta el 2 de abril.
Canadá ha ido respondiendo con aranceles similares y amenazó con crear un nuevo impuesto del 25% sobre la electricidad que vende a Washington. Esto llevó a Trump a anunciar que elevaría del 25% al 50% el pasado martes los aranceles existentes.
Ontario cedió y retiró su amenaza sobre la electricidad, y Trump deshizo su aumento. Ante este contexto de inestabilidad y batalla dialéctica constante, Mark Carney es el hombre sobre el que recae la salud de la economía canadiense.
De vocación centrista, rígido en su disciplina de gasto y con la promesa de revitalizar la maltrecha economía canadiense y la dificultad de acceso a la vivienda en el país, Carney deberá lidiar con Donald Trump y potenciar su popularidad de cara a las elecciones federales que Canadá ha de celebrar, como mucho, en los próximos meses.
Su experiencia a la hora de gestionar crisis y sus conocimientos económicos le valieron el apodo de "estrella de rock de la banca" y son hoy sus principales argumentos políticos, sobre todo si se tiene en cuenta que su llegada al poder coincide con un contexto en el que Canadá se enfrenta a la amenaza de una guerra comercial con EEUU.
Experiencia en el Banco de Inglaterra
Carney cuenta con una brillante trayectoria académica en las universidades de Harvard y Oxford, donde se especializó en economía. También trabajó trece años en diversas sedes de Goldman Sachs, como Tokio, Londres o Nueva York.
En 2008 fue nombrado gobernador del Banco de Canadá, donde desempeñó un destacado papel durante la crisis financiera que sacudió al mundo durante años. En 2013, su buena gestión le valió para convertirse en el primer gobernador extranjero del Banco de Inglaterra, donde permaneció hasta 2018.
Durante su etapa en un Reino Unido sumido en el debate del brexit, advirtió sobre los riesgos de salir de la UE y provocó las críticas de los conservadores británicos, que lo acusaron de "politizar" una institución independiente como la banca estatal. No obstante, tras la victoria del "sí" en el referéndum del brexit, las decisiones de Carney fueron clave para evitar que la economía británica entrase en recesión durante los meses inmediatos a la salida del espacio comunitario.
Elecciones
El Partido Liberal gobierna en minoría y la intención de la oposición es acelerar el proceso para celebrar elecciones, algo que podria suceder en los próximos meses, o incluso, semanas si el sucesor de Trudeau decide adelantar los comicios.
Carney no tiene experiencia en política, uno de sus grandes debes, y no cuenta con escaño en el Parlamento, por lo que dejó caer en campaña que no tardaría en llamar a las urnas en caso de ser elegido.
La amenaza de guerra comercial con Trump podría ser una coyuntura explotada por el nuevo primer ministro para erigirse como el líder necesario para aportar estabilidad y confianza en un momento de turbulencias.