El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, acudirá el próximo martes al Tribunal Penal de Manhattan, en Nueva York, para escuchar en persona los cargos, aún bajo secreto de sumario, por los que ha sido imputado por el presunto pago de 130.000 dólares de un soborno a la actriz porno Stormy Daniels a cambio de su silencio.
La comparecencia de Trump ante el juez será el martes 4 de abril alrededor de las 14:15 hora local (20:15 hora peninsular) y ese mismo día, bien en el mismo tribunal o en una dependencia policial cercana, se someterá al procedimiento habitual que atraviesa cualquier imputado: foto policial, toma de huellas dactilares y lectura de sus derechos Miranda, que recordará al magnate republicano su derecho a un abogado y a negarse a hablar con la Policía.
Una vez completado este procedimiento, Trump será conducido a una celda o a la oficina del fiscal -dada su relevancia política- mientras espera el inicio de su comparecencia ante la corte. Todo apunta, según varios medios norteamericanos, que "se declarará no culpable" de todos los cargos que se le imputan y que conocerá en ese preciso momento.
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Una vez finalice su comparecencia, el magistrado, que probablemente será Juan Merchan, que ya instruyó en el pasado el caso por fraude fiscal contra dos empresas de Trump, determinará si impone fianza o alguna restricción al expresiente ante de poner una fecha para los premilinares previos al juicio.
Trump estará acompañado en todo momento por su equipo de protección del
Servicio Secreto de Estados Unidos, del que disfrutan todos los presidentes retirados, liderado por el agente especial Sean Curran.
"Como O. J. Simpson pero con esteroides"
La comparecencia de Trump ha sido confirmada por su abogada, Susan R. Necheles, a AFP. El objetivo de su equipo legal es que el trámite del próximo martes tenga los menores sobresaltos posibles a pesar de ser un hecho histórico ya que es la primera imputación penal a un expresidente de Estados Unidos.
Joe Tacopina, uno de los abogados de Trump, ha señalado a New York Daily News, que no tienen "ni la más mínima intención de iniciar un duelo" con la Fiscalía después de que este viernes el gobernador de Florida, Ron DeSantis - quien se supone rivalizará con el magnate en las presidenciales de 2024- haya declarado que no contribuirá la "extradición" de Trump si este se niega a abandonar su residencia de Mar-a-Lago, en Miami.
Esta aparente tranquilidad del equipo legal de Trump contrasta radicalmente con el ambiente que se respira en su equipo de campaña. "Va a ser como O. J. Simpson pero con esteroides", ha afirmado uno de sus asesores a Politico.
Ahora las dudas están en cómo será la llegada de Trump al Tribunal Penal de Manhattan. Los pormenores están siendo negociados entre sus abogados y la Fiscalía que dirige Alvin Bragg, por lo que ahora mismo se desconoce si accederá al lugar por una entrada privada o, por el contrario, recorrerá Centre Street ante las cámaras y sus simpatizantes.
Lo que sí se sabe en este momento es que Trump está en su casa de Florida y que está previsto que viaje desde allí hasta Nueva York en su avión privado, que saldrá desde el aeropuerto Internacional de Palm Beach con destino al neoyorquino LaGuardia.
Apoyo republicano
Un gran número de cargos del Partido Republicano de Estados Unidos ha salido en tromba a defender a Trump calificando de "caza de brujas" y "persecución política" su imputación. Sin embargo, hay republicanos mucho más cautos que han optado por el respeto a la Justicia o por el silencio.
Uno de los primeros en salir a defender a Trump ha sido el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que ha tachado de "antiamericana" la decisión de un gran jurado de Nueva York y ha dejado muy claro que su estado no atenderá ninguna petición de extradición ya que allí Trump tiene su domicilio. El equipo del magnate rechaza esta opción, ya que supondría una confrontación directa con la Justicia de EEUU.
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Misma estrategia de defensa ha utilizado el exvicepresidente de Estados Unidos y también probable candidato para las presidenciales Mike Pence, que ha calificado la imputación de Trump como "persecución política".
También se han unido a los apoyos el presidente de la Cámara de Representanrtes, Kevin McCarthy, el senador Ted Cruz y la congresista Marjorie Taylor Greene -una de sus mayores aliadas- y sus hijos. "La izquierda fascista no parará contra Trump", ha apuntado Donald Trump Jr. Su otro hijo, Eric Trump, ha tachado de "conducta tercermundista" la imputación.
Sin embargo, hay miembros del Partido Republicano que se han mostrado más cautos. Es el caso del presidente del Senado, Chuck Schumer, que ha pedido que se evite la interferencia política o la intimidación en el caso. De hecho, Schumer ha asegurado que Trump está sujeto "a las mismas leyes que cualquier estadounidense", evitando así hablar de persecución política.
Quien no se ha pronunciado de momento es el líder de los conservadores en el Senado, Mitch McConnell, principal figura de la oposición a Trump dentro del Partido Republicano y frecuente objeto de críticas del expresidente.
Donald Trump, imputado
Un gran jurado de Nueva York votó este jueves imputar a Donald Trump en una causa relacionada con el pago a la actriz porno Stormy Daniels a cambio de su silencio, según ha adelantado el diario The New York Times.
El diario, que cita a cuatro personas conocedoras del asunto, señala que la primera imputación por delitos criminales a un expresidente de EEUU, se anunciará en los próximos días y para entonces la Fiscalía de Manhattan habrá solicitado a Trump entregarse para ser citado por los cargos, que aún no se conocen.
Nada más conocerse la noticia, Trump ha señalado que se trata de una muestra más de la "caza de brujas" a la que es sometido y que "se va a volver masivamente contra de Joe Biden".
"Nunca antes en la historia de nuestra nación -recuerda Trump- esto se ha hecho", dice el exmandatario, que acusa al Partido Demócrata de Biden de "utilizar la Justicia como arma para castigar a un oponente político" porque están "obsesionados con pillarme".
"Los demócratas han hecho trampas incontables veces en las últimas décadas, incluyendo el espionaje de mi campaña, pero utilizar como arma a nuestro sistema judicial para castigar a un oponente político, que resulta ser un presidente de Estados Unidos y el candidato republicano de largo más exitoso, no ha pasado nunca. Jamás", ha afirmado.