Mohamed VI usa a 1.500 menores en la 'Marcha Verde' del siglo XXI desplegada en Ceuta
Marruecos y España viven su peor crisis diplomática de los últimos 20 años provocada por la llegada de más de 8.000 personas a Ceuta en apenas 24 horas. Es la particular 'Marcha Verde' orquestada por Mohamed VI.
19 mayo, 2021 04:21Noticias relacionadas
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La Marcha Verde tuvo lugar hace 46 años. En aquella ocasión, un sagaz Hassan II alentó al pueblo marroquí a llevar a cabo una marcha "pacífica" para recuperar el Sáhara. El rey de Marruecos aprovechó el ocaso del dictador Franco y la incertidumbre que se cernía sobre el futuro político de España para llevar a cabo su golpe maestro.
El movimiento estratégico le salió a pedir de boca. España abandonó el territorio y Marruecos y Mauritania lo invadieron y se apropiaron cada uno de una parte. Por su parte, el Frente Polisario, que luchaba por la independencia de la colonia, se quedó sin nada y sigue manteniendo a día de hoy sus demandas en guerra con Rabat. Sin embargo, para el derecho internacional, nuestro país sigue siendo el administrador del Sáhara Occiental, un área que ha generado y genera insoportables quebraderos de cabeza a los distintos gobiernos españoles.
Hoy el rey de Marruecos es Mohamed VI, hijo de Hassan II. El monarca alauí acaba de ejecutar una maniobra similar a la que entonces realizó su padre, aunque mucho más burda. Desde Rabat ha dado la orden de levantar la mano en el control de la frontera con Ceuta y eso ha provocado una avalancha de más de 8.000 inmigrantes que han alcanzado las costas de la ciudad autónoma en poco más de 24 horas.
Sin embargo, a diferencia de su progenitor, Mohamed VI no ha tenido ningún reparo en que entre esas 8.000 personas se hayan 'colado' 1.500 menores de edad, que es el dato oficial que maneja el Ministerio del Interior español. En 1975, en la Marcha Verde, todos los participantes eran mayores de 18 años. Hoy en Ceuta no hay distingos.
"Hay que hacer las correspondientes pruebas para determinar su edad. Aplicaremos la ley y protegeremos a estos menores con la aplicación de la normativa internacional", explicaba este lunes en una comparecencia ante los medios el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Desde Amnistía Internacional señalan que "nos preocupan especialmente los menores y adolescentes" y recuerdan "que debe primar el interés superior del menor y, por lo tanto, el Gobierno debe buscar la mejor solución para ellos".
La situación de los menores es algo que está aprovechando Vox para mover a sus huestes. El líder de la formación de ultraderecha, Santiago Abascal, no dudó en publicar un mensaje en su perfil oficial de Twitter este lunes a las 20.27 de la tarde, cuando acababa de desatarse la crisis migratoria, para poner el foco directamente en los menores. Estas fueron sus palabras (las reproducimos a continuación porque la red social ha ocultado el mensaje pero no lo ha borrado por su interés público):
"Esta invasión de MENAs es el resultado del consenso progre de políticos, periodistas y poderosos, que nos demonizan por denunciarla. El problema es que las consecuencias no las pagan los culpables sino todos los españoles, con la ruina y la inseguridad".
Un análisis simplista en el que se obvia que la mayoría de quienes cruzaron a nado o a pie la frontera son personas adultas. Un mensaje que va en consonancia con el polémico cartel de campaña que utilizaron para las elecciones del 4-M a la Comunidad de Madrid.
Más allá de la polémica de los menores, que efectivamente están siendo utilizados por Rabat en este conflicto, lo cierto es que España y Marruecos han entrado en su peor crisis diplomática de los últimos 20 años.
Una situación de tal tensión entre Rabat y Madrid no se vivía desde 2007, cuando el reino alauí llamó a consultas a su entonces embajador, Omar Azziman, en protesta por el anuncio de la visita de los Reyes de España a Ceuta y Melilla. Pero aquél enfrentamiento no duró mucho y habría que remontarse a la famosa "crisis de la isla de Perejil" de 2002 para encontrar un ambiente tan enrarecido.
Interior informaba este martes por la tarde de que va a aumentar la presencia de agentes y medios de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en Ceuta. Además de un refuerzo de 200 efectivos, va a desplegar otros 50 agentes de la Guardia Civil, y 150 agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) están en alerta por si fuese necesario su traslado y despliegue en la ciudad autónoma.
A las fuerzas de seguridad hay que sumar el Ejército que se ha desplegado para proteger la frontera con Marruecos y, aunque el Ministerio de Defensa no da cifras, fuentes militares apuntan que hay destinados alrededor de 3.000 efectivos.
Al otro lado de la frontera, cientos de personas, en su gran mayoría marroquíes, seguían agolpados este martes frente la valla de Castillejos con la intención de llegar a Ceuta.
La avalancha de inmigrantes en las costas de la ciudad autónoma se ha convertido en la particular 'Marcha Verde' orquestada por Mohamed VI y ha provocado la llamada a consultas por parte de Rabat de su embajadora en Madrid, Karima Benyaich.
Fuentes diplomáticas marroquíes confirmaron a EL ESPAÑOL esta llamada a consultas sin dar más detalles, por lo que se desconoce si tendrá un plazo preciso o la fecha de su retorno a Madrid queda abierta.
Benyaich había sido llamada poco antes a la sede del ministerio de Exteriores en Madrid, donde la ministra Arancha González-Laya le expresó su "rechazo" y "disgusto" por la entrada masiva de migrantes a Ceuta y le recordó que el control de fronteras "ha sido y debe seguir siendo" una cuestión de corresponsabilidad entre los dos países.
Ceuta, anhelo marroquí
Ninguna fuente en Marruecos ha dado desde el lunes explicaciones sobre la avalancha de inmigrantes en Ceuta, inédita en la historia de España. Como ha contado este periódico en varias ocasiones, el conflicto en las ciudades autónomas lleva gestándose meses. Mohamed VI ha aprovechado la crisis económico sanitaria de la Covid-19 y la debilidad del Gobierno de Pedro Sánchez para acelerar un plan diseñado con antelación.
En marzo de 2020 anunció el cierre de las fronteras terrerestres con Ceuta y Melilla alegando como razón oficial la necesidad de combatir la pandemia de coronavirus. Pero el motivo de fondo y extraoficial no es otro que el intento de ahogar la economía de ambas ciudades y poder anexionarlas tarde o temprano.
Desde el reino alauita reclaman desde hace décadas la soberanía de todas las posesiones españolas en el norte de África: Ceuta, Melilla y un conjunto de rocas y promontorios situados frente a la costa marroquí.
En un documento confidencial al que tuvo acceso este periódico el año pasado se detallaba que Marruecos, dentro de su estrategia de política exterior, lleva "aproximadamente dos años" intentando asfixiar las economías de Ceuta y Melilla, tal y como informaba Andros Lozano.
Por eso en marzo de 2020, la pandemia se convirtió en la excusa perfecta para cerrar ambas fronteras. El objetivo último sería el de hacerse con ambos territorios. "Marruecos sigue con su campaña de aumentar la presión diplomática sobre las ciudades de Ceuta y Melilla, sin dudar en plantear amenazas y futuros litigios", señalaba el documento.
El 'factor Ghali'
Uno de esos "futuros litigios" mencionado en aquel documento es esta llegada masiva de inmigrantes, motivada por la entrada y hospitalización en España del secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali, ingresado por coronavirus desde hace semanas en un hospital de Logroño.
El malestar de Marruecos ha ido in crescendo ante las "razones humanitarias" invocadas por España para aceptar la presencia de Ghali: primero fue una convocatoria del embajador y luego vinieron dos comunicados inusualmente duros con España, el último de ellos el 8 de mayo advirtiendo a Madrid de que no debía "minimizar" las consecuencias de haber acogido a Ghali.
En una entrevista con Efe por esa misma fecha, el ministro de Exteriores Naser Burita recordó a España que las relaciones bilaterales no pueden ser "a la carta", óptimas en ámbitos como la emigración y el terrorismo y opacas en lo referente al tema del Sáhara. "¿Quiere España sacrificar su relación con Marruecos por el caso Ghali?", se preguntó Burita.
Marruecos también ha insistido estas últimas semanas en que la Justicia española debe actuar ante las denuncias presentadas contra Ghali por "genocidio" y "torturas", además de otro caso de presunta violación, pero este martes el juez Santiago Pedraz, encargado del caso, rechazó imponer medidas cautelares contra él, por lo que podría salir del país.
Una situación de tal tensión entre Rabat y Madrid no se vivía desde 2007. No está claro si la visita excepcional del presidente Pedro Sánchez a Ceuta, que irá seguida por otra a Melilla, creará también algún malestar en Rabat.
Sensación de inseguridad
En la tarde del martes cientos de personas, en su gran mayoría marroquíes, seguían agolpados frente la valla de Castillejos con la intención de llegar a Ceuta, como hicieron en horas previas otras 8.000 que lograron pasar sin ninguna dificultad, aunque la mitad ya han sido devueltos a Marruecos.
Según pudo comprobar Efe, la actitud de la policía marroquí (apoyada por las fuerzas auxiliares) es cambiante: unas veces permiten a los inmigrantes pasar y atravesar el vallado metálico, por abajo o por arriba, mientras que otras tratan de impedirles acercarse, pero se ven superados por la multitud.
La situación también está generando una sensación de inseguridad entre los habitantes de Ceuta, razón por la cual muchos alumnos no han acudido a clase y muchos comercios, sobre todo del centro de la ciudad, han optado por permanecer con sus persianas bajadas durante una jornada en la que un buen número de menores migrantes han estado deambulando por las calles de la ciudad autónoma.
Marruecos ha dado un paso más en su estrategia y no ha tenido el menor reparo en mirar hacia otro lado al permitir el paso de menores de edad en estas avalanchas migratorias, en esta 'Marcha Verde' del siglo XXI contada no sólo en los periódicos sino minuto a minuto en las redes sociales, donde algunas imágenes sí se corresponden con lo ocurrido pero algunas otras son de tiempos pasados.
Rabat aprovecha de esta forma todas las armas a su alcance. Enseña los colmillos al Gobierno de España y juega, al mismo tiempo, con vidas humanas, con la información y la desinformación.