Angola ha puesto fin a 38 años de Gobierno de José Eduardo dos Santos con unas elecciones marcadas por la renuncia del longevo mandatario y la urgencia de encontrar un nuevo líder ante la grave crisis económica y social que atraviesa una de las grandes potencias petroleras del mundo.
Más de nueve millones de ciudadanos estaban llamados participar en una histórica votación que debería marcar el comienzo de una nueva etapa en este país que, a pesar de ser el segundo productor de crudo de África, figura entre los últimos puestos del Índice de Desarrollo Humano.
La jornada electoral comenzó a las siete de la mañana bajo la mirada de 1.200 observadores internacionales que velan por la transparencia del proceso.
El Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), partido de Dos Santos y del favorito a sucederle, el actual ministro de Justicia, João Lourenço, pidió a los ciudadanos civismo "antes y después de la votación".
Votación con normalidad
Esa fue la tónica de una jornada que, según la Comisión Electoral, transcurrió con normalidad y sin incidentes significativos hasta el cierre de las urnas, a las 18.00, hora local (17.00 GMT).
Sin embargo, según reconoció la propia Comisión, hubo muchas reclamaciones por parte de ciudadanos a quienes se les han asignado centros de votación a una significativa distancia de sus poblaciones, centenares de kilómetros en algunos casos.
En algunas zonas del país, como la provincia de Maje, han solventado este obstáculo gracias a la iniciativa de la asociación regional de taxistas, que ha puesto cien vehículos de 14 plazas a disposición de los votantes para que se desplacen a los colegios electorales de forma gratuita.
"No hay distancias para el elector", señalaba el lema de la campaña de la asociación de transporte.
Dos Santos ha votado por la mañana
A primera hora de la mañana se produjo uno de los momentos más esperados de la jornada: la última votación de Dos Santos como jefe de Estado.
Fue en el centro de votación del distrito de Ingombota, en Luanda, alejado, por primera vez del colegio de Cidade Alta, donde se encuentra el palacio presidencial.
Acompañado de su esposa, el mandatario saliente, a sus 74 años el segundo más longevo de África, depositó su voto para contribuir a la elección de un sucesor, dejando atrás casi cuatro décadas de duro Gobierno con una guerra civil de 27 años incluida (1975-2002).
Dos Santos finaliza su mandato entre continuos rumores sobre su estado de salud, que han aumentado recientemente por la frecuencia de sus visitas médicas a España.
El presidente que le releve, tendrá que hacer frente a un país lastrado por el conflicto bélico (hubo cerca de un millón de muertos) y encallado desde 2013 por la bajada de los precios del petróleo, en cuya producción se basa, casi exclusivamente, su economía.
Según anticipan las encuestas, este presidente será Lourenço, cuya mayor promesa es diversificar la economía para reactivarla y cuyo primer objetivo es demostrar que no es un títere de Dos Santos gobernando desde la sombra.
Respeto por los resultados
La Unión Nacional para la Total Independencia de Angola (UNITA) y su líder, Isaias Samakuva, siguen siendo el principal adversario del régimen continuista, pero sus posibilidades parecen exiguas.
Mientras tanto, el presidente del Tribunal Constitucional, Rui Ferreira, ha pedido a los candidatos que respeten el resultado de las elecciones como voluntad de los ciudadanos.
En previsión a posibles recursos, Ferreira avanzó que el Tribunal cuenta con los medios necesarios para responder "con celeridad" a cualquier reclamación.
Mañana podrían empezar a conocerse los resultados provisionales, aunque la Comisión Electoral tiene de plazo hasta el 6 de septiembre para anunciar el recuento definitivo.