Las elecciones en Venezuela no son propias de una democracia normal. Cada día viene acompañado de una incertidumbre que mantiene en vilo a sus ciudadanos. Mientras la oposición se moviliza en las calles, el régimen inhabilita a candidatos populares, como fue el caso de María Corina Machado, y encarcela a miembros de la campaña. También hace lo que esté a su alcance para obstaculizar el voto en el extranjero, donde millones de venezolanos residen a raíz de la grave crisis económica, política y social del país. Esta vez sumó una nueva medida que vuelve a poner en duda la legitimidad de los comicios. Tras haber invitado en un inicio a la Unión Europea (UE) como observador internacional, revocó su decisión al considerar que es un organismo nocivo para sus intereses. 

La decisión no sorprende a nadie. Desde hace una semana que el gobierno de Nicolás Maduro viene advirtiendo su intención de dejar sin efecto la invitación a la UE. Fue en marzo, en la ciudad de Bruselas, cuando el régimen resolvió sumar al bloque europeo como señal de legitimidad de cara a los comicios. Conforme avanza la popularidad del candidato opositor, Edmundo González Urrutia, las señales dejan de importar y el temor de perder el poder después de veinticinco años se hace cada vez más grande.

"Sería inmoral permitir la participación europea conociendo sus prácticas neocoloniales e intervencionismo contra Venezuela, no siendo, en consecuencia, su presencia grata en un proceso electoral tan importante para la democracia", señaló el pasado 13 de mayo Elvis Amoroso, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE). De ese modo, las elecciones se quedan sin un organismo observador de vasta experiencia en asuntos de esta naturaleza.

El presidente del Consejo Nacional Electoral (CNI), Elvis Amoroso. France 24

Amoroso, al igual que dirigentes importantes del chavismo, se apoyan en las sanciones que la UE ha impuesto contra algunos políticos oficialistas. A su parecer, estas sanciones, que en la práctica sólo van dirigidas a determinados individuos, perjudican a la nación en su conjunto e impiden que la economía de la nación se mantenga en ritmo. "La Unión Europea ratificó las sanciones genocidas y coercitivas contra el país, situación que afecta a todos nuestros habitantes y a nuestra soberanía e independencia", añadió.

Es una estrategia ya conocida en el régimen. Las responsabilidades de la crisis que azota al país desde hace décadas nada tendría que ver con un gobierno dictatorial que se ha aislado del mundo, sino a los bloqueos y las sanciones que vienen del exterior. En ese sentido, las hostilidades hacia la UE se han vuelto costumbre. Diosdado Cabello, número dos en el chavismo, calificó de "mafia" a la organización el pasado 20 de mayo. "Yo no sé que irá a hacer el CNE. Están invitados, pero son muy torpes. No tienen moral para sancionar a ningún venezolano, no tienen moral los esclavistas del mundo, los filibusteros del mundo que se han robado las riquezas".

Trasfondo

El hombre clave de la trama es Jorge Rodríguez, presidente del parlamento y militante de la misma agrupación que el máximo miembro de la CNE, Elvis Amoroso. Fue Rodríguez, quien después de que la UE anunciara que mantendrá la sanción en su contra (no así con otros dirigentes del mismo sector ideológico), el que pidió expresamente que se le revocara la invitación al bloque de ser observador en las elecciones de finales de julio. Antes había insultado a los líderes del colectivo llamándolos "groseros", "bastardos", "canallas" y otros calificativos.

Amoroso no tardó en acoger la solicitud de Rodríguez, a quien conoce desde hace tiempo y le guarda un aprecio especial. El motivo detrás de eso, es que él también fue sancionado en su momento por la Unión Europea tras ser acusado de "socavar la democracia y el Estado de derecho". El castigo se tradujo en la imposibilidad de visitar cualquier país miembro del organismo y la congelación de todos sus activos. 

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La respuesta, por supuesto, fue la victimización y la tesis de que la sanción en su contra no sólo le afecta a él, sino a toda la población. "La comunidad internacional conoce el incalculable daño patrimonial que se le ha ocasionado al pueblo de Venezuela, afectando la salud de niños y ancianos, producto de las sanciones de la UE, pues impiden el acceso a medicinas y alimentos".

Respuesta de la UE 

Europa "lamenta profundamente" la resolución del régimen. También lo lamenta una oposición, que si bien no pierde la esperanza de tener al fin unas elecciones decentes, observa con algo de pesimismo las noticias más recientes. A lo comunicado por el CNE, la UE reaccionó con celeridad y manifestó su postura. "El pueblo venezolano debería poder elegir a su presidente en elecciones creíbles, transparentes y competitivas, respaldadas por la observación internacional, incluida la Unión Europea, que tiene un largo y distinguido historial de observación internacional independiente".

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En el razonamiento del bloque, la decisión contradice lo estipulado en el acuerdo de Barbados, firmado por el gobierno y la Plataforma Unitaria Democrática en octubre de 2023. En ese entonces se aprobó la necesidad de que los comicios cuenten con observadores internacionales. En ese acuerdo, además, se deja de manifiesto que la UE debe ser uno de esos actores. Si bien el comunicado en respuesta pide al CNE "reconsiderar" su posición, es bastante poco probable que ello suceda.

Desde el CNE se están buscando controlar las críticas hacia su último movimiento. Amoroso recordó a la ciudadanía que aún continúan invitados internacionales como el Centro Carter, Naciones Unidas, la Unión Africana, la Celac y otros foros. Insiste en que las elecciones mantienen un cauce democrático y que sin la UE son más grandes las garantías de que el proceso sea un éxito. Venezuela, en tanto, se prepara para el día 28 de julio, fecha en que se conmemora el natalicio del expresidente Hugo Chávez.