Edmundo González, 'el embajador de Chávez' que quiere destronar a Maduro en las elecciones de julio
Tras la inhabilitación del régimen a las opositoras María Corina Machado y Yorina Coris, el diplomático y académico asumió el desafío.
23 abril, 2024 02:59Su indiferencia con la propuesta es lo que explica su éxito en Venezuela. Tanto de parte de la oposición, que corrió a contrarreloj en busca de un candidato, como del régimen, que por más que alardee sobre su disposición democrática a organizar elecciones, ha inhabilitado a dos posibles contendientes de forma a lo menos sospechosa. Edmundo González Urrutia, el último en ser aceptado por el Consejo Nacional Electoral, es un académico de 74 años de edad, que pese a su trayectoria diplomática y a sus publicaciones editoriales, es un donnadie en la escena mediática de la política. Quizás ese también sea el segundo motivo de su éxito.
Nacido en la ciudad de La Victoria, en el estado de Aragua, y con dos embajadas en su palmarés, como es la de Venezuela en Argelia (1991-1993) y en Argentina (1998-2002), González Urrutia fue el elegido para competir contra Maduro en las próximas elecciones presidenciales del 28 de julio. La Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la más importante en la oposición, logró aprobar su postulación a pocas horas de que acabe el plazo. Antes lo intentó la activista María Corina Machado y la filósofa Corina Yoris. Ambas, especialmente críticas de la dictadura, fueron ilegalmente suspendidas.
En las fuerzas opositoras la tensión era máxima. Ante la ausencia de una candidatura que no incomode demasiado al Gobierno, opciones como llamar a la ciudadanía a la abstención o boicotear el proceso electoral comenzaron a discutirse. La dictadura de Nicolás Maduro, fiel a su estilo, había endurecido la represión contra los disidentes al mismo tiempo que prometía elecciones libres, abiertas y competitivas.
El veterano diplomático es la tercera alternativa de la oposición y su respaldo fue unánime. Hasta el momento, González Urrutia nunca ha sido candidato a un cargo de representación electoral, pero su pasado tiene tintes políticos y hablan de un hombre que pone la diplomacia en la delantera de sus prioridades.
Durante los dos primeros años del Gobierno de Chávez se desempeñó como embajador en Argentina, país 'hermano' de Venezuela y uno de sus socios comerciales más importantes. Fue González Urrutia, de hecho, quien acompañó al entonces presidente en uno de sus primeros viajes internacionales. En su gestión defendió la integración del país a Mercosur, una de las organizaciones más importantes en la región y caracterizada por tener en sus filas parte de los liderazgos de izquierda más importantes del continente. El ingreso de Venezuela se formalizó un año después.
También cosecha ciertos éxitos con el sector que hoy patrocina su postulación. Fue presidente de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), ahora conocida como PUD, que también reúne a gran parte de la disidencia a la dictadura. Por otra parte, fue asesor en el único triunfo electoral opositor en las elecciones para la Asamblea Nacional en el 2015. Fue en ese último episodio donde le reconocen valía política y en el que pudo construir importantes redes.
Su perfil en X (antes Twitter) estuvo en desuso durante siete años. Fue para denunciar una cuenta falsa creada a su nombre lo que le hizo volver. Después, para anunciar su candidatura: "Acepto el inmenso honor y la responsabilidad de ser el candidato de todos los que quieren un cambio por la vía electoral. Un abrazo al pueblo de Venezuela". Minutos más tarde, volvió a publicar: "Próximamente me estaré dirigiendo a todos los venezolanos que apuestan a la recuperación del país". El apoyo fue masivo.
Un camino lleno de obstáculos
El tercer intento, pero el definitivo. Esa es la esperanza de la oposición democrática en Venezuela. Antes que él hubo dos inhabilitaciones y otros dos aspirantes al cargo que quedaron en el camino. Uno fue Manuel Rosales, ex gobernador del estado de Zulia, que hasta hace pocas horas iba a ser el adversario de Maduro. El otro, Enrique Márquez, exvicerrector del Consejo Nacional Electoral.
Cuando se supo de la postulación de González Urrutia estaba lista, se activó la sospecha de que Rosales iba a preferir competir con su partido, Un Nuevo Tiempo, y no sumarse a la campaña del académico. No obstante, fue coherente con su declaración de hace algunas semanas, cuando comentó que si había un respaldo unánime en la oposición, él iba a retirar su candidatura presidencial.
Una persona clave en ese sentido fue María Corina Machado, posiblemente la voz de mayor influencia en la oposición al Gobierno de Maduro. La militante de Vente Venezuela fue inhabilitada por el régimen sin motivos que justifiquen la decisión. Desde entonces se la ha jugado por reunir una candidatura que consiga el apoyo unánime de todas las fuerzas 'antichavistas'.
Tras la designación de González Urrutia, Machado hizo ver su felicidad en redes sociales. "Venezolanos hemos dado otro gran paso a la libertad. Estamos unidos y fuertes (...) "En todos los municipios y parroquias, miles y miles de comanditos por Venezuela están trabajando. Esta es la organización ciudadana que crece, se expresa y toma el protagonismo en estas horas. Por eso hoy te necesitamos, necesitamos que todos los venezolanos dentro y fuera de Venezuela, formemos parte de la gran alianza nacional".
Los problemas para la PUD, sin embargo, no acaban allí. Con un régimen como el venezolano, los margenes democráticos son pocos y no se pueden perder de vista los riesgos. Además del despliegue en terreno, en momentos en que la represión policial va en alza, es el día de los comicios el que más enciende las alarmas. Un desafío será asegurar la infraestructura necesaria para estar presentes en todas las mesas de votación y que existan los suficientes supervisores para el conteo final.
El chavismo bajo amenaza
Mientras la oposición celebra, en las filas del régimen se percibe tensión. Se cree, cada vez más, que la posibilidad de ser derrotados en la elección es alta. Es ese temor, de hecho, lo ha provocado un aumento de la violencia estatal en las calles, así como la persecución en contra de personajes de importante connotación pública.
Dos semanas atrás fue el turno del 'Zar del Petróleo', Tareck El Aissami por su rol en la trama de corrupción conocida como Pdvsa-Cripto. Su arresto fue "vendido" a la ciudadanía como un triunfo en su supuesta lucha contra la corrupción. El 17 de abril le tocó a José Lugo, coronel marino y ex alto cargo de la estatal petrolera, que después de su detención, también por un caso de corrupción millonario en Venezuela, falleció por ahorcamiento.
Las encuestas, en tanto, muestran una imagen cada vez más deteriorada de Nicolás Maduro y la demanda por un 'cambio político' se acentúa día a día. Un estudio de la firma Delphos señaló una correlación entre querer emigrar del país y una reelección del actual presidente. La conclusión es que cuatro de cada cinco personas que piensan irse de Venezuela lo harían si no hay alternancia en el poder.
Otro sondeo de opinión de la empresa More Consulting, hecho antes de la confirmación de la candidatura de González Urrutia, arrojó que el "candidato apoyado por María Corina Machado" tendría el 45,8% de los votos contra el 21,6% de Maduro. La crisis actual no haría más que profundizar esa brecha.
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Quedan poco más de dos meses para los comicios y la expectativa opositora se divide entre la ilusión por recuperar la democracia y la desesperanza de que se respeten los resultados, en caso de que el mandatario sea derrotado. Lo que sí ha generado consenso es que la candidatura de González Urrutia llegó en el mejor momento posible y apunta a solucionar una serie de problemas, entre ellos, bajar la presión del Gobierno al no ser visto como un "extremista de derecha". Su misión, sin embargo, será destronar del poder a un sector político que acumula más de dos décadas en el poder.