Fue hace 32 años. Un terremoto de magnitud 8,1 sacudió Ciudad de México a las 7.17 horas de la mañana. Las consecuencias fueron devastadoras: más de 10.000 muertos según la versión oficial, aunque las estimaciones extraoficiales de la Coordinadora Única de Damnificados elevan la cifra hasta los 45.000. Desde entonces, cada 19 de septiembre se realizan simulacros por todo el país, para no dejar que la tragedia caiga en el olvido y para testar los protocolos establecidos y prevenir una nueva catástrofe.
Hasta este 19 de septiembre. Dos horas después de producirse el simulacro, las alertas sísmicas volvieron a sonar en los más de 8.000 altavoces de la ciudad. Pero esta vez era real. A las 13.14 horas, la tierra tembló otra vez. Y, 32 años después de la tragedia, un terremoto de 7,1 de magnitud sembró el pánico en la capital mexicana.
El número de muertos asciende ya a más de 200, una cifra que crecerá seguro, una vez que hay muchos edificios derruidos en cuyos escombros los equipos de rescate siguen buscando supervivientes. Entre los muertos hay más de 20 niños, atrapados entre las ruinas de un colegio que no aguantó la violencia del temblor.
Con epicentro en el límite entre los estados de Puebla y Morelos y a 120 kilómetros de la Ciudad de México, las escenas se repiten: edificios derrumbados, caos, pánico y los equipos de rescate trabajando sin descanso, buscando debajo de cada piedra posibles supervivientes.
Miles de personas participan espontáneamente en la limpieza de escombros y la búsqueda de víctimas, dirigen el intenso tránsito para facilitar el desplazamiento de los cuerpos de emergencia o acuden con agua y alimentos para los servicios de rescate. La ciudad decretó el estado de emergencia, lo que implica que se activó un fondo creado de 3.000 millones de pesos (unos 140 millones de euros) para crisis de gran envergadura.
Desde 1985 se sabía que el terremoto se repetiría. Situados en una zona de fallas tectónicas, los mexicanos se han acostumbrado a vivir con sismos de mayor o menor intensidad casi a diario. El pasado 8 de septiembre un temblor de 8,2, con epicentro en Chiapas, castigó a ese estado y al de Oaxaca, provocando 98 muertos. Ya entonces se habló de la coincidencia de fechas. Una semana y media después el horror se volvió a repetir.
Los peores sismos desde 1985
Desde la tragedia de 1985, han sido 10 los terremotos que han sacudido al país de manera violenta, auqnue ninguno había provocado tantas víctimas mortales como el del martes.
El 14 de septiembre de 1995, un terremoto de 7,3 dejó cuatro muertos en el estado de Guerrero. Un mes después, 9 octubre, 61 personas murieron tras un sismo de 7,5 que afectó principalmente a los estados Colima y Jalisco.
El 15 de junio de 1999, un terremoto de magnitud 6,7 en las regiones sur y central de México provoca 18 muertos, más de 200 heridos y al menos 16.000 damnificados. El Estado de Puebla fue el más afectado. El 30 de septiembre del mismo año, un terremoto de 7,4 con epicentro en el estado de Oaxaca ocasiona 39 muertos, medio centenar de heridos y 250.000 damnificados.
El 21 de enero de 2003, un sismo de 7,6 provoca al menos 29 muertos, 290 heridos y 30.000 damnificados. El 4 abril de 2010, un temblor de 7,2 causa cuatro muertos, 233 heridos, 25.000 damnificados en el estado de Baja California, en el norte de México.
El 10 de diciembre de 2011, un terremoto de de 6,5 en el estado de Guerrero causa tres muertos. Un año después, el 20 de marzo de 2012, un temblor de 7,4 en los estados de Guerrero y Oaxaca provoca dos muertos y más de una decena de heridos.
El 18 abril de 2014 un terremoto de 7,5 afecta al sudoeste de México. Ya este año, el 8 de septiembre, al menos 98 personas fallecen en el terremoto de 8,2 con epicentro en Chiapas.