Veinticuatro horas después de afirmar en público que México debía hacer "una pausa" en la relación con España, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha aclarado sus palabras: "Dije que vamos a tener una pausa, vamos a serenar la relación. Pero no hablé de ruptura".
"Dicen que lo de la pausa es un lenguaje que no existe en el ámbito diplomático, pero sí que lo entendieron", ha dicho, en referencia a la rápida reacción del ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, que enseguida pidió explicaciones. "No se trata de una ruptura, sino que es una protesta respetuosa y fraterna para hacerles ver a los españoles que en México no vamos a seguir tolerando abusos. No se trata de nada en contra del pueblo español", ha añadido.
El mandatario mexicano ha afirmado que "nosotros somos muy respetuosos con el pueblo español, tenemos relaciones íntimas con el Gobierno de España, pero en los últimos tiempos del periodo neoliberal (se refiere a la política mexicana de los últimos 36 años) empresas españolas apoyadas por el poder político de España y de México abusaron de nuestra confianza y nos vieron como tierra de conquista", ha insistido.
Según AMLO, "en cada sexenio (periodo de duración de una legislatura en México) había una empresa favorita de España". Y ha puesto ejemplos concretos, señalando con el dedo a OHL, Iberdrola, o Repsol. "Llevaron a cabo una política caracterizada por el influyencismo" (sic), ha aseverado. "Al grado de que la secretaria de Energía pasó a ser directiva de una de estas empresas", ha indicado a modo de ejemplo.
A juicio del presidente mexicano, las empresas españolas "nos han ofendido". "No sólo es que trabajen los altos funcionarios con estas empresas, sino lo que nos cuesta este tipo de relación: hablamos de subsidios, dinero de todos los mexicanos, que en vez de usarse para salvar al pueblo se usaba para favorecer a estas empresas", ha denunciado.
Y ha continuado con su diatriba: "El miércoles hablábamos también de Repsol. Sólo del presupuesto público que Repsol se llevó de México, lleva a comprender el abuso". También ha cargado contra OHL, a la que ha señalado como "la empresa favorita del sexenio pasado".
"Todo el influyentismo (sic) llegó hasta lo más alto del poder de España y de México. Entonces, dije que vamos a tener una pausa, vamos a serenar la relación. Pero no hablé de ruptura. Lo que quiero es que no se piense que se va a saquear a México impunemente. Eso ya pasó, es una falta de respeto, deberían ofrecer hasta disculpas. No lo han hecho, no importa. Pero vamos a buscar otro espacio", ha explicado López Obrador en su rueda de prensa diaria, conocida ya como sus "mañaneras".
"Ahora se rasgan las vestiduras por lo que dije. Me llaman populista. Pero se sentían los dueños del país y ahora se sorprenden", ha insistido.
Según AMLO "no hay ninguna ruptura. Nada más vamos despacio porque a veces uno tarda en entender que han cambiado las condiciones. Como llevó bastante tiempo el saqueo, todo lo que fue el periodo neoliberal (36 años) pues no alcanzan a interiorizar que esto ya es distinto. Entonces hay que estar avisándoles. Tenemos que estar diciéndoles que ya no es el tiempo en que venían y no hacían ningún trámite. Se les ponían los funcionarios públicos de tapete. Ya no es así, ya no se acepta la corrupción".
El mandatario ha trasladado un mensaje claro a las empresas españolas: "Los que se creían los dueños de México hicieron jugosos negocios al amparo del poder público, pero eso ya no se va a producir".
"Si van los traficantes de influencia, los delincuentes de cuello blanco a hacer a lobby, se está boicoteando el Estado de derecho. Pero en este país ya hay un auténtico Estado de derecho. Hay estabilidad, hay paz, hay gobernabilidad. Hay múltiples posibilidades de hacer negocios. México es de los países más atractivos para la inversión foránea y no hay corrupción", ha concluido AMLO, con su sempiterno tono pausado pero ininterrumpido, como las relaciones entre nuestros países.