Biden ahonda en la crisis del Partido Demócrata al indultar a su hijo: otorga una victoria moral a Donald Trump
- Al revertir la decisión judicial y contradecir su anterior criterio, el presidente saliente deja a los demócratas sin su último reclamo frente a Trump: la superioridad moral.
- Más información: Joe Biden indulta a su hijo Hunter, condenado por posesión de armas: "Fue puesto en la mira por ser mi hijo"
El reciente indulto de Joe Biden a su hijo Hunter ha causado perplejidad en el Partido Demócrata, sumido en una crisis de identidad tras la debacle electoral del mes pasado. No tanto por el hecho en sí, pues los presidentes salientes de Estados Unidos acostumbran a firmar indultos en los días finales de su mandato, sino porque es una contradicción directa con lo que llevaba promulgando desde verano: que él, a diferencia de Donald Trump, no interferiría en las decisiones de la Justicia.
"Creo que ahora será más difícil seguir hablando de proteger la democracia”, ha señalado Jason Crow, congresista demócrata por Colorado, uno de los primeros políticos de la formación que han criticado públicamente la controvertida decisión.
El bandazo apenas tiene coste político para Biden, quien se retira de la política el próximo mes, pero ahonda en los problemas de un Partido Demócrata huérfano de liderazgo al despojar a la formación de uno de los pocos relatos que podía mantener frente al liderazgo “trumpista”: el de la superioridad moral.
Un historial problemático
El indulto, anunciado un domingo por la noche, anula dos resoluciones judiciales contra su hijo Hunter: en junio fue hallado culpable de delitos federales relacionados con la posesión de armas, al ocultar su adicción a las drogas durante la compra; mientras que en septiembre se declaró culpable de evasión fiscal por defraudar más de un millón de dólares.
Así, el hijo de Joe Biden enfrentaba una pena máxima de 17 años de prisión que, según especialistas en la materia, iba a ser mucho menor por la jurisprudencia en delitos similares. Estaba previsto que este mes de diciembre el jurado fallase la condena en ambos casos.
"Estoy extremadamente orgulloso de mi hijo Hunter. Ha superado una adicción y estoy satisfecho porque no voy a hacer nada. Dije que cumpliré con la decisión del juez. Lo haré y no lo perdonaré”. Estas palabras, formuladas por Biden el pasado verano cuando aún era candidato presidencial a la reelección, han vuelto como un bumerán tras su cambio de criterio.
Meses después, en la carta que acompaña el anuncio del indulto, Biden afirma ahora que su hijo resultó "enjuiciado de manera selectiva e injusta".
“Ninguna persona razonable que mire a los hechos en los casos de Hunter puede llegar a otra conclusión de que Hunter fue puesto en la mira sólo porque es mi hijo”, añade el mandatario, cuya vida familiar ha estado marcada de episodios trágicos: su primera esposa falleció en un accidente de coche junto a su hija Amy, de un año de edad. Y su primogénito, Beau, murió a los 46 años de un cáncer cerebral.
Por su parte, Hunter ha recibido durante años tratamiento por drogadicción y ha sido objeto de sonadas polémicas derivadas de comportamientos erráticos que alcanzaron su apogeo cuando en 2020 se filtró el contenido de su ordenador portátil, con fotos íntimas, documentos y correos electrónicos que posteriormente influyeron en los casos judiciales. También estuvo en la diana del Partido Republicano por sus negocios en Ucrania.
Sin embargo, durante todos estos años, Biden ha marcado distancias constantemente respecto a su hijo para dejar que la Justicia trabajara por su cuenta.
“No lo perdonaré”
“No lo perdonaré", volvió a insistir en junio tras darse a conocer la primera resolución. Un punto que replicó la primera dama, Jill Biden, durante una entrevista con la NBC ese mismo mes: “Joe y yo respetamos el sistema judicial, y esa es la conclusión”.
El Partido Demócrata ha aprovechado los problemas legales de Hunter para marcar distancias con Donald Trump y sus críticas al sistema legal estadounidense: mientras el republicano culpaba al sistema corrompido y a la persecución política de sus problemas legales, el presidente demócrata respetaba escrupulosamente la separación de poderes al evitar interceder incluso por su propio hijo.
Todo ese relato ha saltado por los aires esta semana, con la campaña electoral finiquitada y los demócratas despojados del poder en la Casa Blanca y las dos cámaras, el Congreso y el Senado estadounidenses. Es decir, con poco o nada más que perder.
Por ello, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, encontraba problemas este mismo lunes para justificar el cambio de criterio ante los periodistas: “Dijo que llegó a esta decisión el fin de semana y que luchó con esto porque cree en el sistema de justicia, pero también cree que la política cruda infectó el proceso y condujo a un error judicial”.
Sin embargo, unas semanas antes, el 7 de noviembre, Jean-Pierre decía exactamente lo contrario al ser preguntada si Biden se replantearía el indulto tras los comicios: “Nos han hecho esa pregunta varias veces. Nuestra respuesta se mantiene, es no", resolvió tajantemente entonces.
“Nos hará las cosas difíciles”
Un buen número políticos demócratas se ha apresurado en criticar la acción al asegurar que erosiona aún más la poca confianza de los estadounidenses en la democracia y el Estado de derecho.
"Creo que nos será más difícil continuar hablando de proteger la democracia”, ha señalado Jason Crow, un congresista demócrata por Colorado, al New York Times.
Para su compañera de bancada, Marie Gluesenkamp Pérez, del estado de Washington, el indulto parece confirmar a los estadounidenses que el sistema trabaja a “dos niveles” diferentes para los poderosos y para los ciudadanos comunes: "El presidente tomó la decisión equivocada. Ninguna familia debería estar por encima de la ley".
También Peter Welch, senador por Vermont -un estado profundamente progresista (cuna de Bernie Sanders)- ha afirmado que es una decisión “comprensible” como “la acción de un padre amoroso” pero “imprudente”, como "la acción del director ejecutivo de nuestra nación, imprudente".
En el caso de la prensa, el New York Times abre su sección de opinión con una pieza titulada “el indulto de Biden por su hijo deshonra el cargo” y el diario The Economist ha ido más allá al afirmar que “Biden ha abusado de un poder medieval para perdonar a su hijo” y lo acusa de “hipocresía” y de un egoísmo que ha dejado al Partido Demócrata tiritando.
"Se quedó en la carrera presidencia cuando los votantes de su propio partido estaban preocupados de que fuera demasiado mayor para postularse, (…) renunció sin darle tiempo a su partido para encontrar a un candidato más fuerte. Y tras advertir sobre los abusos de Trump con la justicia, luego indulta a su hijo por condenas de impuestos y armas”, enumera la influyente revista económica en su último editorial.
El indulto: algo común
Otras voces señalan, en cambio, que el indulto es una práctica común entre los presidentes salientes y que Biden no es el primero en beneficiar del mismo a familiares o aliados.
Por ejemplo, Bill Clinton indultó en su último día en el cargo en 2001 a su hermanastro Roger, quien había pasado un año en prisión por delitos de drogas, como parte de 140 medidas de gracia que incluyeron al magnate y donante del partido Marc Rich, condenado por evasión y fugado de la justicia en Suiza.
También Trump firmó más de 70 indultos al dejar la presidencia en 2021, incluyendo a su exjefe de estrategia Steve Bannon y a Charles Kushner, el padre del marido de su hija Ivanka y nombrado embajador de Francia hace unos días.
En su regreso al Despacho Oval ya ha anunciado que planea indultar a los condenados por el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, por el que él mismo también estaba siendo investigado judicialmente.