Chile ha ultimado este sábado los preparativos de los comicios presidenciales más inciertos y polarizados desde el retorno a la democracia hace tres décadas, una jornada que los candidatos presidenciales decidieron pasar rodeados de familiares y amigos.
El diputado izquierdista Gabriel Boric, uno de los grandes favoritos, viajó hasta su natal Punta Arenas, en el extremo sur del continente, donde el domingo sufragará a primera hora antes de trasladarse de nuevo a Santiago para seguir los resultados.
"Solo necesitamos un lápiz y nuestras convicciones para llenar las urnas con esperanza de juntar a todo Chile", dijo en Twitter el exlíder estudiantil de 35 años, que representa a la coalición integrada por el izquierdista Frente Amplio y el Partido Comunista.
El otro gran favorito para pasar al balotaje del 19 de diciembre, el ultraderechista José Antonio Kast (Partido Republicano), pasará el día en Santiago junto a su esposa, con la que tiene nueve hijos, y hasta el medio día del sábado guardaba silencio en redes sociales.
Con el fulgurante ascenso de Kast, que empezó siendo un aspirante casi testimonial y ahora tiene posibilidades de llegar a La Moneda (sede presidencial), Chile se suma al auge del conservadurismo más duro emergido en los últimos años en Estados Unidos, Brasil, España, Hungría o Francia.
Otras cartas con opciones
Con un alto índice de indecisos y sin sondeos desde hace 15 días por la veda electoral, los expertos alertan que las elecciones están muy abiertas y que hay otros dos aspirantes que también podrían tener oportunidades: la democristiana Yasna Provoste y el oficialista Sebastián Sichel.
Provoste, la carta de los partidos tradicionales de centro izquierda que gobernaron Chile durante tres décadas, se desplazó hasta su natal Vallenar, en el norteño desierto de Atacama: "Mi principal adversario son los extremos. Generan violencia e inestabilidad", aseguró en una entrevista a un medio local.
El exministro Sichel, por su parte, jugó a primera hora un partido de fútbol en la capital, tras el cual publicó en Twitter: "En el fútbol podemos demostrar la fuerza y el trabajo en equipo. Mañana nos jugamos el partido donde se define el futuro".
Otros candidatos con menor adhesión son el progresista Marco Enríquez-Ominami, el ultraizquierdista Eduardo Artés y Franco Parisi, un polémico economista que reside en Estados Unidos y aún no ha viajo a Chile.
Más de 15 millones de chilenos están llamados a las urnas a elegir no solo al sucesor del hoy presidente, el conservador Sebastián Piñera, sino también a 155 diputados y 27 de los 43 senadores.
La composición del nuevo Parlamento será crucial para la gobernabilidad del país y los analistas auguran que ninguna fuerza tendrá mayoría y que harán falta grandes pactos para legislar.
Aluvión de jóvenes a las urnas
El nuevo mandatario tendrá la titánica tarea de conducir una recuperación postpandémica marcada por una histórica inflación, implementar las normas de la nueva Constitución -que se está redactando desde el pasado julio- y cerrar las heridas que dejaron las protestas de 2019, las más graves desde el fin de la dictadura militar (1973-1990), con una treintena y miles de heridos.
La otra gran incógnita será la participación, pues Chile es uno de los países de la región con la abstención más alta. Desde que el voto dejó de ser obligatorio en 2012, solo el plebiscito de 2020 para cambiar la Constitución ha superado el 50% de la participación (50,9%), una marca que podría batirse en estos comicios, de acuerdo a los expertos.
A diferencia de las últimas citas electorales, la pandemia está controlada en Chile, donde apenas existen ya restricciones a la movilidad y más del 90% de la población objetivo tiene el esquema completo de vacunación.
El Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) reveló este sábado que un 77% de los jóvenes acudirían a votar el domingo, una marca histórica teniendo en cuenta la desafección hacia la política de este grupo etario.