Militares, cantantes y un sobrino de Bolsonaro: los cabecillas del golpe de Estado en Brasil

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El Ministerio Público Federal (MPF), la fiscalía brasileña, también ha pedido que cualquiera que tenga datos adicionales sobre los asaltantes los envíe a través de su página web para localizar al mayor número de personas posible.

"Recibimos denuncias, informaciones, fotografías, vídeos y pantallazos de redes sociales que puedan ayudar en las investigaciones y en la identificación de los organizadores y de los participantes de los actos violentos". Según ha explicado  el MPF, el material recibido será analizado con prioridad, a petición del fiscal general de Brasil, Augusto Aras. Así, en menos de 24 horas se recibieron más de 13.000 denuncias por esta vía.

Las fuerzas de seguridad detienen a los partidarios del expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, durante una manifestación contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, frente al Palacio Planalto en Brasilia . Reuters

Entre las figuras más destacadas ya identificadas hay una variedad de perfiles: pastores evangélicos, funcionarios, militares, empresarios y personas comunes de ideología ultra conservadora. Mayoritariamente de raza blanca, muchos proceden de los estados del sur de Brasil y tienen una fuerte influencia europea debido a la inmigración de alemanes, italianos, polacos y españoles, entre otros.

Ninguno de los cabecillas es reconocido por aparecer en actos públicos, pero, en última instancia, todos son defensores de una intervención militar. Algunos incluso acusan a Bolsonaro, que viajó a Estados Unidos antes de la investidura del nuevo presidente Luiz Inácio Lula da Silva, de permitir el traspaso de poderes.

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Es el caso de Ana Priscila Azevedo, señalada como coordinadora de los actos vandálicos del domingo. Ella fue una de las piezas clave en el intento de invasión de la sede de la Policía Federal el pasado diciembre. Antes de eliminar su perfil en redes sociales, se definía como "militarista", defensora de un gobierno militar y  partidaria de la posesión de armas y del uso de la fuerza.

En su cuenta en Telegram, Azevedo reunió a más de 30.000 personas, a quienes instigaba y enviaba información sobre los ataques a las instituciones. Enviaba vídeos, audios y acusaba a infiltrados de izquierda de ser los responsables del vandalismo en cada una de las protestas en las que participaba.

Llegó a publicar una especie de manual sobre como los radicales tendrían que vestirse el día de la invasión. "Debéis llevar banderas de Brasil y camisetas amarillas podría impedir la acción policial", escribía esta activista.

También recomendaba el uso de pantalones largos, zapatillas deportivas y gafas de natación, usar tejidos humedecidos con zumo de limón y llevar sábanas o máscaras para protegerse del posible uso de gas lacrimógeno. Asimismo, también aconsejaba ir siempre en grupo para dificultar la acción policial y evitar ser identificados y detenidos.

Los cabecillas

El periodista y bloguero bolsonarista Oswaldo Eustáquio es otro de los radicales identificados más activos en redes sociales. En 2020, fue condenado a prisión domiciliario por participar en actos antidemocráticos.No obstante, incumplió las condiciones y participó en las manifestaciones del 7 de septiembre de 2021 a favor del Gobierno de Bolsonaro, entonces cuestionado por su actuación durante la pandemia.

Eustáquio está siendo investigado por su participación en el caso fake news y por su papel activo en la creación de milicias digitales.

Partidarios del expresidente brasileño Jair Bolsonaro se manifiestan contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasilia Reuters

El compositor y cantante Salomão Vieira es otro de los radicales más activos que ha sido acusado de financiar o al menos de comprar parte del material usado por los golpistas. Al parecer, las autoridades brasileñas han encontrardo facturas a su nombre. Antes de que su cuenta principal en Instagram fuese desactivada, emitía directos donde incitaba a participar en el asalto de las instituciones en Brasilia.

Leonardo Índio, sobrino de Bolsonaro, también tuvo presente en los actos vandálicos del domingo y publicó una foto en una zona de circulación prohibida para los viandantes, cercana al Congreso Nacional. "No estoy a favor del vandalismo, la acampada de la derecha estaba instalada en el QGex (cuartel general del ejército), 70 días sin alteraciones. ¿Por qué estropearían todo? Quien tiene una historia de destrucción del patrimonio público es la izquierda", escribió en sus redes sociales.