Inflación, mentiras y talibanes: las 7 claves del cara a cara entre Kamala Harris y Donald Trump
- El afán por remar hacia el centro, los ataques personales y Pensilvania han sido algunos de los elementos esenciales del debate. Además, el intercambio ha dejado una revelación: Harris tiene un arma en casa.
- [Así le hemos contado el debate]
El debate presidencial que ha tenido lugar esta noche en Filadelfia ha sido muy diferente al que se pudo ver en junio, cuando un Donald Trump muy tranquilo, moderado incluso, dejó que Joe Biden cavase su propia tumba. En su enfrentamiento con Kamala Harris, el expresidente ha vuelto por sus fueros lanzando varios ataques personales contra su oponente –"habla fatal"– y tirando de brocha gorda al afirmar que muchos países han reducido sus tasas de crimen enviando a sus malhechores a Estados Unidos.
Harris, por su parte, ha tratado de convencer a la audiencia de que la persona que tenía a su derecha, a la que ha tildado de débil y narcisista, es un vestigio del pasado. También de que, contra lo que se ha dicho, ella sí tiene un programa político propio –que sin embargo no ha detallado– para el futuro del país.
1. La biografía de Kamala
Harris tiene muy claro a quién quiere seducir: la clase media estadounidense. Así que ha aprovechado el debate para recordar que ella creció en un hogar de clase media y que, por tanto, entiende perfectamente sus preocupaciones. También ha recurrido a una amiga de su madre, dueña de "un pequeño negocio", para prometer ayudas a los emprendedores. Y a una amiga de la adolescencia que, según dice, fue violada por su padrastro para subrayar su concienciación con ese asunto.
Trump tampoco ha querido dejar pasar elementos de la biografía de Harris. En su caso para atacarla, claro. Se ha referido, concretamente, a su padre: un "profesor de Economía marxista" que, según dice, habría convertido a su hija en comunista.
2. Dosis de centrismo para el votante escéptico
Conscientes de la importancia que tienen los votantes escépticos, esos que no terminan de ubicarse en una orilla concreta del espectro político, ambos candidatos han aprovechado el debate para presentarse, ideológicamente hablando, como moderados. Trump ha rechazado en repetidas ocasiones saber nada del Proyecto 2025 –una hoja de ruta ultraconservadora que promueve, entre otras cosas, sustituir a miles de funcionarios federales por gente ideológicamente afín– mientras que Harris ha alardeado de las docenas de políticos conservadores que le han declarado su apoyo tras apelar a la unidad de la nación.
3. Afganistán, Biden y la economía: puntos débiles de Harris
Más allá de enunciar un par de medidas muy concretas, muchos esperaban que Harris explicara con algo de detalle su programa económico. O, al menos, una parte del mismo. No ha ocurrido. Y ha sido precisamente la economía una de las líneas de ataque más incisivas de Trump, quien ha sacado a colación la subida de precios registrada en los últimos años y se ha preguntado por qué Harris, que lleva tres años y medio ocupando la vicepresidencia, no ha hecho más al respecto.
El expresidente tampoco ha dejado pasar la ocasión de hablar de Afganistán. O, mejor dicho, de la desastrosa retirada –aprisa, corriendo y con atentados terroristas de por medio– protagonizada por las tropas estadounidenses durante la primera etapa del mandato de Biden. Harris ha tratado de revolverse acusando a Trump de haber negociado previamente con los talibanes, a lo que Trump ha matizado que lo que hizo fue obligar a los talibanes a firmar un acuerdo que conllevó, entre otras cosas, un parón en los ataques contra las tropas norteamericanas.
4. Trump desencadenado
Los corresponsales políticos de Estados Unidos llevaban días aireando uno de los pilares de la estrategia de Harris: sacar a Trump de sus casillas. Y lo ha conseguido en varias ocasiones. ¿Su método? Acusarle de muchas de las cosas que el propio expresidente ha dicho de Biden: ser un líder débil al que los enemigos de Estados Unidos manipulan con facilidad, alguien a quien los líderes del mundo no respetan y alguien confuso que, fruto de esa confusión, mezcla demasiadas cosas. Asimismo, Harris ha dicho que mucha gente abandona los mítines de Trump antes de tiempo por el hartazgo que causan sus arengas.
5. Harris tiene un arma (literalmente)
En un momento dado, Trump ha acusado a Harris de querer confiscar "las armas de todo el mundo", en referencia a uno de los temas más sensibles de la política estadounidense: el derecho de la ciudadanía a poseerlas. La vicepresidenta ha aclarado que nada más lejos de la realidad. Entre otras cosas, ha dicho, porque tanto ella como Tim Walz –su candidato a vicepresidente– tienen armas. Que Walz tenga armas no es ninguna sorpresa; a fin de cuentas uno de sus pasatiempos es cazar faisanes. Pero mucha gente no sabía, hasta esta noche, que Harris también tiene una en casa.
6. Las falsedades
Como es habitual en este tipo de debates, las falsedades –o las afirmaciones matizables que se convierten en afirmaciones lapidarias– han aflorado con facilidad. Una de las más clamorosas ha salido de la boca de Trump, cuando ha asegurado que en Springfield los inmigrantes se están comiendo a los perros y los gatos de la gente. Los moderadores han tenido que recordarle que las autoridades de la ciudad han negado el rumor. También ha mentido al poner en perspectiva la tasa de inflación actual y ha dicho que él no tuvo "nada que ver" con el famoso asalto al Capitolio ocurrido el 6 de enero del 2021, lo cual es muy matizable.
Harris, por su parte, ha dicho que Trump dejó el país con la peor tasa de desempleo desde la Gran Depresión, lo cual no es cierto, y ha inflado la inversión que el gobierno al que pertenece ha destinado a las energías renovables. Entre alguna cosa más. En líneas generales, Trump ha mentido o exagerado bastante más que Harris.
7. Guiños a Pensilvania
Que el debate haya tenido lugar en Pensilvania, uno de los estados clave para ganar las elecciones de noviembre, es un dato que los contendientes han tenido muy en cuenta. Así lo demuestran los guiños que han dedicado a la región. Trump ha aprovechado un momento del intercambio para asegurar que Harris lleva doce años atacando el fracking; una práctica para extraer gas de la roca que da empleo a muchos trabajadores en Pensilvania.
Harris ha contestado que no, que en 2020 cambió su postura al respecto y que desde entonces defiende el fracking. Y ha añadido que, de no ser así, hubiese actuado en contra durante sus años en la vicepresidencia. Luego, al hablar de la guerra en Ucrania y viendo la oportunidad de pegar un golpe, ha invitado a Trump a explicar a los 800.000 estadounidenses de origen polaco que viven en Pensilvania su relación con Vladímir Putin.