Hipólito Mora Chávez fundador de los grupos de Autodefensas en reacción al cartel de Los Caballeros Templarios.

Hipólito Mora Chávez fundador de los grupos de Autodefensas en reacción al cartel de Los Caballeros Templarios. Twitter

América

El narco mexicano mata en el tercer intento al líder de las autodefensas: "Que mi muerte no sea en vano"

Desde noviembre de 2022, Hipólito Mora Chávez había sufrido tres intentos de asesinato por varios grupos de sicarios mexicanos.

3 julio, 2023 02:47
Ciudad de México

El estado de Michoacán, en la zona occidental de México, se ha convertido durante estos días en el principal foco informativo del país latinoamericano. El asesinato de Hipólito Mora Chávez -fundador de los grupos de Autodefensas- el pasado jueves hace que se sume una nueva historia de violencia, narcotráfico y conflictos internos a la tercera región de México que más homicidios registró el pasado año.

El que fuese líder de las autodefensas de Michoacán circulaba con una furgoneta blanca blindada por el centro de la localidad de La Ruana, su lugar de residencia, cuando se produjo el ataque armado que acabaría con su vida y la de los dos escoltas que lo acompañaban. Después del asalto con numerosos disparos, los cuerpos fueron calcinados a causa de un incendio que los atacantes provocaron en el vehículo. Todo a plena luz del día y ante la mirada de varios residentes. En algunos vídeos que trascendieron del ataque, se pude escuchar el sonido de los casquillos cayendo uno tras otro en el asfalto e incluso ver los cuerpos de los fallecidos.

Las amenazas de muerte a Hipólito Mora fueron constantes durante varios años. En 2021 anunció que comenzaría a contar con un escolta especial de seguridad para protegerse ante posibles ataques. No fue hasta noviembre de 2022 cuando sufrió el primer atentado. El segundo sucedió en marzo de este mismo año, cuando el michoacano denunció que un grupo de sicarios mexicanos había tratado de matarlo. El tercero, acabó con su vida el del pasado jueves.

Las autodefensas de Michoacán

En 2013 Hipólito Mora, por entonces un recolector de limones de la zona, consiguió su máxima notoriedad, tras convertirse en una figura preeminente en el movimiento de las conocidas autodefensas de Michoacán; grupos de civiles, mayoritariamente agricultores, que decidieron unirse para enfrentarse a los cárteles del narcotráfico y tratar de restaurar la paz ante la falta de seguridad y la consecutiva inacción del gobierno estatal mexicano.

Mora destacó rápidamente por su liderazgo carismático y su habilidad para movilizar a una población harta de organizaciones criminales como el cártel de 'Los Caballeros Templarios', que llevaban años infundiendo terror en la región, controlando el tráfico de drogas, extorsionando a los vecinos y llevando a cabo acciones violentas contra todo aquel que se opusiera a su dominio. El propio Mora reconoció que su decisión de luchar contra los narcos mexicanos llegó después de que unos criminales le prohibieran a él y a su familia plantar en su propia finca.

Antecedentes a las autodefensas

En la región se cultivó marihuana durante décadas, y posteriormente se comenzaron a producir otras drogas sintéticas, principalmente anfetaminas. Según Mora, la situación empeoró cuando el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) lanzó una cruzada contra los narcos y el negocio no parecía rentarles lo suficiente. Fue entonces cuando los narcos empezaron a secuestrar y extorsionar a los vecinos. Cobraban dinero a los residentes por vivir en su propia casa, a los comerciantes por cada máquina que tenían en la tienda de videojuegos, etc. "A la Ruana lo peor llegó cuando se hicieron con el control de las cinco empacadoras del limón del pueblo, la fuente de su riqueza", comentó Mora en una entrevista a la periodista Denise Maerker.

La narración que hace Hipólito de lo que ocurría en La Ruana con el limón tiende a repetirse en las otras comunidades que se levantaron en armas, según recopila Enrique Guerra Manso, investigador del departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma de México, en 'Las autodefensas de Michoacán'. Lo que cambia es el producto.

En Tancítaro, al oeste de la región, fue el aguacate. En Tepalcatepec, en la frontera con Jalisco, la carne y el queso. En Coalcomán y Aguililla, al suroeste del estado, las serrerías de madera y las minas, respectivamente. En todos lados los cárteles exprimían las cadenas productivas y toda la actividad económica. A los robos que se producían hay que agregar además las humillaciones, el acoso, las violaciones de mujeres y niñas y los secuestros. Estos factores se constituyeron en fuente de agravio e hicieron detonar al movimiento de las autodefensas.

Desde entonces, en la región donde se exporta el mayor porcentaje de aguacate mundial y una buena parte del limón y la papaya a nivel internacional, se suceden enfrentamientos entre civiles y cárteles. A pesar de que fueron muchas personas las que tomaron las armas, (se habla de unos tres mil hombres en el estado de Michoacán) la participación de civiles armados también generó controversia y críticas. Los principales argumentos en contra provenían de la percepción de que estos grupos sobrepasaban con creces los límites legales, y se les acusaba de paramilitarismo y neocaciquismo. La situación generó tensiones y confrontaciones entre las autodefensas y las fuerzas de seguridad gubernamentales. Incluso se tornó más compleja cuando surgieron divisiones y disputas internas dentro del movimiento, que culminaron en enfrentamientos entre distintas facciones, socavando la eficacia del mismo.

La entrada en política de Mora

En 2014, y tras un giro de los acontecimientos, Hipólito Mora fue detenido bajo cargos de homicidio relacionado con una confrontación con otra facción de autodefensas. Anteriormente ya se habían generado en la zona distintas polémicas y divisiones en la opinión pública que cuestionaban un posible caciquismo del líder. Tras su liberación, a los seis meses, el michoacano mantuvo su compromiso con la lucha por la seguridad y la justicia en la región, aunque su protagonismo público se vio reducido.

Tras buscar contribuir a la pacificación del Estado a través de diversas iniciativas, en marzo de 2015 comenzó su recorrido en política al ser anunciado miembro de Movimiento Ciudadano, un partido de ideología socialdemócrata, como candidato a diputado federal para las elecciones federales de junio de ese año. Finalmente no fue elegido en las votaciones y abandonó el partido en 2018 por diferencias con la dirección nacional.

Dos años más tarde, en diciembre de 2020, sería elegido como candidato del Partido Encuentro Solidario (PES), de ideología conservadora, a la gobernatura de Michoacán para las elecciones estatales de 2021. Consiguió 54.794 votos, siendo la quinta candidatura en orden de votos recibidos. A pesar de ello, abandonó la formación política tras los comicios, alegando en rueda de prensa que "la política está llena de mierda", aunque no descartó volver a ella.

Sin reconocimiento de responsabilidades

Los dos partidos políticos en los que Hipólito Mora convergió -Movimiento Ciudadano y Partido Encuentro Solidario- han extendido su apoyo a los familiares y criticado al Gobierno tras su fallecimiento. Eder López, líder del PES, comentó a través de un directo de Facebook en la cuenta oficial del partido que el Gobierno mexicano había dejado "totalmente solo a Hipólito". El dirigente, que destacó el papel de Mora tanto dentro como fuera del partido, apostilló que "no lo arroparon y miren, está la fatal consecuencia, que es el asesinato".

Por otro lado, el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, fue preguntado durante su rueda de prensa mañanera del viernes por el asesinato de Hipólito Mora. En su intervención, y lejos de asumir culpas, el presidente responsabilizó al pasado y a los anteriores gobiernos: "Esto es un remanente de la violencia que se auspició y permitió desde el Gobierno. Acuérdense de que hubo un narcoestado en México durante el Gobierno de Felipe Calderón". Sin embargo, las redes sociales se llenaron de críticas a su Gobierno sostenidas en la nula presencia policial cuando se ejecutó el ataque.

El posible fin de una época

El periodista Ioan Grillo, especializado en el narcotráfico mexicano y autor de varios libros de esta índole, alegó en una conversación con EL ESPAÑOL que, si bien es complicado analizar en este momento las dimensiones del asesinato de Hipólito Mora, sí se puede hablar del cierre de un capítulo: "Es el fin de una época de las autodefensas como esperanza para solucionar los problemas de la violencia de los cárteles en México. Es probable que, tras la muerte de una figura tan emblemática, dejemos de ver a tanta gente tomando armas como solución".

En una entrevista concedida hace tres años, Hipólito Mora aseguró con gran templanza que no se quedaría de brazos cruzados: "Yo si me voy a morir me voy a morir peleando, defendiendo mis derechos". De su carta póstuma, publicada por diversos medios de comunicación mexicanos, se puede destilar el verso de una persona que era consciente de estar perseguido, pero que nunca dejó la lucha contra el narcotráfico: "Lo dije en muchas ocasiones, sabía que este día llegaría, lo dije, me voy a morir peleando, solo quiero que mi muerte no sea en vano". El agricultor de limones que un día decidió luchar contra los narcos mexicanos emprendió un largo camino. Sin embargo, no se iría nunca de la localidad que le vio nacer y combatir, La Ruana, donde, 67 años más tarde, también se le vería morir.