El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ha negado este martes ante un juzgado de Brasilia haber intentado obstruir las investigaciones por el escándalo Petrobras, como denunció el senador del Partido de los Trabajadores (PT). Es la primera vez que el exmandatario se presenta a declarar ante un juez en calidad de reo.
Un puñado de simpatizantes aclamó al exmandatario de izquierda (2003-2010) cuando ingresó en automóvil a la sede del tribunal, poco antes de las diez de la mañana hora local, informaron reporteros de la AFP.
"La evidencia es falsa", ha afirmado el ex líder del PT, de 71 años, en el tribunal federal, rechazando cualquier tipo de implicación en el intento de soborno al exdirectivo de Petrobras Nestor Cervero.
Este proceso, uno de los cinco que enfrenta el popular exmandatario, se abrió en julio pasado, después que el exsenador Delcidio do Amaral lo involucrara en un plan para comprar el silencio de un exdirectivo de Petrobras.
Pero Lula ha negado todos esos cargos y los atribuye a una campaña para bloquear su eventual candidatura a la presidencia en las elecciones de fines de 2018.
"Nunca tuve ninguna preocupación con ningún testimonio de cualquier empresario o director de Petrobras", afirmó Lula, vestido con un traje oscuro y una corbata a rayas. "Usted no sabe cómo es despertar todos los días con miedo a que la prensa esté en su puerta, pensando que va a ser apresado", ha dicho Lula según Folha.
Según la acusación, Lula habría intentado comprar el silencio del exdirector del área Internacional de Petrobras Nestor Cerveró, que se aprestaba a firmar un acuerdo con la justicia y proporcionar detalles sobre el funcionamiento del esquema de sobornos en la petrolera estatal.
La base del proceso está precisamente en un acuerdo similar que el exsenador Amaral pactó con la justicia, tras ser detenido por su implicación en la red de corrupción que operó en Petrobras. Amaral, en esa declaración, denunció que Lula le encargó pagar 250.000 reales (unos 74.200 euros cambio actual) para "comprar el silencio" de Cerveró.
Lula abría actuado en complicidad con el banquero André Esteves (expresidente de BTG Pactual), el empresario ganadero y amigo de Lula José Carlos Bumlai y el propio Amaral.
Su comparecencia ocurre en un momento de gran tensión en Brasilia, donde se espera que el fiscal general Rodrigo Janot presente esta semana ante el Supremo Tribunal Federal decenas de pedidos para abrir nuevas investigaciones contra políticos con fueros privilegiados, basándose en la confesión de 78 exejecutivos de la gigante Odebrecht. La constructora admitió que entregó cientos de millones de dólares en sobornos a políticos, dentro y fuera de Brasil.
Esas acusaciones amenazan con llevar a la cárcel a numerosos políticos y tienen potencial para anular el resultado de la reelección en 2014 de la presidenta Dilma Rousseff (heredera de Lula) y de su vicepresidente conservador Michel temer, quien la sucedió el año pasado, tras la destitución de la mandataria de izquierda en un proceso de impeachment por manipulación de las cuentas públicas.
Lula enfrenta cinco causas judiciales en tribunales de Brasilia y Curitiba (sur) por corrupción, lavado de dinero y tráfico de influencias. El próximo 3 de mayo debe comparecer en Curitiba ante el juez Sergio Moro, gran impulsor de la Operación Lava Jato (lavadero de autos) que investiga la madeja de corrupción en Petrobras.