Independientemente de que a más de uno se le haya atragantado el café en la mañana del miércoles, las reacciones en las cuentas de los partidos españoles y sus representantes han sido mesuradas. Donald Trump, con su bagaje de escándalos financieros, xenófobos y misóginos, no es una figura a la que ninguno de nuestros políticos se haya querido arrimar. Pero el pueblo estadounidense lo ha elegido como su Comandante en Jefe, por lo que es el tiempo de la prudencia.
En las filas de Unidos Podemos, sin embargo, no hay cuartel ni espacio para la diplomacia. La indignación por la victoria de Trump ha sido rampante; la candidatura de Hillary Clinton tampoco levantaba pasiones entre los seguidores de la formación morada. Su candidato se había quedado por el camino en las primarias demócratas: el senador socialista por Vermont Bernie Sanders.
En el discurso de Podemos, la victoria del candidato republicano es la de la extrema derecha populista que pesca en el descontento provocado por la crisis global entre las clases menos favorecidas. "La única forma de enfrentar el fascismo es hablarle a la clase trabajadora desde la izquierda (...) sin mentiras, con un proyecto ilusionante" - escribía Alberto Garzón.
"La vacuna frente al fascismo de Trump es justicia social y derechos humanos, no más establishment. Hay un pueblo de los EEUU que resistirá" - tuiteaba Pablo Iglesias, añadiendo la icónica imagen de los atletas negros Tommie Smith y John Carlos haciendo el black power salute en 1968. "Hoy todos piensan en Bernie Sanders" - añadía después. "Todos reconocen que el candidato al que llamaban radical sí habría podido derrotar a Trump".
Lo curioso es que la referencia a Sanders trae consigo una lectura interna para Podemos, que no formula directamente Iglesias, sino que la deja en manos del periodista Daniel Bernabé. "Que tomen nota por aquí los que piensan que es tiempo de mesura, centrismo, palabras vacías y sonrisas" es el mensaje retuiteado por el líder de Podemos.
La referencia es inéquivoca: se trata de un 'recado' a las tesis integradoras de Íñigo Errejón, creador del eslógan 'La sonrisa de un país' con el que Unidos Podemos concurrió al 26-J. El enfrentamiento por la estrategia de "seducción" del sector errejonista frente la recuperación de la calle, el activismo de corte izquierdista y el "populismo" - en palabras de Pablo Iglesias - que defienden los pablistas y Garzón.
La victoria de Trump, un candidato del gusto de la derecha antisistema, es usada por lo tanto como argumento a favor de la línea purista de Podemos. Errejón, que ha seguido las elecciones estadounidenses durante la noche, no ha ofrecido una valoración a primera hora del miércoles. Cuando lo ha hecho, ha llamado a identificar el "sentido común" con el que Trump ha sido "capaz de conectar".
El 'gafe' de Iceta y Sánchez
Las reacciones en el resto de partidos han sido de corte oficial, o no han sido. En Ciudadanos, únicamente Inés Arrimadas se animaba con una reflexión genérica sobre el populismo "aquí y allí".
El precio de la retranca tuitera lo han tenido que pagar sin embargo dos socialistas, Miquel Iceta y Pedro Sánchez. El exsecretario general del PSOE, decapitado tras un tumultoso Comité Federal, se encuentra en EEUU apoyando a la derrotada candidata demócrata. El líder del PSC, por su parte, había lanzado un apasionado llamamiento a Sánchez para "librarnos de Rajoy" por antes de su caída, y lo había repetido en inglés dirigido a Hillary Clinton