Tropas senegalesas integradas en el contingente de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) han entrado en Gambia para expulsar al presidente saliente, Yahya Jammeh, que se niega a ceder el poder en Banjul, según fuentes militares.
La operación militar ha comenzado poco después de que el Consejo de Seguridad de la ONU haya aprobado una resolución que respalda las gestiones de la CEDEAO para lograr que Jammeh entregue el poder, hecha pública instantes después de la toma de posesión de Adama Barrow como nuevo presidente en un acto celebrado en la Embajada de Gambia en Dakar.
La ONU reiteró su llamamiento a Jammeh para que transfiera el poder hoy mismo y expresó su "total apoyo" a las acciones de la CEDEAO, aunque sin aludir en concreto a la posibilidad de una intervención militar para forzar la salida del mandatario.
La organización regional, que agrupa a 15 países de la zona y que ha tratado de mediar en la crisis, tenía desplegados desde hace días en la frontera gambiana efectivos de Nigeria, Ghana, Mali, Togo y Senegal.
La resolución del Consejo de Seguridad no hace mención concreta a esa posible acción armada, pero llama a todos los países de la zona y a las organizaciones regionales a "cooperar con el presidente Barrow en sus esfuerzos para lograr la transferencia del poder".
Momentos antes, durante su toma de posesión, Barrow ordenaba al Ejército de su país que le mostrara lealtad y no ofreciera resistencia ante la inminente intervención de la coalición militar regional.
La CEDEAO dio a Jammeh un ultimátum que expiraba en la medianoche del miércoles para que se marchase antes de iniciar su intervención militar, aunque el bloque regional finalmente retrasó la entrada de sus tropas para dar una oportunidad a la mediación del presidente de Mauritania, Mohamed Uld Abdelaziz.
Sin embargo, el mandatario tampoco logró convencer a Jammeh para que cediera el mando, por lo que durante la jornada de hoy la CEDEAO ha esperado a obtener el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU para lanzar su intervención.
Tras aceptar su derrota en los comicios el pasado 2 de diciembre, Jammeh dio marcha atrás para impugnar los resultados ante supuestos fallos en el recuento de los votos.
Desde entonces, la Unión Africana, la ONU y la comunidad internacional han pedido a Jammeh, en el poder desde hace 22 años, que se retire y acepte el veredicto de las urnas que refleja la voluntad del pueblo gambiano.