"La verdad es que me daban miedo los médicos", dice Lidia Oro, de 37 años, mientras abraza a su recién nacido. "El mayor de mis hijos tiene 22 años. Él y sus hermanos nacieron en casa, atendidos por una partera", añade la mujer que con este último suma ya siete partos. Sin embargo, su séptimo bebé nació en la clínica materno infantil que apoya Médicos Sin Fronteras (MSF) en la localidad de Choloma, al noroeste de Honduras.
El marido de Lidia es conductor de mototaxi y sabía del centro de MSF. Sabía también que allí podrían acceder a una asistencia médica gratuita y de calidad, y también era consciente de la edad de su esposa. "Mi marido me dijo que viniera", reconoce Lidia. Y consciente de que las complicaciones del parto pueden aumentar con los años, Lidia decidió acudir a la clínica. "Vi que brindaban una ayuda muy buena e incluso cuando me realizaron todos los exámenes médicos, incluido el de los niveles de azúcar, no pagué nada", añade.
MSF trabaja en el centro desde marzo de 2017. Choloma es una región industrial que se está expandiendo rápidamente y ya es la tercera ciudad más poblada de Honduras. Aunque también se destaca por sus elevados niveles de violencia. Debido a que hay pocos hospitales cerca, las mujeres del área tenían problemas para acceder a servicios médicos, muy pocas mujeres recibían cuidados prenatales y la cobertura de inmunización era baja. Como resultado, se incrementaron tanto las complicaciones médicas de mujeres en edad reproductiva, como la tasa de mortalidad relacionada con los partos.
Algunas mujeres llegan a la clínica a mitad de parto. "A veces, vienen de lugares lejanos, donde nunca han tenido cuidados prenatales", explica la doctora Diana Castillo, la encargada de supervisar las consultas médicas. "Para muchas mujeres esta es su primera vez en una clínica".
La mayoría de las pacientes de MSF son mujeres jóvenes. "Vemos a muchas adolescentes de entre 15 y 17 años que vienen a consultas prenatales", dice Castillo. "Frecuentemente son referidas desde otros centros médicos porque esta es la única instalación médica en el área que está abierta las 24 horas".
Para MSF, Choloma es una prioridad. Antes, las mujeres de la zona iban a dar a luz a hospitales cercanos como el de San Pedro Sula. Pero frecuentemente llegaban con complicaciones que podrían haber sido detectadas con cuidados prenatales de rutina. El centro en Choloma ha reducido las tasas de mortalidad entre las mujeres en edad reproductiva.
"Cuando MSF comenzó a hacerse cargo de la clínica había entre tres y siete partos por mes. Pero el mes pasado fueron 34 las mujeres que dieron a luz en la clínica", apunta Castillo.
La clínica tiene tantos pacientes que se volvió a ofrecer servicios médicos las 24 horas del día, siete días de la semana. "Actualmente vemos entre 15 y 20 nuevos embarazos por día y realizamos unas 80 consultas diarias", afirma la doctora de MSF. Entre estas consultas se incluye el cuidado prenatal y postnatal, la planificación familiar y la atención de emergencia.
Salud mentar para paliar los efectos de la violencia
Además de la atención médica materno infantil, MSF proporciona atención en salud mental en Choloma. "Sabemos que existen grandes necesidades en ese aspecto entre la población del área", comenta Ana María Tijerino, supervisora de MSF para este componente del proyecto.
"Las personas aquí se ven expuestas frecuentemente a situaciones violentas que les causan un gran estrés. Vemos a pacientes que hablan sobre la muerte y el suicidio, sentimientos que tienen un impacto en su vida familiar y escolar, y que derivan del contexto violento. También vemos a pacientes con condiciones muy complejas, que en algunos casos pueden clasificarse como casos psiquiátricos y que requieren atención especializada", explica Tijerino.
Pero los casos no llegan solos a la clínica. Por ello un equipo de MSF se dedica a dar a conocer a la población los servicios de la clínica. Este equipo juega un papel importante para identificar las necesidades de la comunidad y así asegurar que los servicios se adapten a éstas.
"Es un proyecto ambicioso que tiene como objetivo brindar una atención médica integral en salud reproductiva para Choloma", dice Irene Huertas, coordinadora de MSF en Honduras. "Estamos trabajando en colaboración con el Ministerio de Salud y con las autoridades municipales, y esto ya es un gran éxito en sí mismo. Todos estamos trabajando juntos para proporcionar atención médica de calidad a las mujeres de la región".
*MSF trabaja en Honduras desde hace más de 40 años. Este país lleva años de inestabilidad política, económica y social, y presenta uno de los índices de violencia más elevados del mundo. Esto tiene graves consecuencias médicas, psicológicas y sociales para la población. Desde que MSF se hizo cargo de la gestión de la clínica de Choloma, ha capacitado al personal médico que trabaja en el lugar, ha proporcionado suministros médicos y equipo técnico, estandarizado los protocolos de higiene y realizado mejoras estructurales en el edificio. MSF también implementó un sistema de triaje y un sistema de referencias de emergencia, para las pacientes que requieren una atención médica más especializada.