El Parlamento venezolano suspendió este martes la sesión que tenía prevista al impedir la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada) la entrada de los medios de comunicación a la sede del Legislativo en el oeste de Caracas.
"La GNB no dejó entrar hoy a ningún medio de comunicación a la @AsambleaVE, razón por la cual fue suspendida la sesión", escribió en su cuenta de Twitter el secretario de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), que añadió: "No vamos a hacer una sesión a puerta cerrada por capricho de los esbirros de la dictadura".
Este nuevo incidente en la Cámara -donde la oposición tiene mayoría absoluta- se produce días después de que grupos de simpatizantes chavistas armados irrumpieran en el Parlamento y agredieran a varios diputados de la oposición, que acusaron a la GNB de haber permitido el ingreso de los violentos.
"La Junta Directiva informa que la sesión de hoy queda suspendida por las restricciones que GNB impuso al mando del coronel Lugo a periodistas. ¿Qué oculta la GNB, impidiendo el acceso al Palacio a los medios?", publicó en su cuenta oficial de la red social la propia AN.
Varios diputados opositores confirmaron lo ocurrido y recriminaron la actitud de la Guardia al coronel Bladimir Lugo, encargado de proteger la Cámara que fue imputado ayer por la Fiscalía por "violación de derechos humanos" días después de que permitiera la entrada de grupos violentos al Parlamento.
Minutos antes, la también diputada antichavista Delsa Solórzano había relatado cómo los propios parlamentarios lograron entrar al recinto "con dificultades" y entre "gritos, insultos" y objetos que le lanzaba un grupo de chavistas concentrado en el exterior.
Para este martes la AN tenía prevista una sesión "en defensa de la inviolabilidad" de la sede del legislativo y un debate sobre "la inconstitucional pretensión" del presidente Nicolás Maduro de remover a la fiscal general, Luisa Ortega, de su cargo y la potestad de la Cámara "para defender la institucionalidad" de la Fiscalía.
El Parlamento aprobó la semana pasada la realización de un referéndum para el próximo domingo en el que preguntará a los ciudadanos si rechazan o aprueban la elección de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) impulsada por Maduro para elaborar una nueva Carta Magna.
Esta iniciativa es vista por la oposición como un intento del presidente de "consolidar la dictadura".
La convocatoria al plebiscito fue aprobada por el Legislativo minutos después del asalto a la sede del Parlamento del grupo de chavistas, un ataque que según los líderes de la oposición fue responsabilidad de Maduro.
El Gobierno -que no reconoce la legitimidad de esta consulta opositora- ha llamado a los venezolanos a las urnas el próximo 30 de julio para elegir a quienes deben redactar la nueva Constitución, una jornada electoral que los partidos antichavistas han llamado a sabotear.