Un grupo de activistas cubanos ha denunciado esta semana la detención presuntamente irregular de Hamlet Lavastida, un artista visual crítico con el Gobierno que regresaba a Cuba procedente de Europa, así como nuevos arrestos de opositores relacionados con el mundo del arte.
Lavastida, que aterrizó en Cuba el día 21 y pasó a un centro de aislamiento por la Covid-19, como todo viajero procedente del exterior, fue detenido el sábado 26 por agentes de la Seguridad del Estado y trasladado a Villa Marista, el cuartel principal del órgano de inteligencia y contrainteligencia militar cubano, según el colectivo 27N, formado por intelectuales críticos.
"Mediante una llamada telefónica en la noche una oficial sin identificarse informó a su madre de que se encontraba bajo un proceso de investigación. Los supuestos cargos no fueron explicados y tampoco se le ha permitido establecer contacto con sus familiares o allegados", divulgó el 27N en un comunicado. Posteriormente, medios locales informaron de que el artista está acusado de "instigación a delinquir".
Lavastida, de 38 años y conocido por incluir críticas al Gobierno cubano en sus trabajos -como vídeos, collages, intervenciones públicas e instalaciones-, regresaba a su país tras una residencia artística en Berlín con motivo de la galería Kunstlerhaus Bethanien.
Tras conocer su detención, un grupo reducido del 27N acudió a Villa Marista para preguntar por él. Cuatro de ellos fueron arrestados durante 7 horas e interrogados, entre ellos la artista y disidente Tania Bruguera.
"Me dijeron que Hamlet traía para mí instrucciones de Alemania y Polonia. Están chiflados", declaró a Efe Bruguera, conocida por sus interpretaciones de tinte político y por haber expuesto entre otros en la Tate Modern de Londres y el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York.
Según la artista opositora, "el Gobierno de Cuba quiere castigar para silenciar a los cubanos que están fuera de la isla, para que sigan siendo fuente de ingresos al país pero sin pedir sus derechos".
Represión a disidentes
Ella y otros integrantes del colectivo 27N iniciaron este fin de semana una campaña consistente en usar brazaletes negros para denunciar la existencia de presos políticos en Cuba y exigir su libertad.
Siguen encarcelados, entre otros, el cantante Maykel Osorbo, los activistas Thais Mailén y Esteban Rodríguez -que se manifestaron en la calle contra el Gobierno-, así como Luis Robles, un joven que a principios de año sacó un cartel en público para pedir la liberación de otro disidente.
Activistas y organizaciones de derechos humanos han denunciado un aumento de la represión a disidentes, especialmente a los vinculados al mundo del arte y el espectáculo, que aseguran sufrir habitualmente detenciones, encarcelamientos y arrestos domiciliarios.
Entidades e instituciones internacionales han denunciado la situación o expresado preocupación, entre ellas Amnistía Internacional, Human Rights Watch, el Gobierno de Estados Unidos y el Parlamento Europeo.
La Eurocámara aprobó a inicios de este mes una resolución en la que denuncia la falta de avances en materia de derechos humanos, libertades fundamentales, condiciones económicas y sociales y derechos y libertades civiles de los cubanos.
El Gobierno de Cuba, por su parte, considera a las voces críticas como agentes a sueldo de EEUU que buscan subvertir el orden público y derrocar el sistema socialista de partido único vigente en la isla desde hace más de sesenta años, en medio de un recrudecimiento de las sanciones de Washington sobre el país caribeño.