Entre vítores y aplausos, Nancy Pelosi ha anunciado este jueves que abandona su cargo como líder de los demócratas en la Cámara de Representantes de Estados Unidos después de casi dos décadas en el puesto.
Visiblemente emocionada y vestida de blanco (el color de las sufragistas), la veterana política de 82 años ha explicado que no peleará por la reelección después de que el Partido Republicano se haya hecho con la mayoría de la Cámara en las midterms del pasado 8 de noviembre. No obstante, mantendrá su escaño y permanecerá como miembro de base. "Es hora de dar paso a una nueva generación de demócratas", ha dicho en un emotivo discurso.
A finales de octubre, un hombre armado con un martillo entró en su residencia y atacó a su marido, Paul Pelosi, que tuvo que ser hospitalizado e intervenido de urgencia. Tras la agresión, la líder de los azules ya avanzó que se replantearía su futuro político.
Pelosi ha sido una figura destacada en el Capitolio durante su mandato, que ha abarcado ni más ni menos que siete administraciones presidenciales. En 2003 se convirtió en la primera mujer de la historia en ser presidenta de la Cámara Baja. "Para nuestras hijas y nietas hoy, hemos roto el techo de mármol. Para nuestras hijas y nietas, ahora el cielo es el límite", ha recordado en su despedida.
Con los años, Pelosi ha subido y bajado del estrado en función de los resultados electorales. Considerada una de las speakers más poderosas del mundo, contribuyó al desarrollo de las agendas políticas de Barack Obama y Joe Biden. Sin embargo, favoreció el bloqueo legislativo durante las Administraciones de George W. Bush y Donald Trump.
[Nancy Pelosi, toda una vida contra la Muralla China: de Tiananmen a la crisis de Taiwán]
Presidió la Cámara cuando se impulsaron los dos procesos de destitución a Trump, aunque en ambas ocasiones fue absuelto por el Senado. No se cansó de advertir sobre la amenaza inminente que, a su juicio, representaba el empresario para la democracia estadounidense.
El 6 de enero de 2021, cuando una turba violenta asaltó el Capitolio en un intento por anular los resultados electorales que daban la victoria a Biden, los manifestantes gritaron un "Queremos a Nancy" mientras asaltaban su despacho.
También dejó huella en el exterior: visitó Ucrania, Irak y Afganistán. El pasado agosto, enfureció a China al convertirse en la funcionaria estadounidense de más alto rango en 25 años en visitar Taiwán, la isla autónoma que China reclama como suya. La visita coronó décadas de oposición a los gobernantes autoritarios del gigante asiático, incluido el actual presidente Xi Jinping.