La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner saluda a sus seguidores antes de un pleno, en 2022.

La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner saluda a sus seguidores antes de un pleno, en 2022. Esteban Osorio Europa Press

América

El último mazazo judicial de Cristina Fernández desmonta su plan de liderar la oposición a Javier Milei en Argentina

Buenos Aires (Argentina)
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La otrora ‘mujer fuerte’ de Argentina, Cristina Fernández, viuda de Kirchner (CFK), expresidenta en dos períodos y exvicepresidenta en uno, sueña con erigirse en jefa de la oposición política al actual presidente del país, Javier Milei, autoproclamado anarcocapitalista. Pero, en verdad, lo tiene cada vez más difícil.

La condena a prisión confirmada ayer miércoles en la Justicia la aleja de ese deseo y de lanzarse como candidata en las elecciones parlamentarias de 2025. Tampoco la ayuda a revertir su mala imagen en las encuestas de opinión, que detectan alrededor de un 60% de valoraciones negativas.

El ‘mazazo’ judicial más fuerte ha sido la confirmación de la condena a seis años de prisión por el delito de “administración fraudulenta” de dinero público. El fallo fue dictado por la Cámara de Casación Penal y, además, la inhabilitó de por vida a volver a la función pública.

El presidente Milei intentó capitalizar el revés de su opositora posteando en la red social X: “Durante este Gobierno, la Justicia argentina confirmó la condena e inhabilitación perpetua de la expresidente. Podemos afirmar sin ninguna duda que Cristina Kirchner es culpable de actos de corrupción”.

En la ultrapolarizada sociedad argentina, que desde mediados del siglo XX está muy dividida entre peronistas y antiperonistas, muchos de éstos últimos tildan a la expresidenta de “chorra” (ladrona) y su mayor deseo es verla con traje a rayas y encerrada entre rejas.

Pero CFK no ingresó a prisión porque apelará la sentencia ante la Corte Suprema. Recién cuando el máximo tribunal del país se pronuncie, y si confirma todo, entonces sí deberá ir a la cárcel, o si no acogerse al beneficio de la detención domiciliaria por tener más de 70 años. “Cuando sos ‘mina’, cuando sos mujer, todo te lo hacen 20 veces más difícil. Y si por algo me castigan, no solamente es por todo lo que hice, sino porque soy mujer también y no se bancan (soportan) discutir con una mujer y que tenga razón”, reaccionó en una charla con mujeres.

Y hasta desafió a los hombres con toga que la condenaron señalando que “como no pueden pegar… ¿viste que cuando (los hombres) discuten y una tiene razón…¡pum! ¡piña! (trompis)? Bueno, como no me pueden dar la piña hacen las cosas que hicieron hoy”.

Además de negar los cargos y proclamarse inocente, acusó a los magistrados de ejercer lawfare (guerra judicial): “¿Cuál es el verdadero objetivo que tienen (los jueces)? Mi inhabilitación para desempeñar cargos públicos a perpetuidad. O sea, lisa y llanamente proscripción de por vida”.

CFK se comparó con el presidente de Brasil, Inacio Lula da Silva, que fue condenado por supuesta corrupción y pasó 580 días preso, pero finalmente resultó absuelto y volvió a la presidencia. Sin embargo, se diferencia en que “a mí –dijo- me quieren presa o muerta”.

En plan de igualarse a otros primeros mandatarios que también hayan corrido su suerte, también mencionó a “Evo Morales, destituido; Rafael Correa, exiliado; y ahora Donald Trump  (…) ganando las elecciones de EEUU a pesar de tener más de 30 causas en su contra, varias condenas y un intento de asesinato en plena campaña electoral”.

En 2022 ella salvó su vida de milagro y salió ilesa en un intento de asesinato ocurrido a las puertas de su piso en el barrio de Recoleta. Fernando Sabag Montiel, un ultra de derechas, jaló dos veces el gatillo de una pistola apuntada a 10 centímetros de su rostro, pero el arma estuvo mal cargada y no disparó.

La confirmación de la condena ha sido el corolario del juicio llamado caso Vialidad que lleva cinco años de proceso. El tribunal consideró probado el delito de “administración fraudulenta” de fondos destinados a obras públicas en Santa Cruz, la provincia patagónica de la que son oriundos los Kirchner. Para los jueces, cuando era presidente argentina dirigió las licitaciones a favor de la compañía Austral Construcciones, de Lázaro Báez, amiguísimo de los Kirchner. En el juicio se examinaron 51 licitaciones adjudicadas a Báez, que también fue condenado a seis años de cárcel.

Siempre se sospechó que Báez era testaferro de los Kirchner. Empezó su carrera empresarial en 2003 cuando ellos llegaron a la Casa Rosada. Se hizo multimillonario al punto que en 2021 fue condenado a 12 años de cárcel por lavado de dinero, en concreto 55 millones de dólares durante la presidencia de CFK.

La fiscalía había señalado que las maniobras de direccionamiento a favor de Austral Construcciones provocaron pérdidas al Estado de aproximadamente 1.000 millones de dólares. Por ello, había pedido el doble de la pena para CFK: 12 años de prisión y el decomiso del dinero a todos los enjuiciados. Pero los jueces de la cámara de Casación no hicieron lugar a la solicitud de la fiscalía de endurecer las condenas y han optado por sostener las que había dictado el tribunal de primera instancia, en diciembre de 2022. También para otros enjuiciados, entre ellos el propio Báez.

Machacada políticamente por su derrota judicial y la mala imagen entre los ciudadanos, CFK se ha refugiado en el Partido Justicialista (peronista). Hace unos días consiguió auparse a la presidencia del partido para, según dijo, “enderezar y ordenar al peronismo y volver a ser una alternativa de gobierno”.

De momento los barones peronistas no han dado señales de reconocer su pretendido liderazgo. Y Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires y exministro de Economía en su gobierno, toma distancia de CFK y sin su aval avanza hacia una posible candidatura presidencial en 2027.