"Condenadme, no me importa, la Historia me absolverá". Así respondió Fidel Castro en 1953 al tribunal que lo condenó por el asalto al cuartel de Moncada en Santiago de Cuba contra la dictadura de Fulgencio Batista, que en 1952 había llegado al poder mediante un golpe de Estado. Por entonces, Fidel tenía 27 años y esa frase pasó a la historia en recuerdo de la que se considera su primera acción armada de la revolución cubana. Con su muerte a los 90 años este 25 de noviembre, la frase que marcó el inicio de su carrera pública, puede servir para cerrar el ciclo.
"¡Patria o muerte!" Se convirtió en un lema repetido al final de sus larguísimos discursos que se prolongaban durante horas. La dijo por primera vez en el funeral por el centenar de víctimas de la explosión del barco francés "La Coubre", en marzo de 1960, poco más de un año después del triunfo de su revolución junto al Che Guevara. Ese año, Washington rompió relaciones con Cuba, después de haber reconocido al nuevo mandatario en cuanto arrebató el poder a Batista.
Más tarde versionaría esta frase, por ejemplo en la celebración de tres décadas de su llegada al poder, el 1 de enero de 1989: "¡Socialismo o muerte! ¡Marxismo-leninismo o muerte".
"Dentro de la revolución, todo; contra la revolución, nada". Si la frase anterior se convirtió en seña de identidad de Fidel, ésta no es menos. La pronunció por primera vez en la Biblioteca nacional en junio de 1961.
"Los hombres mueren, el partido es inmortal". En 1973, cerró así su discurso por el 26 de julio, en el 20º aniversario del ataque al cuartel de Moncada. La repetiría también en futuras ocasiones, la última el 23 de febrero de 2001, al celebrar el 40º aniversario del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), rememora Efe.
"Ser internacionalista es saldar nuestra propia deuda con la humanidad. Quien no sea capaz de luchar por otros, no será nunca suficientemente capaz de luchar por sí mismo". Sus discursos en los aniversarios para celebrar el frustrado asalto al cuartel de Moncada solían dar lugar a frases destacadas como ésta del aniversario en 1978 y en 1980.
"El que necesita las armas es el imperialismo, porque está huérfano de ideas", dijo Castro aún en plena Guerra Fría, el 3 de agosto de 1985. Argumentó que "la contradicción entre socialismo y capitalismo nadie puede pensar en resolverla por la fuerza, hay que estar loco para pensar en eso".
"Puesto que usted ha decidido que nuestra suerte está echada, tengo el placer de despedirme como los gladiadores romanos que iban a combatir en el circo: Salve, César, los que van a morir te saludan. Sólo lamento que no podría siquiera verle la cara, porque en ese caso usted estaría a miles de kilómetros de distancia, y yo estaré en la primera línea para morir combatiendo en defensa de mi patria". Fue su contestación a George W. Bush al finalizar una manifestación contra Estados Unidos ante la Oficina de Intereses del entonces aún país archienemigo de la revolución castrista el 14 de mayo de 2004.
"No confío en la política de EEUU ni he intercambiado una palabra con ellos, sin que esto signifique, ni mucho menos, un rechazo a una solución pacífica de los conflictos", dijo once años más tarde, en enero de 2015, después de que Barack Obama hubiera acordado con su hermano Raúl, ya en el poder, retomar las relaciones entre Washington y La Habana.
En la última aparición pública de Fidel Castro para celebrar su 90º cumpleaños el pasado 13 de agosto junto al presidente venezolano, Nicolás Maduro, y el boliviano, Evo Morales, llamó a la paz y se refirió así a las veces que Estados Unidos quiso acabar con su vida, recogió Efe: "Yo casi me reía con los planes maquiavélicos de los presidentes de Estados Unidos".
Sobre la victoria de Donald Trump en las recientes elecciones en EEUU, no se llegó a pronunciar.