El nombre de Donald Trump vuelve a estar ligado al encubrimiento de documentos clasificados. Esta vez, los abogados del expresidente de Estados Unidos han entregado al FBI una caja con documentos clasificados de la Casa Blanca que encontraron en diciembre en su mansión de Mar-a-Lago (Florida) en diciembre, pero que no estaba allí en las redadas que habían llevado a cabo previamente los agentes del FBI.
Entre los documentos encontrados en la caja hay agendas y horarios presidenciales, algunas de ellas con marcas clasificadas. La caja fue transportada hasta el resort de Trump por una asistente junior que la había estado custodiando en otra oficina de Florida durante los anteriores registros de la mansión.
Aunque no hay indicios, de momento, de que Trump haya estado directamente involucrado en la manipulación de la caja, esta revelación se une a los otros dos hallazgos de información clasificada de diciembre, ha informado 'The Guardian'. No en vano, el expresidente sigue inmerso en una investigación por la supuesta retención indebida de documentos de Seguridad Nacional y por obstrucción a la Justicia.
La joven que ejecutó la operación de guardar y trasladar la caja tiene un contrato de lo que en Estados Unidos se conoce como Recepcionista de los Estados Unidos, cuyas funciones, en teoría, son similares a las que en España tendría una becaria administrativa.
En un primer momento, la caja estaba en un bungalow del resort de Mar-a-Lago que, inicialmente, fue reconvertido en cabaña para invitados. Luego, cuando Trump dejó la presidencia en 2021, el mismo bungalow se camufló bajo la apariencia de "cabaña del tenis". Fue entonces, coincidiendo con las investigaciones a Trump, cuando la becaria se llevó la caja de allí y la guardó en una oficina alquilada por el Gobierno en Palm Beach.
Durante casi todo el 2022 la asesora de Trump estuvo trabajando en esa oficina de Palm Beach, con la caja a buen recaudo. Este sería el motivo que explica que ni los abogados de Trump ni los agentes del FBI encontrasen la caja con documentos clasificados en Mar-a-Lago.
Operación planificada en verano
Entre septiembre y diciembre, la investigación por cargos penales del Departamento de Justicia estaba en una fase de intensificación, precisamente, por los descubrimientos que apuntaban a que Trump estaba reteniendo una gran cantidad de documentos clasificados de Seguridad Nacional. De hecho, el 8 de agosto hubo otro registro, pero en esas fechas la caja aún no había sido devuelta.
Trump regresó a Mar-a-Lago a finales del verano del año pasado. Antes, había estado en su club de golf de Bedminsiter (Nueva Jersey). En este último trimestre del año fue cuando la asistente se trasladó a la oficina donde antes trabajaba Molly Michael, una de las principales asistentes del expresidente. Con ella se mudó también la caja, que pasó a estar guardada en un escritorio de la antesala de la oficina de Trump.
A pesar de que el equipo legal de Trump había respondido con la contratación de dos contratistas privados para efectuar nuevos y pormenorizados registros en ubicaciones como La Torre Trump (Nueva York) o el club de golf -y operación que resultó con el hallazgo de dos nuevos documentos secretos"-, Justicia creía que seguía ocultándose información.
Estas presiones llevaron a los contratistas privados a volver a inspeccionar la mansión de Mar-a-Lago (tercera vez que era registrada). Esta vez sí, aparecieron las agendas presidenciales clasificadas. El FBI recogió la caja al día siguiente.
Agendas y horarios
El contenido de la caja fue revelado por la becaria, pues nadie había pasado más tiempo que ella al lado de esos documentos. Según confesó, Molly Michael le había dicho que escaneara todas las agendas que aparecían en los documentos para poderlos guardar en el portátil.
Por tanto, los fiscales federales requirieron la entrega de dicho ordenador y de todas las contraseñas. Si los abogados de Trump se negaban a ello, les advirtieron con llevárselo con una citación judicial, y sería la propia becaria la que tendría que entregarles el ordenador en Washington.
Para evitar el ruido mediático que esto provocaría, el equipo de Trump entregó todo lo que pedía el FBI en enero. Tras la recuperación del portatil, el abogado especial de la investigación Jack Smith ha enviado una citación judicial para poder acceder a una carpeta clasificada como "Classified Evening Briefing" (Sesión Informativa Matinal Clasificada) que podría revelar más datos sobre el proceso.