El Congreso Nacional Africano (CNA), partido gobernante en Sudáfrica, ha decidido destituir al presidente Jacob Zuma como jefe del Estado, según ha confirmado una fuente de este partido a la agencia Reuters después de una reunión que se ha prolongado durante más de 13 horas.
Desde que su 'número dos', Cyril Ramaphosa, fuera elegido como líder del partido en diciembre, Zuma ha tenido que hacer frente a los constantes llamamientos dentro de su formación para poner fin a su segundo mandato (que debía terminar a mediados de 2019) debido a los escándalos que le iban acorralando.
A puerta cerrada y con todo un país expectante, el CNA, gobernante en Sudáfrica desde el fin del apartheid, ha discutido la salida de la presidencia del que era hasta hace poco su líder, Jacob Zuma, algo que finalmente se ha producido tras más de 13 horas de deliberaciones.
Los dirigentes del antiguo movimiento de liberación, encabezados por el vicepresidente del Gobierno y actual presidente del CNA, Cyril Ramaphosa, se congregaron en Pretoria desde poco después del mediodía, bajo la promesa de zanjar definitivamente esta crisis nacida del rechazo que genera la figura de Zuma, acosado por graves escándalos de corrupción.
En el CNA empezaron a soplar vientos de cambio desde que Ramaphosa accedió a la cabecera del partido, en diciembre pasado, si bien lo ajustado de su victoria hacía difícil predecir un cambio de rumbo tan brusco para la formación en cuestión de pocas semanas.
En su campaña hacia el poder, el vicepresidente habló abiertamente de la necesidad de ser implacables con la corrupción y de revitalizar la maltrecha economía sudafricana.
"Aquellos que son corruptos, que roban a los pobres, serán llevados ante la Justicia", reiteró públicamente Ramaphosa este domingo, lo que se leyó como una referencia directa a las negociaciones que ha estado manteniendo en privado con el jefe de Estado.
Zuma está salpicado por numerosas acusaciones, incluidos casi 800 cargos por corrupción relativos a contratos de armas de finales de los años noventa o investigaciones por haber usado el Estado para favorecer a empresarios afines con concesiones públicas millonarias.
El comité ejecutivo del partido tiene la autoridad para ordenar el cese de Zuma como jefe del Estado, pese a las especulaciones de los medios locales que indican que el hasta ahora presidente todavía podría negarse.
Los esfuerzos de la cúpula se han centrado en lograr una dimisión negociada para evitar profundizar las divisiones internas.
De acuerdo a los medios locales, las negociaciones entre Zuma y Ramaphosa han abordado contrapartidas como los costes de su defensa en futuros procesos legales o garantizar protección para su familia.
Las reglas internas de la formación establecen que todos los miembros del partido deben someterse a la voluntad de éste.