Caracas

La defensa dice que son “demasiado estúpidos” como para ser narcotraficantes. Los fiscales, en cambio, afirman que los sobrinos de la primera dama venezolana “creían que eran tan poderosos que podían trasladar casi una tonelada de cocaína de un aeropuerto a otro sin ser detenidos”. Con esos argumentos ha comenzado en una corte federal en Nueva York el juicio contra Efraín Campo Flores (30) y Franqui Francisco Flores de Freitas (31), sobrinos de la pareja presidencial de Venezuela, acusados de conspirar para traficar 800 kilogramos de cocaína a Estados Unidos.

Ambos jóvenes fueron apresados en noviembre del año pasado en Haití por un equipo de la DEA, la agencia antidrogas estadounidense, que les seguía los pasos y de inmediato fueron trasladados a territorio norteamericano.

John Zach y Michael Mann, abogados de los familiares de Nicolás Maduro, tratan de convencer al jurado de que sus defendidos son unos “estúpidos”, “novatos” e “inexpertos” que de ninguna manera pueden ser importantes integrantes de un cartel de la droga, tal como ha reseñado AFP.

Zach dijo que sus clientes nunca hubieran podido producir 800 kilogramos de cocaína y que “un puñado de decisiones estúpidas” los han llevado a caer en una trampa tendida por los antinarcóticos. Si bien los defensores intentaron hacer ver que el juicio estaba motivado por intereses del gobierno estadounidense en atacar al régimen venezolano, el juez Paul Crotty aclaró en la corte que el caso criminal que juzgan es por narcotráfico.

El Wall Street Journal ha publicado que la defensa “buscará socavar la credibilidad de los informantes durante el juicio” y que sus honorarios son costeados por Wilmer Ruperti, un magnate con “lazos cercanos a Maduro” y negocios con la estatal petrolera venezolana PDVSA.

El fiscal acusador, Emil Bove, dijo que Campo Flores y Flores de Freitas intentaron usar un hangar aeroportuario presidencial para sus negocios, destaca Reuters.

Bove aseguró que los acusados “fueron agarrados con las manos en la masa” y que existen varias grabaciones que los muestran manipulando una panela de cocaína.

Entre las pruebas que presentarán los acusadores están conversaciones que muestran a los venezolanos cuando planeaban enviar el cargamento de drogas desde su país a Honduras, para luego trasladarlo a Estados Unidos.

El gobierno venezolano ha guardado silencio ante el escándalo desatado desde finales de 2015. Cilia Flores, diputada y primera dama, dijo a principios de este año que sus sobrinos fueron secuestrados por autoridades de Estados Unidos, pero se negó a ahondar en el tema para no perjudicar el proceso. En todo este tiempo el presidente Maduro no ha hecho referencia directa respecto al caso de sus sobrinos, que fueron detenidos justo cuando él realizaba una gira internacional que lo llevó a Oriente Medio y a Ginebra. En ese momento el mandatario tuiteó que las “emboscadas imperiales” no podrían contra el pueblo.

Venezuela no ha ejercido ningún reclamo formal por el caso ante las autoridades de Estados Unidos o Haití.

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