El pragmatismo se ha impuesto este miércoles en el Gobierno español al igual que en el resto de los grandes países europeos. Al final del día, el Ibex 35 había conseguido reducir su caída final a un mero 0,4% a pesar de los números rojos de primera hora: una progresión similar a los ánimos del Ejecutivo español, que fueron remontando a lo largo del día al comprobar el tono conciliador del discurso de Donald Trump así como las manos tendidas de Hillary Clinton y de Barack Obama al presidente electo de EEUU para asegurar una transición impecable en la Casa Blanca.
A diferencia de su antiguo ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que había calificado de “peligroso” el discurso de Trump, al presidente Mariano Rajoy nunca se le oyó crítica pública alguna acerca del controvertido candidato republicano. A las 9.15 de la mañana en Madrid, Rajoy publicó en Twitter una primera felicitación a Trump con la directriz de business as usual: “Seguiremos trabajando para reforzar la relación que nos une a EEUU, socio indispensable”.
Le siguió un comunicado oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores y otro del Gobierno. Todos, en el mismo tono profesional y exento de emociones que usaron Theresa May en el Reino Unido o Angela Merkel en Alemania. Según fuentes de Zarzuela, Felipe VI mantendrá la costumbre de felicitar al presidente electo cuando tome posesión el 20 de enero de 2017.
Al mismo tiempo, y en perfecta sintonía con Moncloa, el nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis (el anti-Margallo), se empleó en combatir a base de diplomacia el shock inicial causado en el mundo por la victoria de Trump. Al tiempo que el presidente electo se dirigía al mundo desde el hotel Hilton de Nueva York, Dastis debutaba en Madrid en media docena de radios y televisiones. Una puesta de largo complicada para un diplomático profesional más curtido en el off the record de los corrillos de Bruselas que en las comparecencias televisivas.
Contrapesos y poderes
Con “sosiego y mesura, que son muy recomendables en política exterior”, Dastis ha desgranado la posición del Gobierno español respecto al futuro de sus relaciones con EEU: una cosa es lo que se dice durante la campaña y otro lo que se hace gobernando y en EEUU funciona el sistema de “checks and balances” (contrapesos y poderes) de modo que el comandante-en-jefe tiene limitada su capacidad de acción. En este sentido, las fuentes diplomáticas y políticas consultadas destacan que así como Obama prometió que cerraría Guantánamo (la base americana en Cuba), Trump puede haberse comprometido a que los aliados paguen por la protección de los soldados americanos, algo que él sabe muy bien nunca llegará a suceder. “Al final, tendrá que jugar dentro del sistema, y el propio partido republicano ejercerá su control desde las cámaras”, señalan fuentes diplomáticas.
Como ejemplo, las fuentes consultadas se preguntan cuánto apoyo dará Paul Ryan el líder republicano en el Congreso enfrentado a Trump a rocambolescas propuestas electorales como la construcción del muro con México o la imposición de aranceles a China y a México. “Yo no me preocupo”, ha concluido Dastis ante el micrófono de Pepa Bueno en la Cadena Ser. Según las fuentes consultadas, ni la seguridad ni la economía, dos de los grandes ejes de las relaciones EEUU y España, tienen por qué verse afectadas por la llegada de Trump a la Casa Blanca. Los acuerdos sobre las bases militares de Rota y Morón ya están cerrados, así como el más reciente sobre la descontaminación de Palomares.
Si acaso, la agenda de Trump podría tener una mayor influencia en la llamada “política blanda” (soft policy). Un ejemplo concreto: con el matrimonio Trump en Washington DC sería más difícil visualizar un acto como el que protagonizó este verano Michelle Obama en Madrid con la reina Letizia para publicitar el programa de la primera dama Let the Girls Learn en defensa de la educación de las niñas.
ELECCIONES EN EUROPA
La diplomacia española ha tomado nota del entusiasmo de Marine Le Pen, líder del Frente Nacional en Francia, del británico Nigel Farage (Ukip) y del primer ministro húngaro Viktor Orban al felicitar a Trump.
En 2017 habrá elecciones en Holanda, Francia y Alemania, y muchos son ya los agoreros que prevén una cadena de victorias populistas. No así Dastis, gran seguidor del Atleti de Madrid, que parafraseado a Simeone en Antena 3 al afirmar: “Hay que ir viéndolo partido a partido”.
Este domingo, Dastis no podrá acudir a la reunión convocada en Bruselas por la jefe de la diplomacia europea, la italiana Federica Mogherini. Estará en Riad con Felipe VI en su primer viaje oficial tras 10 meses de interinidad política en España. Tampoco preocupa demasiado al nuevo ministro el giro que pueda dar Trumo a las relaciones con la OTAN, cuyo secretario general, Jens Stoltenberg, también ha felicitado a Trump. “¿Para qué ponerse la venda antes que la herida?”, se preguntaba este histórico miércoles un diplomático español en este “tiempo de post verdad” vaticinado a primera hora del día por un alto cargo del Gobierno que había pasado toda la noche en vela siguiendo los resultados electorales en EEUU.
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