El currículum con el que George Santos se presentó como candidato del Partido Republicano a las elecciones de mitad de mandato (midterms) de noviembre no deja lugar a dudas: él es la encarnación del sueño americano.
Es hijo de inmigrantes brasileños, judío y egresado en la Universidad de Baruch. Unos estudios que le catapultaron hasta Wall Street, donde trabajó para gigantes financieros como Goldman Sachs o Citigroup. Tiene además una cartera inmobiliaria familiar de una decena de propiedades y una organización benéfica de rescate de animales.
Una carta de presentación impecable. Tanto, que le ha permitido conseguir un escaño en la Cámara de Representantes por Nueva York, un estado tradicionalmente demócrata, este año. Y no sólo eso: cuando su partido tome el control de la Cámara a inicios de enero, Santos también se convertirá, a los 34 años, en el primer republicano abiertamente homosexual en conseguir un asiento. La guinda para un expediente estelar que tiene una única mancha: es prácticamente falso.
"Embellecer el CV"
Así lo reconoció él mismo hace apenas unos días después de que el New York Times publicara una investigación donde se desmentía de cabo a rabo su biografía. Porque Santos no es judío, no se ha graduado en la universidad de Baruch ni en ninguna otra, no aparece como titular de una empresa familiar y no ha trabajado en grandes bancos. Tampoco existe una oenegé con el nombre que él mismo ofreció, Friends of Pets United.
"Mi pecado es que he embellecido mi currículum. Lo siento", dijo esta semana. Pero no se refería sólo a su trayectoria laboral, sino también a la académica. "No me gradué en ninguna institución de educación superior. Estoy avergonzado. Hacemos cosas estúpidas en la vida", reconoció hace unos días.
Sus disculpas, sin embargo, no incluyen una dimisión. Sus compañeros de filas guardan silencio, y él se ha empeñado en cumplir sus dos años de mandato como nuevo congresista estadounidense porque considera que "no es un delincuente" y que sus mentiras no tienen que ver con sus propuestas electorales. Esta polémica "no me impedirá tener un buen éxito legislativo", aseguró en declaraciones recogidas por la agencia Efe.
Al parecer, en la historia que ha fabricado, no se salva ni su familia. El republicano dijo que era judío, como su madre, y que sus abuelos, judíos ucranianos, huyeron de la persecución nazi durante el Holocausto. Sin embargo, los registros genealógicos consultados por el Times apuntan que sus abuelos nacieron en Brasil antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial.
Así, cuando se descubrió la verdad, Santos dijo en una entrevista a The New York Post que "nunca había afirmado ser judío". "Yo soy católico", dijo, y matizó que cuando se enteró de que su familia materna tenía antecedentes judíos, dijo que era "judío", entre comillas.
Investigación penal
Tras días en el ojo del huracán, esta misma semana, la fiscal del distrito del condado de Nassau, en Long Island, dijo que abriría una investigación para ver si puede enfrentar cargos penales contra el republicano George Santos por "sus numerosas invenciones e inconsistencias".
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"Nadie está por encima de la ley, y si se cometió un delito en este condado, lo procesaremos", señaló la fiscal, la también republicana Anne Donnelly, en un comunicado donde tacha de "sorprendentes" las mentiras de Santos. Este anuncio se produce después de que residentes y líderes políticos de la zona solicitaran al Congreso de Estados Unidos que investigue lo sucedido.
Asimismo, representantes de la comunidad judía, como la senadora estatal Anna Kablan que previamente apoyó al político, exigió responsabilidades. "Se nos debe una disculpa por sus mentiras reprensibles sobre su fe judía inexistente y su conexión completamente falsa con el Holocausto", denunció en declaraciones recogidas por la agencia Reuters.