Por los grupos de Facebook de Zacatecas, Ecatepec y otras regiones de México circulan anuncios de trabajo peculiares: ofrecen formar parte de una empresa sin nombre, que tanto los empleadores como los candidatos conocen como "las de las cuatro letras". El apodo, lo sabe todo el país, se refiere a las siglas del mayor cártel mexicano: CJNG. El cártel Jalisco Nueva Generación.
Los anunciantes ofrecen hasta 10.000 pesos (532 euros) semanales, e incluyen régimen de comidas, traslados y alojamientos para los seleccionados. La oferta es golosa: teniendo en cuenta que la Hacienda mexicana no desgravará un peso, llevarse más de 500 euros netos cada semana es un sueño para muchos... y muchas: las publicaciones consultadas por EL ESPAÑOL invitan a que las mujeres tramiten su solicitud, también. Además, el cártel se compromete a pagar la formación de sus fichajes.
Estas atractivas condiciones se combinan con una estrategia de difusión por redes que la antropóloga de la Universidad de Murcia Alejandra León ha acuñado como 'narcomárketing'. Para beneficio de los narcos, las plataformas más populares no eliminan sus publicaciones y, si lo hacen, es en tiempos dilatados y denuncia mediante.
Con los anuncios de "la empresa de cuatro letras" conviven falsas ofertas de empleo. José Ignacio Montero, colaborador de Descifrando la Guerra, explica que el cártel cuenta con sus propios call centers desde los que se contacta con jóvenes que están solicitando diversas ofertas laborales y se les cita para después reclutarlos forzosamente y trasladarlos a "narcocampamentos". "Además, estas centralitas telefónicas cumplen otras funciones, como son la extorsión o el fraude, sobre todo a turistas extranjeros", explica Montero.
Mientras Facebook es la red social más utilizada por el CJNG para el reclutamiento, TikTok se ha convertido en una plataforma popular en la que los miembros de la organización criminal presumen de dinero, estilo de vida e influencia. En ocasiones, este escaparate atrae a chicos jóvenes, generalmente de entornos socioculturales humildes, deseosos de llevar una vida como la que ven en sus pantallas. Estas prácticas también son comunes de otros cárteles, como el de Sinaloa y el del Noreste.
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Otro blanco de las organizaciones son sicarios profesionales. Cuando no se "profesionaliza" a reclutas civiles, los cárteles negocian la incorporación de personas con formación militar o, directamente, miembros de las fuerzas armadas. A cambio, se les ofrece la posibilidad de mejorar sustancialmente el salario que perciben en el Ejército. "También se tiene conocimiento de la contratación de profesionales de diversas áreas, entre los que se encuentran los profesores de química, que son muy valorados para la creación de nuevas drogas sintéticas", apunta Descifrando la Guerra.
El mes pasado, un informe reveló que el narco es el quinto mayor empleador de México. La investigación, de la revista Science, estima que las organizaciones criminales en México tienen actualmente entre 160.000 y 185.000 miembros, el 17,9% de ellos, alrededor de 31.300, afiliados al CJNG. Siguen el cártel de Sinaloa (8,9% de los trabajadores del narco, en torno a 15.600 personas) y la Nueva Familia Michoacana, con el 6,2%. En total, las organizaciones criminales superan en plantilla a grandes empresas como Pemex, Bimbo y Oxxo.
De aquellos 160.000-185.000 miembros, la Red por los Derechos de la Infancia en México estima que actualmente hay cerca de 30.000 niños y niñas explotados por el narco. Además, "en 2021, aproximadamente 34.000 personas murieron en homicidios intencionales en México, el equivalente de casi 27 víctimas por cada 100.000 habitantes", apuntó el artículo.
Esto demuestra el fracaso de la "guerra contra el narco" promovida desde 2006 por el Gobierno de Felipe Calderón, que ha dejado casi medio millón entre fallecidos por homicidios y desaparecidos. Estos no sólo eran miembros de cárteles: también incluían a civiles, militares y policías. Según el estudio de Science, actualmente se registran unas 120 muertes semanales relacionadas con las organizaciones criminales, y si se mantiene la tendencia actual hacia 2027 esa cifra subirá a alrededor de 170.
Para el informe, la única forma de reducir la violencia del crimen organizado en México es atajar el reclutamiento de los cárteles, sustituyendo la actual estrategia reactiva por una preventiva. "La carrera en el cártel es muy corta y violenta. En 10 años el 17% de los individuos reclutados por cárteles habrán muerto, y el 20% estarán incapacitados en alguna prisión", añade el director del estudio, el investigador Rafael Prieto Curiel.
A la merma de miembros por las muertes en la puja por el control de territorios y actividades criminales se suman las deserciones, por lo cual el estudio calculó que los grupos del crimen organizado necesitan reclutar de 350 a 370 personas por semana para evitar el colapso debido a las bajas totales, según Efe.
La cifra subirá a 220.000 en cinco años si se mantiene la actual política de capturas, procesamientos y encarcelamientos. Pero la cifra bajaría a 155.000 si se corta el reclutamiento a la mitad, y disminuiría a 110.000 miembros si se impide la incorporación de nuevos miembros, añadió el estudio.
Las muertes en México relacionadas con las organizaciones delictivas han aumentado un 77% entre 2012 y 2022, y "si el país continúa en esta senda experimentará hacia 2027 un 40 % más de muertes y los cárteles tendrán un 26 % más de miembros", dijeron los investigadores. "Matemáticamente, por tanto, una estrategia preventiva es significativamente más exitosa que la tradicional estrategia reactiva", añadieron.
De todos modos, estas organizaciones criminales son tan grandes que, aun si se redujese el reclutamiento a cero, llevaría tres años retornar a los niveles de violencia, ya altos, que el país registraba en 2012, indicó el informe. De acuerdo con el artículo, los resultados subrayan la necesidad de dedicar más atención al reclutamiento. "Reducir el reclutamiento requiere esfuerzos estructurales en los niveles estatal y local", expuso.
"Esto se aplica especialmente a las áreas con elevado apoyo de los cárteles, donde ofrecer oportunidades educativas y profesionales que superen los beneficios a corto plazo ofrecidos por los cárteles representa un objetivo crítico para el futuro del país", concluyó.