Los asesinatos son ese capítulo desgraciado de la realidad social. Puntos de no retorno que llegan a cortar una vida por completo de raíz. Sin embargo, Algunos casos son especialmente curiosos, momentos en los que un asesinato se produce por un error o confusión puntual que termina escribiendo una historia realmente trágica. Así ha sucedido en una zona cercana a El Paso, en Texas.
En esta localidad del sur de Estados Unidos se ha producido un caso realmente macabro. Todavía no se sabe cuál ha sido el móvil. Pero todas las investigaciones llevan hacia el miedo, la confusión, la inseguridad y una terrible equivocación que terminó provocando la muerte de un conductor de Uber.
Esta historia está protagonizada por Phoebe Copas, una mujer de 48 años, y Daniel Piedra García, de 52 años. Entre ambos se produjo una terrible confusión que derivó en la muerte del segundo, quien era conductor de Uber y quien pretendía llevar hasta su destino a quien posteriormente se convertiría en su asesina.
Así fue el asesinato de un conductor de Uber en Texas
El caso del asesinato de Daniel Piedra García ha provocado una gran conmoción cerca de la ciudad de El Paso, en el estado de Texas. Phoebe Copas pidió un servicio de Uber para ir hasta esta localidad en la frontera de Estados Unidos con México. La intención de esta mujer de 48 años era acudir a este municipio para reunirse con su novio.
Tal y como ha informado el medio ABC, Phoebe contactó a través de la aplicación de Uber con Daniel Piedra García, quien iba a ser su conductor. Aunque este ya se encontraba en la recta final de su turno en esa jornada, decidió aceptar la realización de una carrera más. Recibió la petición de Phoebe y acudió a su encuentro para recoger a su pasajera.
Daniel Piedra García llevaba poco tiempo trabajando en esta empresa, por lo que cualquier ganancia era bien recibida. De esta forma, el conductor de Uber cumplió con su cometido, llegó hasta el punto donde había recogido a Phoebe y emprendió su viaje. Sin embargo, tras recorrer unos kilómetros, se encontró con un fatal desenlace.
Phoebe se encontraba en el interior del vehículo y tras pasar por una zona que no reconocía, observó como el coche circulaba dejando atrás una señalización de Juárez, en territorio ya de México. En ese momento, comenzó a sospechar que algo iba mal y que realmente su conductor no tenía intención de llevarla hasta su destino, si no más bien de secuestrarla.
Esta mujer empezó a entrar en estado de psicosis absoluto y de pánico voraz que le llevaron a reaccionar de muy mala manera. En su testimonio ante la Policía de El Paso, confesó que cuando creyó que el conductor quería llevársela a México, no dudó en actuar. Se sintió vulnerable, sacó un arma que llevaba consigo y no dudó en disparar a quemarropa al conductor de Uber en la cabeza.
Según ha informado también The New York Times, "el automóvil chocó contra una barrera en la carretera antes de detenerse en la Ruta 54 de EEUU". Fue en ese momento cuando Phoebe Copas había disparado a su presunto secuestrador, el cuál lógicamente perdió el control del vehículo hasta tener un accidente.
¿Confusión fatal o defensa propia?
Una vez se había producido el asesinato, las autoridades y las fuerzas del orden acudieron hasta el lugar de los hechos para intentar descifrar lo que había ocurrido. Allí tomaron declaración a Phoebe Copas, quien transmitió su versión de los hechos: había disparado a sangre fría a su conductor de Uber porque pensaba que este quería secuestrarla y llevársela a México.
Sin embargo, después de realizar las primeras pesquisas, las autoridades no encontraron evidencias algunas de que el conductor tuviera intención de realizar ningún atentado contra la mujer y, mucho menos, secuestrarla. Las investigaciones iniciales empiezan a desmontar esta teoría, ya que no se han hallado indicios de aquello que la propia Phoebe Copas había declarado.
[Un niño de dos años mata a su madre embarazada de ocho meses de forma accidental en Ohio]
De hecho, los expertos han explicado que el conductor no se había desviado de su camino en ningún momento: "No se encontraba cerca de un puente, puerto de entrada u otro lugar". Así lo confirmó un detective del Departamento de Policía de El Paso durante la declaración jurada.
El caso no estuvo exento de situaciones macabras, ya que Phoebe Copas, la mujer que ha sido ahora acusada de asesinato, decidió tomar una foto del conductor mientras estaba herido en el interior del vehículo para enviársela a su novio antes de solicitar la llegada de los servicios de emergencia. Una situación cuanto menos surrealista.
[La Justicia estadounidense deniega el recurso de reposición de Pablo Ibar]
Por ahora, Copas ha sido acusada de asesinato y tiene una fianza fijada en 1,5 millones de dólares. El conductor de Uber, por su parte, fue trasladado a un hospital cercano donde horas más tarde se confirmó su fallecimiento. Las lesiones que presentaba eran incompatibles con la vida y el cuerpo médico que le atendió tuvo que tomar la difícil decisión de desconectarle.
La empresa para la que trabajaba Daniel Piedra García ha emitido un duro comunicado tras la muerte de su empleado: "Estamos horrorizados. Hemos estado en contacto con su familia y nuestros pensamientos están con sus seres queridos durante este momento tan difícil. Vetamos a la mujer tan pronto como nos enteramos de lo ocurrido y estuvimos en contacto con la policía".