La noche del domingo, la población informada de México estaba muy atenta a una página web, Aristegui Noticias. Su líder y alma mater, la periodista Carmen Aristegui, había publicado pocas horas antes un vídeo en el que anunciaba una gran exclusiva con la que iba a revelar un aspecto desconocido del presidente del país, Enrique Peña Nieto. Siendo su equipo el que desveló a finales de 2014 el escándalo de la Casa Blanca, por el que el mandatario pidió perdón este julio, era probable que valiera la pena. Finalmente, la periodista aseguró que un terció de la tesis con la que Peña Nieto se licenció como abogado estaba plagiada.
De acuerdo a lo publicado, de los 682 párrafos que consta El presidencialismo mexicano y Álvaro Obregón, con la que el actual presidente logró su título por la privada Universidad Panamericana a los 25 años, 197 son copias textuales sin entrecomillar ni referir en la bibliografía. Resulta curioso que entre los 'fusilados' esté Miguel de la Madrid, también presidente de México a finales de los 80, evidentemente por el PRI (Partido Revolucionario Institucional), el partido de Peña Nieto.
La respuesta desde la presidencia ha sido que “por lo visto, errores de estilo como citas sin entrecomillar o falta de referencia a autores que incluyó en la bibliografía son, dos décadas y media después, materia de interés periodístico”. El reportaje llega con la de popularidad de Peña Nieto en su punto más bajo, con sólo dos de cada diez mexicanos que aprueban su gestión.
En el vídeo con el que Carmen Aristegui anunció su golpe se ve que el presidente no es santo de su devoción. “Desde la feria del libro de Guadalajara en la que Peña Nieto confundió libros y autores, no teníamos una evidencia tan clara y tan contundente acerca del perfil intelectual, académico y ético”, comenzó antes de criticar su reforma educativa y recordar cuando el influyente novelista Carlos Fuentes declaró sobre él que no quería “ni pensar que pueda llegar a la presidencia. No está preparado. Los desafíos son enormes y el personaje es muy pequeño”.
Después acusó a Televisa y a varios periodistas de la cadena de haberlo aupado al poder. “Peña Nieto, para nadie es un secreto, es una criatura de la televisión. Televisa deberá hacerse cargo de su responsabilidad en esta historia y con este personaje”. Una de los periodistas a los que se refiere Aristegui, Denise Maerker, comienza justo este lunes a presentar el informativo de las 22.00 de la cadena en lugar de López-Doriga, que lo ha encabezado los últimos 16 años.
Nacida en 1964, Aristegui es hija de clase media y de un exiliado español. Y una de las periodistas más conocidas de México, ganadora del Premio Nacional de Periodismo en tres ocasiones. La última fue por el reportaje de la Casa Blanca, una vivienda en el acaudalado barrio de Lomas de Chapultepec, en la Ciudad de México, valorada en unos siete millones de dólares. Construida por el Grupo Higa siguiendo los caprichos de Angélica Rivera, la esposa de Peña Nieto, una de las empresas de este conglomerado logró el contrato para levantar el tren México-Queretaro, que fue revocado menos de una semana antes de la publicación, pero que sí ganó importantes concesiones cuando el hoy presidente era gobernador del estado de México, la entidad que rodea la capital.
Además de a su prestigio, esta investigación contribuyó a su salida de la cadena MVS Radio, a la que Aristegui había llegado en 2009 tras pasar por otros espacios en TV Azteca o la propia Televisa. Ya en 2011 la cadena la despidió durante un par de semanas por una nota sobre un diputado que había colgado una pancarta en la Cámara de Diputados que hacía eco de los rumores sobre el alcoholismo del entonces presidente Felipe Calderón. Aristegui convocó una rueda de prensa en la que le acusó de causar su despido y recibió un gran apoyo del público, que llegó a manifestarse frente a la sede de MVS, que tras un acuerdo volvió a contratarla para sus informativos.
Pero en marzo de 2015 no se repitió la historia y esta vez no regresó. El despido, oficialmente, se debió a que parte de su equipo usó sin permiso el logo de la cadena en una asociación con Mexicoleaks, una plataforma inspirada en la de Julian Assange. Mientras que para unos pocos fue un problema laboral, en Twitter, el presentador de Univision y célebre por su expulsión de una rueda de prensa de Trump, Jorge Ramos, resumió muy bien la impresión que la mayoría tuvo del cese: “Lógica mexicana: Descubren conflicto de EPN, su esposa y Videgaray en compra de casas. ¿A quién despiden? A los periodistas que lo descubren”.
El propio defensor del oyente de la cadena, Gabriel Sosa Plata, escribió que era “ una noche triste para el periodismo y la libertad de expresión” y el despido, según el análisis de muchos medios, hizo más mal que bien a Peña Nieto. “El asunto se ha convertido en un intenso asunto político en México y un golpe a la Administración del presidente”, calificaba el Washington Post. En una entrevista en el semanario Proceso, Aristegui aseguraba que “todos los caminos llevan a la Casa Blanca” y la presión presidencial.
En las redes sociales pueden verse tres tipos de reacciones a la nueva revelación de Aristegui. Unos cuantos califican el hecho de inaceptable y recuerdan casos como los dos ministros de Defensa alemanes o el presidente húngaro Pál Schmitt, que se apartaron de sus cargos cuando se vieron envueltos en escándalos similares. Otros, que es una nimiedad y carece de importancia. Los más hacen chistes y se sorprenden de que su presidente haya escrito una tesis e ido a la universidad. Mientras, Aristegui, la periodista a la que teme Peña Nieto, presume en su web de la repercusión mundial del plagio.