Rusia no; pero Reino Unido sí: Trump acusa de "injerencia" a los laboristas británicos por un anuncio en LinkedIn
- Las reglas electorales permiten a los extranjeros hacer campaña para un candidato estadounidense si son "voluntarios no compensados".
- Más información: Por qué los indecisos de Georgia y Carolina del Norte son la esperanza de Trump y la utopía de Kamala
Existe un informe de los servicios de inteligencia de Estados Unidos que confirma que Rusia interfirió en las elecciones presidenciales del país en 2016 con una campaña orientada a socavar la democracia estadounidense. A pesar de ello, Trump siempre lo ha negado. "Están equivocados", llegó a decir sobre los funcionarios de su propio Gobierno. No obstante, ahora que vuelve a ser candidato a la Casa Blanca, el expresidente republicano no ha dudado en lanzar una acusación de "injerencia" extranjera, pero no contra Rusia, sino contra el Partido Laborista de Reino Unido.
En concreto, la campaña de Trump ha demandado ante la Comisión Federal Electoral (FRC, por sus siglas en inglés) a la rival demócrata, Kamala Harris, y al partido del primer ministro británico, Keir Starmer, por "injerencia flagrante y contribuciones extranjeras ilegales en la campaña" en las presidenciales estadounidenses.
A juicio de los conservadores, esta formación de "extrema izquierda" es la que "ha inspirado las políticas y la retórica peligrosamente progresistas de Kamala". Y no sólo eso: "También ha reclutado y enviado a miembros del partido para hacer campaña" a favor de Harris en los estados más disputados, según los republicanos.
Lo cierto es que, según las reglas electorales de la FEC, los ciudadanos extranjeros pueden hacer campaña para un candidato estadounidense si son "voluntarios no compensados". De hecho, no es nuevo que laboristas apoyen a los demócratas y los tories a los republicanos. Al fin y al cabo, comparten acera ideológica y, en ocasiones hasta asesores y consejos.
Por ejemplo, la ex primera ministra conservadora del Reino Unido Liz Truss y el político ultra Nigel Farage -conocido por ser el gran impulsor de la campaña a favor del brexit-, participaron el pasado julio en la Convención Nacional Republicana en apoyo a Trump.¿Qué ha provocado entonces esta reacción de los republicanos? Al parecer, todo tiene que ver con una publicación de LinkedIn.
En concreto, la directora de Operaciones del Partido Laborista, Sofia Patel, compartió un mensaje en esta red social en el que anunciaba lo siguiente: "Tengo ya 100 trabajadores del Partido Laborista (antiguos y nuevos) que van a ir a Estados Unidos en las próximas semanas, en dirección a Carolina del Norte, Nevada, Pensilvania y Virginia [cuatro de los estados clave]. Tengo diez plazas libres para aquellos que quieran ir al Estado electoral clave de Carolina del Norte. Nos encargaremos del alojamiento. Escribidme si estáis interesados".
Este mensaje es el principal argumento de la demanda del equipo de Trump, en la que también se incluye que miembros del entorno del premier británico "han asesorado en los últimos meses al equipo de Harris. Lo cierto es que los republicanos no detallan exactamente qué reglas se han roto con esta publicación, sobre todo porque los laboristas han negado que el partido financie los viajes y han insistido en que los activistas viajan a título personal y se costean sus gastos.