Nicolás Maduro, en su propio programa de televisión.

Nicolás Maduro, en su propio programa de televisión. Marcelo García Palacio de Miraflores

América

Maduro adelanta la Navidad a octubre como "agradecimiento" a sus fieles bolivarianos

La extravagancia del autócrata venezolana, al estilo del dictador de Bananas, coincide con la presión de los demócratas para cobrarse su victoria electoral.

4 septiembre, 2024 02:28

Nicolás Maduro sorprendió a todos cuando en su programa televisivo, ayer por la mañana, anunció el adelanto de Navidad para el primero de octubre. "Es septiembre y huele a navidad", dijo. Sus más fieles bolivarianos recibieron la noticia con gusto. Los demás, en cambio, interpretaron la medida como un nuevo intento del régimen de desviar la atención de la ciudadanía en un momento de máxima tensión.

El episodio se asimila a la famosa escena de la película Bananas, dirigida por Woody Allen, en donde el máximo líder modifica el idioma de forma arbitraria y obliga a todos los habitantes de San Marcos a aprender sueco y a cambiar de ropa interior cada hora y media.

Maduro adelanta la Navidad a Octubre

Mientras se anticipaba la festividad, los ataques hacia la disidencia continuaban ininterrumpidos. La clave ahora es resistir, coinciden la oposición y los países democráticos. Cinco semanas han transcurrido desde el triunfo autoproclamado de Maduro. Que las encuestas a boca de urna, así como el 80% de las actas recabadas por los opositores hayan señalado lo contrario, poco importó. La dictadura se mantiene fiel a su estrategia y ha elegido la represión como principal arma. La última acción fue en contra de Edmundo González, sobre quien la Fiscalía emitió una orden de captura.

González se defiende y califica al fiscal Tarek William Saab de "acusador político". Se negó a comparecer ante tribunales por observar en la iniciativa una maniobra más del régimen. Ahora permanece oculto. Y con el operativo en marcha, la Policía Nacional Bolivariana y las Fuerzas Armadas intentan dar con su paradero. 

La fase es de "resistencia". María Corina Machado, compañera de formula de González, sabe que no puede exponer a la ciudadanía a los abusos del gobierno. Es por eso que ha dejado de convocar a movilizaciones en las calles. La vida es lo primero, dice a sus simpatizantes. Y apuesta, en cambio, a la paciencia y a un devenir que hoy no figura en el mapa. 

Los delitos que se le atribuyen al líder de la oposición son los de usurpación de funciones, forjamiento de documentos públicos, instigación a la desobediencia de leyes, conspiración, sabotaje a daños de sistemas y asociación para delinquir. Todo decae, sin embargo, en la publicación de las actas en una plataforma web. Pero, también, a su supuesta injerencia en los apagones y en el presunto ataque al Centro Nacional Electoral (CNE) el día de la elección, el 28 de julio

Con la censura a los medios de comunicación y la violencia estatal en el terreno, los venezolanos acuden a sus redes sociales para mantener viva la causa democrática. "Toda persecución nos encontrará unidos, firmes y articulados en defensa de la mayoría contundente que se expresó el pasado 28J. Mantengámonos firmes y articulados en la defensa de la voluntad expresada", publicó la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), el bloque opositor más importante en el país sudamericano. 

Machado pierde a su círculo de confianza

La orden de detención hacia Edmundo González, si bien es la más importante desde la elección, no es la única que ha hecho ruido en el ambiente. Agentes policiales han arrestado, sólo en la última semana, a tres personas de confianza de Machado. Se trata de Perkins Rocha, parte de Vente Venezuela y su asesor jurídico personal; Biagio Pilieri, militante de Convergencia; y Nélida Sánchez, Coordinadora de Formación de Súmate, una ONG hasta hace poco conducida por la misma Machado. 

Los recientes arrestos se suman a un hostigamiento sistemático hacia la política mejor evaluada del país. Primero fue su inhabilitación ilegal como candidata. Después vino la hostilidad cotidiana hacia ella, a su bloque de apoyo y a todo aquel ciudadano que ose en manifestarle su apoyo o estima.

En medio de la represión, los servicios oficiales de inteligencia detuvieron también a Freddy Superlano, dirigente de Voluntad Popular; al exgobernador William Dávila; y al diputado Américo de Grazia. Son muchos otros los activistas de mediano y bajo perfil que tampoco han logrado esquivar las garras del terrorismo de Estado. 

La maquinaria del régimen puso el pie en el acelerador acabados los comicios y tras autoproclamarse la victoria de Maduro. Si antes de la elección se registraban poco más de 200 presos políticos, según la ONG Foro Penal, ahora, tras sólo un mes, se registra una suma de 1.780

Miedo. Persecución. Pánico. Todo eso se transpira en las calles de Venezuela. Y no sólo en las calles, sino también al interior de los hogares. Funcionarios del régimen requisan teléfonos móviles y violan la privacidad de la población en búsqueda de cualquier información que sirva a sus intereses. 

La oposición reclama más sanciones

El destino de Venezuela sigue, en cierta medida, en manos de la presión extranjera. La comunidad internacional, o al menos gran parte de ella, se ha mantenido firme en su denuncia de fraude electoral y en exigir el cese del terrorismo de Estado. Pese a ello, parecieran acabarse las ideas ante un régimen que parece impenetrable. 

El presidente de Panamá, Raúl José Mulino.

El presidente de Panamá, Raúl José Mulino. Reuters

Por su parte, el intento mediador de los presidentes de Brasil, México y Colombia no ha dado sus frutos y la desconfianza hacia sus liderazgos es cada vez mayor. Así, la oposición venezolana exige un esfuerzo internacional colectivo más eficaz que el que ha habido hasta ahora. Un esfuerzo que incluya consecuencias más severas hacia el régimen, en materia económica y comercial, y no quede sólo en palabras.

El mandatario de Panamá, Raúl José Mulino, rompió sus relaciones diplomáticas con Venezuela y suspendió de forma indefinida el tráfico aéreo con dicho país. También fue uno de los primeros en la región en reconocer el triunfo de Edmundo González. Es el mismo Mulino quien espera que más naciones se sumen a sus iniciativas. 

Líderes de la oposición venezolana, en tanto, exigen a Estados Unidos más sanciones personales a los funcionaros del Estado, como anulaciones de visas. Es más, según señaló el periodista Andrés Oppenheimer en su artículo de opinión Es hora de acciones colectivas contra Maduro publicado en este periódico, una lista de 1.560 miembros de gobierno le fue entregada a diplomáticos estadounidenses. La Casa Blanca, no obstante, teme que más castigos puedan derivar en un nuevo éxodo migratorio que afecte a su territorio.