"Fox News puede proyectar que el exvicepresidente Joe Biden ganará el estado de Arizona".
El anuncio de la cadena amiga llegó como un rayo y se sintió como una puñalada. Arizona, que sólo en una de las elecciones de los últimos 50 años había votado a favor de un candidato demócrata volvía a teñirse de azul para dar un serio impuso a Biden y un golpe no definitivo pero casi a las intenciones de Donald Trump de renovar su mandato al frente de la Casa Blanca.
Aún con el 86% de los votos escrutados y con los porcentajes reflejando una ventaja de Biden sobre Trump del 51% sobre el 47,6%, prácticamente todos los medios estadounidenses dan por seguro el triunfo del candidato demócrata, algo que no sucedía desde que lo consiguiera Bill Clinton en las elecciones de 1996.
El anuncio de la cadena amiga no sólo reventó las fiestas republicanas que se las prometían felices en un estado que Trump ganó en 2016 de forma holgada sobre Hilary Clinton. El anuncio también indignó al principal asesor de la campaña del aún presidente de los Estados Unidos. Jason Miller no pudo contenerse: "Es demasiado pronto para decantar Arizona... Demasiado pronto. Creemos que más de 2/3 de esos votantes del día de las elecciones estarán a favor de Trump. No puedo creer que en Fox estuvieran tan ansiosos por apretar el gatillo aquí después de tardar tanto en anunciar Florida. Guau".
En 2016, Donald Trump conquistó Arizona con un 48,1% de los votos, pero durante los últimos años la confianza republicana se ha ido debilitando. Además, en estas elecciones no sólo había que decantarse entre Trump y Biden, sino que los electores también votaban la legalización de la marihuana recreativa, un nuevo plan fiscal para el estado y, sobre todo, la elección entre el demócrata Mark Kelly y la republicana Martha McSally como representantes en el Senado.
Algunas encuestas dieron desde el principio una mínima ventaja para Biden y en cierto modo tenía todo el sentido, ya que el candidato demócrata se ha gastado cerca del doble que Trump en su campaña. Así, mientras Trump ha utilizado más de 26 millones de dólares de su campaña en Arizona, el gasto demócrata allí se ha ido hasta los 43,7 millones de dólares. Cifras que Trump ha querido contrarrestar viajando hasta en media docena de ocasiones al estado.
Efecto John McCain
Fallecido en agosto de 2018, John McCain fue senador por el estado de Arizona desde 1987 hasta el mismo año de su muerte a consecuencia de un cáncer. Querido como pocos políticos por su servicio en el Ejército estadounidense y su ejemplaridad política -llegaron a calificarlo en muchas ocasiones de 'Maverick' por tomar decisiones y votar a favor de propuestas contrarias a los intereses del partido republicano-, McCain se convirtió en el gran enemigo de Trump prácticamente desde la irrupción del multimillonario en la esfera política.
Candidato republicano derrotado por Barack Obama en 2008, McCain se negó de plano a la nominación de Trump ya en las primarias republicanas de 2016. Tal fue la inquina personal entre uno y otro que Trump se burló de McCain, piloto del Ejército, por haber sido derribado en la guerra de Vietnam y la mujer del senador de Arizona prohibió terminantemente al ya presidente de Estados Unidos a acudir al entierro de su marido en 2018. Es más, el trato del presidente a las fuerzas armadas y a los veteranos no siente especialmente bien en Arizona, que aloja grandes instalaciones militares.
Razones por las que, progresivamente, Trump ha ido perdiendo el apoyo republicano de Arizona. Pero también por provocar la renuncia del senador Jeff Flake, quien prefirió olvidar la reelección y criticar a Donald Trump, por “socavar diariamente” las “normas democráticas” del país.
Y no sólo eso, Trump ha conseguido movilizar un 17% más del voto de la población negra, mayoritariamente demócrata y que si en 2016 acudió en un 43% de los votantes registrado, este año ha acudido en un 60% (la participación también se ha disparado en términos generales en Arizona, pues a una semana del Election Day ya habían votado más personas que en el cómputo global de 2016).
Es más, Arizona puede incluso haberse decantado por Biden a causa de la gestión de la Covid, ya que el estado ha sido uno de los más golpeados del país con más de 6.000 muertes a consecuencia del coronavirus.
Clave nacional
Tantas condiciones han llevado a Arizona a teñirse de azul demócrata y a conceder a Joe Biden los 11 delegados del estado. Un número pequeño, considerando los 270 que necesita cualquier candidato para proclamarse presidente, pero que en realidad han hecho muchísimo daño en la candidatura republicana.
Con Wisconsin y Michigan casi decantados por Biden por el escrutinio en su recta final, los 11 delegados de Arizona podrían darle la Casa Blanca a los demócratas ya que ponen toda la atención en Nevada, donde Biden va por delante, y en Pensilvania. A Biden le valdría uno u otro, aunque al igual que ha cambiado el signo en Arizona bien podría ganar en ambos.