Durante su campaña quiso dar siempre una imagen de outsider pero en realidad siempre estuvo dentro del poder. Asambleísta durante la última legislatura y heredero de uno de los mayores imperios del banano del país, Daniel Noboa Azín (Guayaquil, 1987) será el presidente más joven de la historia de Ecuador después de imponerse a Luisa González, la representante del correísmo, con casi un 53% de los votos en unas elecciones inéditas. El candidato tendrá sólo un año y medio para aplicar su programa, que es lo que resta de mandato después de la destitución de Guillermo Lasso por un supuesto caso de malversación pública.
El representante de la alianza de Acción Democrática Nacional nunca fue favorito y sin embargo ha sido claro ganador. “Fue capaz de sostener esa expectativa que se puso en él, tras una muy buena campaña y un debate en el que se posicionó como un posible ganador inesperado”, explica Pablo Pardo, docente de Ciencias Políticas en el Centro de Estudios Sociopolíticos de la Universidad Ecotec de Guayaquil, a EL ESPAÑOL. En esa primera vuelta obtuvo el 23,47% de los votos, quedando por detrás de la candidata del movimiento correísta, Luisa González, con quien hoy se peleaba directamente el sillón presidencial y a quien finalmente le dio sorpasso.
Con estudios en universidades como Harvard y una formación eminentemente empresarial, el candidato propone un plan muy agresivo, cercano al neoliberalismo, para atraer inversión extranjera, reducir impuestos, disminuir las tarifas eléctricas e impulsar más tratados internacionales de libre comercio.
Dentro del eje de la seguridad, Noboa ha expuesto el Plan Fénix, mediante el cual, según se puede extraer de su campaña, creará “una central de inteligencia que permita proveer información vital para prevenir delitos, responder a emergencias y garantizar la seguridad de los barrios”.
[Elecciones en Ecuador: la correísta Luisa González y el empresario Daniel Noboa, a segunda vuelta]
Y además dice tener los apoyos necesarios. “El candidato ha mencionado que tiene cooperación con Estados Unidos y con Israel para poder hacer frente al problema de la violencia”, explica Andrea Endara Ordóñez, coordinadora del grado de Ciencias Políticas de la Universidad Casa Grande de Ecuador. Problema que se une a una economía en horas bajas: hace ya 23 años que Ecuador adoptó el dólar estadounidense como moneda oficial, y Noboa asegura que para proteger la dolarización también se necesita promover la inversión, tanto interna como externa, para controlar la inflación.
“Aunque Ecuador no puede controlar directamente la inflación a través de la política monetaria debido a la dolarización, puede implementar políticas fiscales y económicas que ayuden a mantener la inflación bajo control”, explica en su documento de campaña.
Jornada electoral “sin incidentes”
Las armas largas y los chalecos antibalas del ejército ecuatoriano custodiaban este domingo los centros electorales de un país que se encuentra en pleno estado de excepción. La población estaba obligada a votar y no faltó a la cita: en los colegios asignados para la votación las familias formaban largas colas con esperanza de cambio. “Yo quisiera que ganara Noboa porque tengo un pequeño emprendimiento y sé que me va a ayudar”, explicaba José Luis, que se dedica a la creación de cerveza artesanal, mientras espera.
Justo al frente —aquí las mujeres votan en salas diferentes a la de los hombres—, Diana, que ya se marchaba mientras le ofrecía la mano a su hija pequeña, explicó que había votado a Luisa González: “Con las medidas de Correa nos fue mucho mejor de lo que estamos ahora”. Una clara demostración de que, aunque lo intentó, la candidata nunca pudo quitarse la etiqueta de ser la elegida por Rafael Correa, que ahora mismo se encuentra en Bélgica, y que en abril de 2020 fue condenado en ausencia a ocho años de cárcel por cohecho en el denominado Caso Sobornos.
Urnas cerradas en todo el territorio nacional a las 17:00 horas en una jornada que, según el Centro Nacional Electoral de Ecuador, se produjo sin ningún incidente. La cadena de televisión Teleamazonas difundía al cierre una encuesta a pie de urna que le daba la victoria a Daniel Noboa con un 53,85%. Horas más tarde, y aún sin el resultado totalmente escrutado, las calles de Quito —muy lejos de donde el candidato decidió pasar la noche, en una pequeña comuna costera de Guayaquil— empezaron a gritar su nombre al son del claxon de los coches que circulaban por la Mariscal Sucre.
Un futuro incierto
El ya presidente electo Daniel Noboa tendrá que hacer frente ahora a uno de los momentos más convulsos de la historia de Ecuador. El país se encuentra sumergido en una grave espiral de violencia. “La situación actual, política y social del Ecuador se puede resumir en una palabra: convulsionada”, sentencia Endara Ordóñez.
La tendencia de este año señala que para diciembre el país puede superar la cifra de 35 homicidios por cada cien mil habitantes, un número que, según Insight Crime, en América Latina es sólo superado en la actualidad por Venezuela y Honduras. Y que situaría a Ecuador entre los diez países más peligrosos del mundo, siendo en la actualidad el decimocuarto, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Pero no es ese el único gran problema que enfrenta: nunca en la historia el país había perdido tanta población por el fenómeno de la migración como en 2022, mientras se esperan cifras aún mayores para 2023 y 2024. Según datos recopilados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, el saldo migratorio de 2022 fue de -137.545 personas en un país acostumbrado también a recibir migrantes y, por lo tanto, a tener un saldo positivo: en la serie histórica sólo se obtuvo un saldo negativo en seis años.
Además, ahora mismo en la Asamblea Nacional de Ecuador ninguna bancada tiene la mayoría absoluta. El partido de Luisa González es mayoritario, seguido por el partido que representaba el candidato asesinado hace dos meses, Fernando Villavicencio. Lo que significa que Noboa y su partido tendrán grandes dificultades en las opciones de pacto. Sin embargo, en el discurso poselectoral la candidata González ha dejado una puerta abierta: “Cuente con nuestros votos en la Asamblea para lo que necesite, siempre y cuando no sea privatizar nuestros recursos y precarizar la salud, el empleo y la educación”.
"Ejemplo mundial"
Pocos minutos después de las 20:00h, Luisa González llegaba al Hotel Quito, en el centro de la capital, para atender a los medios de comunicación y a sus afiliados aquí reunidos. “Lo primero quiero dar gracias a Dios, bendito sea”, afirmó la candidata nada más subir a la tarima. En su discurso dio las gracias a los representante de su partido y también quiso darle la enhorabuena a Daniel Noboa: “Al presidente electo, nuestras felicitaciones. Porque somos una democracia y nosotros jamás hemos llamado a incendiar una ciudad ni hemos salido gritando la palabra fraude”.
Noboa, lejos de la capital, apareció ante los medios en la Comuna de Olón, a tres horas en coche de Guayaquil. Al igual que González, también quiso acordarse de Dios: “Quiero darle las gracias por haberme dado la oportunidad de servirle a mi país de la manera en que lo voy a hacer ahora”. Y prometió regresar a Ecuador al progreso: “Un país que lo tiene todo para ser un ejemplo mundial”, sentenció. Sin duda, la República mira hacia el futuro con la esperanza de que su nuevo líder pueda abordar eficazmente los grandes desafíos a los que se enfrenta y forjar un país más próspero y seguro. Al menos hasta dentro de un año y medio, cuando regresarán las urnas.