No ha pasado ni una semana desde que el Tribunal Superior de Justicia de Venezuela decidiera excarcelar a Leopoldo López por razones humanitarias. Siete días en los que la oposición venezolana ha salido a la calle después de 100 días de protestas contra la decisión de Nicolás Maduro de convocar una Asamblea Constituyente popular. Y hoy, una semana después de aquella simbólica, y humanitaria, liberación de la mayor piedra en el zapato del mandatario venezolano, su país no sólo se ha echado a la calle en una referéndum alternativo, sino que Leopoldo López, desde su casa de Caracas, ha mostrado cómo el régimen controla su arresto domiciliario: con una pulsera electrónica.
Con un GPS en su interior, este tipo de pulseras, o grilletes, se utilizan para controlar sus movimientos, para saber dónde se encuentra el preso en todo momento y poder evitar que salga del arresto domiciliario o, en los casos de violadores y agresores en sucesos de violencia machista, para controlar su libertad condicional y las órdenes de alejamiento impuestas respecto a sus víctimas.
Una pulsera que luce Leopoldo López en su tobillo derecho, junto a un tatuaje con el mapa de su país. Un símbolo de lo que este mismo domingo está sucediendo a lo largo de toda Venezuela, con una parte importante de su ciudadanía en la calle para votar en el referéndum paralelo que la oposición ha orquestado con la única intención de demostrar a Maduro que una inmensa mayoría está en contra de su Asamblea Constituyente.
La imagen ha sido publicada por Lilian Tintori, su mujer, en la red social Twitter. La foto va acompañada de un mensaje que ha servido para incentivar la participación en el referéndum alternativo, donde las colas para participar han sido enormes, lo que provoca una gran satisfacción entre la oposición al régimen bolivariano.
Por el momento, la jornada ha transcurrido sin incidentes y el vicepresidente del Parlamento de Venezuela, el opositor Freddy Guevara, dijo que la participación superaba lo esperado apenas tres horas después de iniciarse el proceso, por lo que harán lo posible para que el flujo no se atrase. "Vamos a tratar de ver en qué sitios la afluencia ha sido demasiado alta para que podamos llevar (material) desde otros sitios donde ha sido media. En ningún sitio ha sido baja, no hay un solo sitio que digamos que la afluencia está por debajo de los esperado", aseguró a los medios desde el centro de operaciones en Caracas.
Son más de 2.000 los centros de votación que la oposición ha dispuesto para la consulta popular. El plebiscito opositor se realiza al margen del Poder Electoral y plantea saber si los venezolanos están o no de acuerdo con el cambio de Constitución que promueve el presidente Nicolás Maduro, así como con instaurar en el país un gobierno de transición. Este proceso se lleva a cabo al mismo tiempo que un simulacro electoral convocado por el CNE como práctica de las elecciones de la Constituyente que se prevén para el próximo 30 de julio.