Varias personas disfrazadas para Boujloud festejan en la ciudad marroquí de Dcheira, al sur de Agadir.

Varias personas disfrazadas para Boujloud festejan en la ciudad marroquí de Dcheira, al sur de Agadir. Instagram

África

Boujloud, la fiesta pagana que divide Marruecos: los islamistas piden prohibirlo por "politeísta y satánico"

La fiesta del 'padre de las pieles', que se celebra los tres días siguientes de la Fiesta del Cordero, ha suscitado un debate nacional este año.

1 julio, 2024 03:31

Desde fuera, parece una fiesta modesta. Un carnaval de capital de provincia española que consigue congregar en sus calles a un centenar de personas. Un poco terrorífico, sí, pero no más que cualquier celebración de Halloween o Samaín. Sin embargo, en Marruecos el Boujloud se vive como una celebración controvertida que, este año, ha copado las portadas de la prensa nacional y ha terminado por dividir la opinión pública.

El 'padre de las pieles' (así se traduce al castellano la palabra árabe boujloud) o, en tamazight, Bilmawín ('el de muchas caras') es el festival por excelencia de los chleuh. Este pueblo bereber vive en las regiones del Sus y el Anti-Atlas del sur de Marruecos, en ciudades como Agadir y en pueblos como Dcheira o Inezgán. Los chleuh celebran el Boujloud los tres días después del Íd al-Adha (o Fiesta del Cordero), y también durante Ashura. Durante el festejo, los hombres se visten con las pieles de ovejas y cabras, se colocan sus cuernos sobre la cabeza y se pintan la cara. En esas galas, desfilan por las calles, bailan y, a veces, amenazan con golpear a los espectadores a cambio de dinero que luego se dona a la beneficiencia.

¿Por qué esta simpática tradición ha suscitado tanta polémica? En Marruecos, muchos ven en ella un lobo con piel de cordero. En el sector islamista del país, que conforma la mayoría parlamentaria en Rabat, hay quienes perciben el Boujloud como un canal de transmisión de rituales 'paganos' y 'satánicos' que se oponen a la religión. Su principal argumento es que la el festival se ha de tratar de una costumbre judía y cristiana, ya que el carnaval es ajeno a la cultura islámica. Aunque sí se ha demostrado que en algunas zonas, como Imintanout, la procesión incorpora influencias históricas hebreas, se desconocen aún las raíces del Boujloud: algunos etnólogos sugieren que deriva de antiguos ritos, otros establecen paralelismos con la fiesta romana de Saturnalia, y otros incluso alegan que sí que hay una conexión intrínseca con los rituales de sacrificio de la Fiesta del Cordero.

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En cualquier caso, las voces contrarias han aprovechado este año una falsa masacre en la pequeña ciudad de Aurir para dar rienda suelta a sus condenas a la celebración bereber. En redes sociales, argumentan que el Boujloud es haram según la sharía por desobedecer rotundamente el dicho de Mahoma de "quien imita a un pueblo es uno de ellos" y el precepto del profeta: "Sé diferente de los judíos y los cristianos". Añaden que la fiesta anima a los humanos a imitar a los animales y a vestir sus pieles, lo que, en su opinión, degrada la dignidad humana y rebaja el estatus que Alá ha otorgado a los humanos al concederles intelecto.

La incorporación de nuevos elementos al atuendo de Boujloud en los últimos años (como pelucas, joyas, velos o maquillajes más elaborados) ha llevado a varios imanes también a censurar la "imitación de la mujer" que propone el festival y que es "antiislámica", declara uno al medio nacional marroquí Le360. "Es una desviación del carácter tradicional del carnaval mediante el uso de disfraces por parte de jóvenes y usar maquillaje cinematográfico. Dicen que es creatividad, herencia y cultura amazigh... pero en realidad es un monstruo y hace un mal uso de la herencia y la cultura amazigh", denuncia un usuario de Facebook.

Lahcen Skenfel, presidente del consejo de ulemas de Sjirat-Temara, declaró a los periodistas de Al3omk: "Las festividades de Íd al-Adha, tal y como se celebran en la región del Sus y en algunas otras regiones bajo el nombre de Boujloud o Bilmawen en lengua amazigh, son contrarias a las enseñanzas de Dios en materia de fe, derecho y moral". Pero los críticos del festival no emiten solamente su mensaje desde el islamismo. Los panarabistas, que defienden la supremacía de la cultura (y la religión) árabe sobre las autóctonas de los territorios conquistados, alegan que el Boujloud bereber es una práctica pagana "ajena" a la cultura de un país arabizado como Marruecos.

El activista amazigh, Ahmed Assid, respondió a las críticas hacia el Boujloud en una entrevista con la revista TelQuel: "Intentan controlar a los individuos y las fuerzas sociales y orientar a la gente hacia un pensamiento único", mientras "parten de un marco ideológico de referencia de los Hermanos Musulmanes y los salafistas, que son dos ideologías importadas del exterior, una de Egipto y otra de Arabia Saudí, que no tienen nada que ver con la identidad nacional marroquí y la especificidad cultural de los marroquíes", añadió. Mohamed Akdim, investigador en patrimonio y cultura popular de la región del Sus, lamentó en declaraciones recogidas por Lakome2 que, de un modo u otro, "la 'carnavalización' de Bilmawen, con la importación de estilos de entretenimiento estadounidenses o latinoamericanos, corre el riesgo de distorsionar la fiesta y hacer que pierda su esencia cultural".