
Esta abuela sevillana revela cómo hacer este dulce.
El secreto de mi abuela Paqui para que las torrijas queden de diez en Semana Santa: "Mis pequeños truquitos"
Esta abuela sevillana trae el truco imprescindible para que este dulce típico queden de rechupete en Cuaresma.
Más información: Ricardo Núñez, propietario de Casa Ricardo: “Un rito que marca el inicio de la espera de la Semana Santa"
Si preguntásemos por el dulce más conocido durante la Cuaresma está claro que no hay dudas en su respuesta. Y es que en Sevilla las torrijas son un manjar de vigilia que no se puede dejar pasar.
Los escaparates de todas las pastelerías de la ciudad se inundan con sus bandejas, convirtiéndose en un símbolo clave de la ciudad. Sin embargo, cuando llega la hora de ponerse frente a sus propios fogones, no todos tienen claro como replicar esta tradicional receta sevillana.
Es por ello que no lo he dudado y he preguntado a mi abuela Paqui para que nos confiese su mejor secreto, ya que si algo le gusta en la vida "es compartir y por eso hoy os traigo la receta con la que endulzo a mi familia en todas las Cuaresmas".
Ingredientes esenciales
- Una barra de pan (del día anterior)
- 1 litro de leche
- Cáscara de limón y de naranja
- Canela en polvo
- Vainilla
- Anís seco
- Aceite de oliva
- Azúcar o miel
Para conseguir unas buenas torrijas sevillanas lo primero es coger "una barra de pan del día anterior" y cortarla en "rebanás de dos dedos de ancho" que se colocarán en una fuente honda y larga.
Mientras tanto, en una olla al fuego, se calienta un litro de leche con una cáscara de naranja, otra de limón y una cucharadita de canela en polvo (según el gusto de cada uno). Además, "para darle más sabor, yo añado mis pequeños truquitos: una cucharada de vainilla y una copita de anís seco". Finalmente, se incorpora el azúcar al gusto.

Torrijas tradicionales.
Es importante remover constantemente la mezcla sin que llegue a hervir. Cuando todos los ingredientes estén bien disueltos, se retira del fuego antes de que comience a ebullir, se deja enfriar un poco y, con un cazo, se vierte un cucharón de leche sobre cada torrija. Se deja que absorba bien el líquido y, si es necesario, se repite el proceso por el otro lado.
Una vez frías, se calienta suficiente aceite de oliva en un perol para que cubra completamente las torrijas al freírlas.
Mientras el aceite se calienta, se baten dos huevos en un plato. Cuando el aceite esté en su punto, "pero no demasiado caliente, para evitar que se quemen", se mojan las torrijas en el huevo batido y se fríen, "dándoles vuelta y vuelta" hasta que queden doradas. Se sacan y se colocan en un plato.
Para el toque final, si te gustan con azúcar, mézclala con canela en un plato y reboza las torrijas en esta combinación. Si en cambio prefieres una versión más dulce, puedes bañarlas con miel disuelta en agua, "haciéndolas más jugositas".

Torrijas bañadas en miel.
Aunque parece muy elaborada, esta receta solo te quitará "una horita" de tu día, pero es importante recordar que "hay que hacerla tranquila, y con mucho cariño".
Sin embargo, "para los más prisillas", la abuela Paqui trae una versión mucho más sencilla.
Si tienes prisa y quieres algo rápido, empapa el pan en leche fría con un par de cucharadas de café soluble disuelto. Luego, fríe las torrijas en aceite y, al sacarlas, espolvorea azúcar morena por encima y ya estarán listas para comer.
Disfrútalas con café, infusión o leche por la mañana. "También puedes acompañarlas con helado o un yogur de frutas" para darles un toque extra de sabor.