La ministra de Defensa de Chile, Maya Fernández, y varios militares inspeccionan un colegio electoral para el referéndum.

La ministra de Defensa de Chile, Maya Fernández, y varios militares inspeccionan un colegio electoral para el referéndum. El Mostrador

América

Boric y Piñera votan por la nueva Constitución y transmiten a los chilenos un mensaje de unidad

Más de 15 millones de chilenos están llamados este domingo a las urnas para votar la nueva Constitución y sustituir la de 1980, ecrita en la dictadura.

4 septiembre, 2022 03:05

Chile ya ha abierto las urnas este domingo para aprobar o rechazar la nueva Constitución del país. El resultado del plebiscito por el nuevo texto constitucional -redactado por la Asamblea Constituyente- será ajustado según los sondeos y muestran la gran división de la sociedad entre los que claman por el cambio y los que quieren mantener el escrito aprobado en 1980 durante la dictadura de Pinochet.

El líder chileno de izquierdas, Gabriel Boric, y el expresidente conservador, Sebastián Piñera, han sido dos de los primeros políticos en acudir a las urnas este domingo para depositar su papeleta. Ambos han mandado un mensaje de "unidad" a los chilenos para superar los momentos difíciles de su historia reciente y miren al futuro con optimismo con "más democracia".

Los colegios electorales han abierto a las 8.00 hora local y cerrarán a las 18.00 (00.00 en España). El presidente Gabriel Boric, ha sido uno de los primeros en votar. El dirigente, acompañado de su familia, ha depositado su papeleta en un colegio de Punta Arenas con un aparente optimismo y ha instado a sus ciudadanos a "escribir nuestra historia".

"Es un momento histórico para todos, independiente de nuestra opción, sintámosnos profundamente orgullosos, porque en los momentos difíciles que pasamos como país tomamos como camino avanzar con más democracia y no con menos", ha señalado Boric este domingo ante los medios.

También ha votado el expresidente de país, Sebastián Piñera, quien ha llamado a la unidad. El conservador ha asegurado que el país necesita una nueva constitución y que a partir de esta noche el país "tiene la oportunidad de una vida más feliz". Tenemos un compromiso por una nueva y buena Constitución, y ese compromiso lo vamos a cumplir”, ha añadido Piñera.

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Este proceso de renovación se remonta a 2019, cuando desencadenaron las protestas masivas y violentas. El motivo inicial fue la subida en el precio del transporte público. Estas manifestaciones pusieron contra las cuerdas al Gobierno del entonces presidente, Sebastián Piñera. La ONU atribuyó a las fuerzas de seguridad casi una treintena de muertes en estas movilizaciones.

Esta serie de contecimientos, que se conocen como 'estallido social', concluyeron en noviembre con el Acuerdo Por la Paz Social y la Nueva Constitución, en el que Piñera y otros representantes de la oposición, entre ellos el entonces diputado Gabriel Boric, pactaron una hoja de ruta para rebajar la tensión de la crisis.

Un proceso inédito

El nuevo texto es fruto del trabajo de una convención constituyente paritaria elegida de forma democrática tras el acuerdo firmado el 15 de noviembre de 2019 en el Parlamento entre el Gobierno. Este documento fue impulsado por distintos partidos de la oposición y diputados de forma individual, como Gabriel Boric, actual presidente del país.

El acuerdo, consensuado tras un mes de movilizaciones callejeras, actos violentos y represión policial, incluye la celebración de un plebiscito que por primera vez en la historia de Chile será obligatorio para todos los ciudadanos mayores de edad.

El 25 de octubre de 2020, en plena pandemia, los chilenos fueron convocados a las urnas por primera vez por el Gobierno del presidente conservador Sebastián Piñera para decidir si querían cambiar la actual Constitución. Un 78 % de los votantes optó por el "sí" en una consulta en la que apenas participó el 50 % de la población.

Unos militares chilenos custodian un colegio electoral.

Unos militares chilenos custodian un colegio electoral. EFE

En mayo de 2021 los chilenos volvieron a las urnas para elegir a los 155 integrantes de la convención que debía ser paritaria y que debía reservar asimismo 17 puestos a los pueblos indígenas, que representan cerca del 13% de la sociedad. Después, la convención inició los trabajos para redactar un borrador del texto consitucional que concluyó y se entregó este 4 de julio al presidente de la República, quien convocó de inmediato el plebiscito.

Incertidumbre inmediata

Las encuestas realizadas hace dos semanas, antes de la prohibición para publicar sondeos, apuntaban hacia una victoria del "rechazo" con una horquilla de diferencia que oscilaba entre los 10 y los seis puntos. Sin embargo, algunos expertos han advertido que el resultado es incierto ya que no existen precedentes de una votación similar en Chile en tiempo recientes.

Por primera vez, el voto es obligatorio sin necesidad de inscribirse, condición que hará que haya un gran número de electores que se acerquen por primera vez a las urnas, ya sea porque acaban de conseguir la mayoría de edad, porque no solían hacerlo en las elecciones presidenciales y legislativas o porque quieran evitar las multas. En el plebiscito participará, además, cerca de medio millón de ciudadanos extranjeros cuya tendencia es igualmente una incógnita.

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Un tirunfo del 'apruebo', supondrá la derogación inmediata de la Constitución redactada en 1980, al margen de que la nueva Carta Magna pueda estar abierta a cambios. El Gobierno ya ha adelantado que buscará una reforma para plantear, por ejemplo, que el presidente de Chile no pueda presentarse a la reelección.

La victoria del 'rechazo', en su lugar, deja todo como está actualmente. Sin embargo, Boric ha descartado que suponga "volver a la casilla de salida" y opta en cambio por volver al plebiscito de 2020, ya que considera que el mandato de entonces "sigue vigente".

Papel de Boric

Boric ha hecho una campaña en favor de la aprobación del nuevo borrador, sobre el que tiene "una buena opinión" a pesar de que asume que "siempre hay cosas que se pueden mejorar", según ha confesado esta semana en una entrevista en la revista 'Time'.

El presidente ha reconocido durante todo el proceso de redacción la aparente desafección de la ciudadanía que ya reflejaban los sondeos, que ha terminado por traducirse en una supuesta ventaja del 'rechazo'. Las encuestas conceden a esta opción una ventaja de hasta diez puntos, si bien no se ha publicado ningún sondeo desde el 20 de agosto.