La campaña electoral para la segunda vuelta de las elecciones en Brasil acaba de empezar y Jair Bolsonaro ya está cercado de polémica. En las últimas horas han salido a la luz varios vídeos del presidente brasileño participando en un acto de masonería en el que se celebraba el golpe militar de 1964, que dio origen al régimen dictatorial brasileño.
Ante las imágenes, se ha desatado la indignación entre los evangélicos, uno de los sectores clave entre los electores del ultraderechista, clave para su victoria en 2018. En el vídeo, con fecha de 2018, Bolsonaro aparece en un altar en el que se ven imágenes y símbolos propios de la masonería, que los católicos y los evangélicos suelen asociar a Satanás.
El vídeo se hizo viral a las pocas horas de ser publicado y muchos de los seguidores de Bolsonaro han mostrado su decepción, poniendo en duda el mote que Bolsonaro había elegido para su campaña: "Dios, Patria y Familia". Algunos han llegado incluso a asegurar que Bolsonaro es "uno de los falsos mesías" de los que advierte la biblia.
Apoyo de los evangélicos
El líder ultraderechista ha hecho su camino político amparado en los valores conservadores de los evangélicos y ha hecho gala de sus demostraciones religiosas en público. Además de ser el primer presidente en marcar presencia en las 'Marchas por Jesús', el evento destacado de los evangélicos, en mayo de 2016 fue bautizado en el río Jordán por el pastor Everaldo Pereira, dirigente de la Iglesia Evangélica Asamblea de Dios y presidente del Partido Social Cristão.
Su esposa, Michelle Bolsonaro, es una fervorosa evangélica y, en la noche en que se conoció el resultado de la segunda vuelta de las elecciones de 2018, Bolsonaro salió a la puerta de su casa y antes de dar su discurso ante las cámaras, el predicador y político bautista Magno Malta le tomó la mano y rezó.
Durante toda la campaña, Bolsonaro ha hecho guiños a la franja conservadora de la sociedad para revalidar su presidencia. "Esta es una batalla entre el bien y el mal" dijo Bolsonaro en el evento evangélico 'Marcha por Jesús', este julio, "pero la historia ha demostrado que el bien prevalece. Estoy aquí porque creo en vosotros y todos creemos en Dios".
Desde ese momento, sus gestos (y favores políticos) hacía los evangélicos se multiplicaron. Los lazos se estrecharon y Bolsonaro dejó claro que, con él al frente del Gobierno, la influencia política y social de los evangélicos crecería. Y lo hizo, eligiendo a algunos evangélicos influyentes ara puestos clave del Gobierno.
Ahora, cuando más necesita su apoyo para revalidar el mandato, puede que algunos de sus fieles le den la espalda.