La máxima autoridad de Chile, Gabriel Boric, reconoció por primera vez que el gobierno de Nicolás Maduro intentó cometer un fraude en las últimas elecciones de Venezuela. "No tengo dudas de que el régimen de Maduro ha intentado cometer un fraude", señaló ante la prensa desde el palacio de La Moneda. El tono de sus declaraciones se endureció, tras haber dicho horas después de los comicios, que el triunfo chavista 'autoproclamado' "era difícil de creer" y se limitara a pedir que exhiban las actas.

"Quiero ser claro. Chile no reconoce el triunfo autoproclamado de Maduro (...) No confiamos en la independencia ni en la imparcialidad de las actuales instituciones de Venezuela, por lo que hemos planteado como país que no validaremos resultados que no hayan sido validados por organismos internacionales independientes al régimen". Con su postura, el exlíder estudiantil se suma a los mandatarios más críticos a lo sucedido el pasado 28 de julio. Entre ellos, los de Argentina, Perú, Ecuador y Uruguay. Se ha alejado, al mismo tiempo, de países como Brasil, México y Colombia

Pese a sus palabras, manifestó la importancia de aprender del pasado y no precipitarse. "En esto tenemos que aprender de las experiencias pasadas. No podemos, como comunidad internacional, cometer el mismo error que se cometió en su momento con (Juan) Guaidó. Y esto lo entiende la mayoría de los países". El mandatario se refiere a lo ocurrido en 2019, cuando parte del mundo reconoció a Guaidó como presidente interino. Una estrategia que tenía como objetivo presionar al régimen y no consiguió los objetivos deseados. 

En ese entonces, el difunto expresidente chileno, Sebastián Piñera, participó activamente de la cruzada en compañía de Iván Duque, exjefe de Estado colombiano. Ambos visitaron Cúcuta, frontera entre Venezuela y Colombia, para hacer una entrega masiva de ayuda humanitaria y ratificar así el poderío de la oposición. Guaidó ahora vive en condición de exiliado en Miami, Estados Unidos, y su rol se ha debilitado fuertemente en el paso del tiempo. 

Boric se desmarca de la posición de algunos gobernantes, quienes han utilizado la táctica de reconocer a Edmundo González como presidente electo. Intenta, en cambio, posicionar una alternativa intermedia que sea crítica con el régimen y a la vez esté abierta a negociaciones que acerquen una transición pacífica a la democracia. 

Un posicionamiento que no ha gustado al Gobierno de Maduro, que ha tildado a Boric de "golpista" y le ha acusado de "colocarse a la derecha" del presidente de Argentina, Javier Milei, y del Departamento de Estado de Estados Unidos. "Se le cayó, definitivamente, la máscara, queda al desnudo su gobierno pinochetista y golpista", señaló el ministro de Exteriores de Venezuela, Yván Gil.