Pensilvania, una de las Trece Colonias originales y lugar en el que se firmó la Declaración de Independencia de Estados Unidos, ha sido testigo de excepción de otro momento trascendental para los estadounidenses. El sábado, los tres presidentes del país de la última década coincidían en el estado para apoyar a sus respectivos candidatos al Parlamento, protagonizando un cruce de reproches, acusaciones y amenazas que han puesto de manifiesto la creciente polarización del electorado.
La contienda entre los aspirantes a gobernar Pensilvania determinará la dirección de la política estatal y el control de la infraestructura electoral del estado de cara a la disputa presidencial de 2024. El interés en lo que suceda en las urnas de Pensilvania este martes está justificado, ya que los votantes del estado podrían decidir el color del Senado estadounidense y con él, la agenda y los nombramientos judiciales de Biden para los próximos dos años.
Cabe destacar que los republicanos necesitan ganar solo un escaño para alcanzar la mayoría en la Cámara Alta, cámara que controlan en la actualidad los demócratas con exactamente el 50% de los votos. La vicepresidenta Kamala Harris ostenta el poder de inclinar la balanza en caso de empate.
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“100% libre de sedición”
"El martes, asegurémonos de que nuestro país no retroceda 50 años. La única manera de salvar la democracia es si juntos luchamos por ella”, aseguró Barack Obama, el primero en darse un baño de multitudes el sábado durante su presentación de la candidatura de John Fetterman al Senado de EEUU.
Obama arrancó su discurso en Pittsburgh exhortando a los presentes a preguntarse “¿Quién peleará por ti? Esa es la elección en esta elección”. Fiel a la línea editorial de los demócratas, no perdió la ocasión de condenar al partido conservador por “violar los estándares democráticos” después de las elecciones presidenciales de 2020.
El candidato republicano al Senado tampoco se libró de la lengua afilada de un Obama al que sus asesores de campaña “no habían visto así en mucho tiempo”. “Es fácil bromear sobre el Dr. Oz” reconoció el inquilino de la Casa Blanca entre 2008 y 2016, recordándoles a los votantes de Pensilvania que “si alguien está dispuesto a vender aceite de serpiente para ganar dinero, entonces probablemente esté dispuesto a vender aceite de serpiente” para ganar las elecciones.
Por su parte, Fetterman dijo a la multitud que está orgulloso de reunirse con un expresidente que está "100% libre de sedición" y le quitó hierro a su estado físico – sufrió un derrame cerebral a principios de año que ha sido utilizado sin piedad por sus oponentes para restarle credibilidad a su candidatura. “Consejo profesional: si estás dando un discurso después de recuperarte de un derrame cerebral, realmente no quieres presentarte ante Barack Obama”, bromeó Fetterman.
Obama dedicó sus últimos minutos en Pittsburg para recordar que "Enfurruñarse y deprimirse no es una opción" para gestionar las consecuencias para el acceso al aborto o la inversión en energías renovables de una posible victoria republicana en las elecciones de mitad de legislatura del 8 de noviembre. A continuación, Obama se reunió en Filadelfia con Joe Biden y apoyar Josh Shapiro, candidato del partido a gobernador y para darle el último espaldarazo a Fetterman antes de las elecciones del martes.
“Trump, presidente derrotado”
Ya en Filadelfia, Obama y Biden coincidían por primera vez en un acto de campaña desde que este último tomara las riendas del Gobierno en enero de 2021. Biden aprovechó la ocasión para recitar los logros de su ejecutivo, destacando su “inversión histórica” en infraestructura, el tope al precio de la insulina y la ley bipartidista de control de armas. La mayor ovación llegó cuando sacó a relucir su política de reducción de la deuda estudiantil.
El actual presidente aseguró que una derrota demócrata en las elecciones de mitad de legislatura del martes supondría "décadas" de consecuencias. La cita electoral del 8 de noviembre “dará forma al país en las próximas décadas; el poder de moldear ese resultado está en vuestras manos”, añadió. “Hace dos años, usasteis ese poder para convertir a Donald Trump no solo en un expresidente, sino en un presidente derrotado”, continuó Biden, en una clara alusión a todos los simpatizantes y candidatos republicanos que siguen negándose a reconocer que perdieron las elecciones presidenciales de 2020.
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Hablando ante miles de personas, Biden dijo que los votantes se enfrentan a "una elección entre dos visiones muy diferentes de Estados Unidos". Poniendo de relieve la polarización, cada vez más evidente, que azota al país, los candidatos demócratas etiquetaron a los republicanos como el partido de los ricos y enfatizaron su propio apoyo a los sindicatos, la seguridad social y la protección reforzada del derecho al aborto. Biden no quiso dejar de recalcar el “creciente apoyo de los republicanos de Trump a las teorías de conspiración que socavan las elecciones”.
Por su parte, Obama caricaturó a los republicanos como un partido que quiere "destripar" la seguridad social y "dar a la gente rica y a las grandes corporaciones más recortes de impuestos". El que fuera el 44 presidente de EEUU quiso ganarse la simpatía del público, haciéndose cargo de que la inflación, la inseguridad y las tensiones sociales son sus principales preocupaciones. “Entiendo que la democracia puede no parecer una prioridad principal en este momento, especialmente cuando te preocupa pagar las cuentas. Pero cuando la verdadera democracia desaparece, lo hemos visto a lo largo de la historia, lo hemos visto en todo el mundo, cuando la verdadera democracia desaparece, la gente sale lastimada. Tiene consecuencias reales”.
Biden quiso concluir en un tono optimista, felicitando a sus simpatizantes. “Esta multitud es tan ruidosa que creo que pueden escucharnos en Latrobe”, refiriéndose al lugar donde Donald Trump daría su discurso de apoyo a los candidatos republicanos locales más tarde, a las afueras de Pittsburgh. “Nos van a escuchar el martes”, añadió exultante.
“Locura retorcida de raza y género”
Mientras, a apenas una hora de distancia, en el Aeropuerto Regional Arnold Palmer de Latrobe, Trump recurría a la misma táctica de Biden, pero a la inversa.
De traje, con corbata y una gorra roja calada hasta las cejas con su lema de campaña 'Make America Great Again', el expresidente republicano arrancó su discurso con una lista de dificultades económicas y “desastres varios” de los que responsabilizó a sus adversarios políticos. “La extrema izquierda está adoctrinando a nuestros hijos con la locura retorcida de raza y género en nuestras escuelas”, dijo Trump. “Si quieres detener la destrucción de nuestro país y apoyar el sueño americano, entonces este martes debes votar por los republicanos en una ola roja gigante”, conminó el presidente a sus fans.
Entre acusación y acusación, Trump alabó a sus simpatizantes (“Os quiero, sois los mejores”) y dejó caer que está ansioso por anunciar otra candidatura presidencial, aunque no quería distraer la atención de la campaña de las ´mid-term´ de los republicanos. “Realmente me gustaría hacerlo”, dijo en Latrobe, prometiendo a sus seguidores que un “período de tiempo muy, muy corto, van a ser muy felices”. También tuvo tiempo de recordarle a todos los presentes que es “el rey MAGA”, algo que pese a las burlas de los demócratas, para Trump "Es muy buen cumplido".
El discurso de Trump de más de dos horas en el corazón industrial de Filadelfia fue el más largo que ha dado en meses. El domingo Trump viajará a Florida, estado presidido por su posible contrincante en la primarias republicanas para la carrera presidencial de 2024, Ron DeSantis, a quien se refirió como “Ron De-sanctimonious”.
Por su parte, el aspirante republicano a gobernador de Pensilvania, Doug Mastriano, llamó a poner fin a los mandatos de vacunas y máscaras y la “pornografía gráfica” en las escuelas fue recibido con aplausos. Mastriano se ha apoyado en la base del partido y ha hecho pocos intentos por llegar a los votantes moderados. Entre sus compañeros de partido comentan que el coronel retirado, es demasiado extremista para ganar una elección general en un estado en el que Biden ganó por poco hace dos años.
Mastriano protagonizó una de las anécdotas más comentadas de la jornada con su fallada 'señal divina'. El candidato republicano dijo que el "clima perfecto" en el mitin de Trump en Latrobe era "una señal de Dios". Minutos después, cayó una tromba de agua.
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