Puño en alto, rostro ensangrentado y bandera estadounidense detrás. La imagen de Donald Trump tras sobrevivir al atentado de este sábado no sólo demuestra la tensión que vive Estados Unidos, también contrasta enormemente con la debilitada percepción de Joe Biden y obliga a su campaña a cambiar radicalmente su estrategia de presentar al líder conservador como un futuro dictador, peligroso para la democracia y el futuro del país.
“La campaña de Biden está pausando todas las comunicaciones y trabajando para retirar nuestros anuncios de televisión lo más rápido posible”, indicó en un comunicado el equipo de reelección del actual mandatario minutos después del tiroteo, en el que ha muerto un espectador y hay al menos dos heridos en estado crítico al fallar los tiros dirigidos a Trump.
En uno de los últimos anuncios, los demócratas calificaban a Trump de “perro faldero para un dictador” y pedían el voto para que “Estados Unidos no sea la Rusia de Putin”.
Esa constante advertencia sobre el regreso al poder de Trump era la estrategia principal con la que la campaña de Biden estaba tratando de salir a flote y tapar la conversación en torno a las capacidades cognitivas de Biden, de 81 años, tras su desastrosa aparición en el cara a cara contra Trump de hace más de dos semanas, que ha llevado a una veintena de congresistas de su mismo partido a pedir su reemplazo.
Con una investigación en curso tras un atentado contra un candidato a la Presidencia es difícil predecir los próximos pasos que seguirá esta insólita carrera electoral, pero en una sociedad donde prima la imagen se han dado esta semana dos escenas muy reveladoras: la de Biden confundiendo el jueves a Zelenski con Putin en una cumbre de la OTAN frente a los líderes de occidente con cara de incredulidad; y la de Trump abandonando el sábado un mitin con el puño en alto tras sobrevivir a un tiroteo.
Una encuesta publicada el jueves por el Washington Post indicó que dos de cada tres votantes considera que Biden debería renunciar a la reelección por ser demasiado mayor. Según otro estudio del Wall Street Journal más del 80% considera que debería apartarse. Cuando se realizaron las encuestas aún no se habían dado ambas situaciones que ocupan todos los medios de comunicación del mundo.
En su primera rueda de prensa en meses, Biden defendió su decisión de continuar en la carrera electoral por su capacidad para vencer a Trump."Le vencí una vez y lo haré otra vez”, insistió a los periodistas, a quienes espetó “escucharle a él” cuando le preguntaron sobre las burlas de expresidente a sus continuos traspiés en eventos públicos.
En redes sociales, Biden fue más duro en sus ataques: “Estados Unidos necesita despertar y darse cuenta de lo que los republicanos de Trump y MAGA están tratando de hacer. Los vamos a detener.”
Y también mucho más agorero: “Trump ha dicho que si gana, será un dictador el primer día. Y amigos, va en serio”.
Ataques silenciados
Como primera consecuencia, el tiroteo ha silenciado de manera fulminante los ataques de los demócratas y podría marcar un giro definitivo de 180 grados en su estrategia de campaña de las últimas semanas.
Asimismo, esta por ver como noticia afecta a las luchas internas del Partido Demócrata, después de que una veintena de congresistas haya pedido un candidato alternativo a Biden al ver peligrar también sus escaños en estados disputados como Pensilvania, Wisconsin o Arizona.
Por su parte, si el atentado no altera la agenda prevista, el mismo Trump que lleva años denunciando una persecución judicial en su contra y mostrándose como víctima abrirá al lunes la Convención Nacional Republicana como superviviente a un atentado con la atención de todo el mundo.
Antes del suceso, los republicanos ya llegaban a la cita en una forma inimaginable hace unas semanas: las voces internas que desafiaron a Trump se han apagado por completo y el exmandatario disfruta de una clara ventaja en las encuestas, que según el agregador de Real Clear Politics es de tres puntos sobre Biden de media y por delante en todos los estados bisagra.
Además, el Supremo decretó a su favor una inmunidad parcial que suspende sus causas judiciales pendientes y pospuso la lectura de la pena referente a la condena dictada por un juzgado de Nueva York contra Trump por los sobornos que pagó con fondos de campaña en 2016 a la actriz porno Stormy Daniels. Algo que ya parece olvidado.
De acuerdo con la prensa estadounidense, los asesores de la campaña habían preparado una convención para suavizar la imagen de Trump, dejar atrás su negativa a aceptar el resultado de los comicios de 2020 y borrar su complicidad en el infame asalto al Capitolio.
Ahora, todo queda en el aire y algunos republicanos ya culpan a la retórica de los demócratas del atentado, como el líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, Steve Scalise. "Durante semanas, los líderes demócratas han estado alimentando la histeria ridícula de que la reelección ganadora de Donald Trump sería el fin de la democracia en Estados Unidos. Claramente hemos visto a lunáticos de la izquierda actuar con una retórica violenta en el pasado. Esta retórica incendiaria debe detenerse”, afirmó en sus redes sociales.