Faltan 13 días para que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos pero, como era de esperar, la tensión que genera su postura respecto a Rusia y las acusaciones de ataque informático contra la campaña del Partido Demócrata en las presidenciales del pasado 8 de noviembre siguen tensando la relación con el Gobierno saliente de Barack Obama y aunque admite que Moscú pudo llevar a cabo los ataques niega categóricamente que tales hechos influyeran en el resultado electoral.
Este viernes, el presidente electo se ha reunido con altos cargos de la inteligencia de la Administración de Barack Obama para conocer los resultados de las investigaciones sobre el ciberataque que se atribuye a piratas rusos en los comicios de noviembre.
Horas antes de esta reunión el magnate ha afirmado que estas acusaciones hacia Rusia son "una caza de brujas" política y que forma parte de una campaña orquestada por aquellos que perdieron los comicios, tras la cita ha calificado la reunión como "constructiva".
"Hace relativamente poco China hackeó alrededor de 20 millones de nombres del gobierno", afirmó Trump en referencia a la brecha de seguridad que afectó a la Oficina de Administración de Personal en 2014 y 2015 y de la que Washington culpó a piratas informáticos chinos, algo que desde Beijing se negó con vehemencia. "¿Cómo es posible que nadie hable de esto? Esto es una caza de brujas política", ha aseverado el magnate.
Según Trump, los piratas se han infiltrado en la Casa Blanca y el Congreso. "Somos la capital mundial del hackeo", ha afirmado.
Además, en esta entrevista ha reafirmado su postura de desconfianza sobre los servicios de inteligencia estadounidense y ha hecho referencia a errores cometidos en el pasado como los relativos a los atentados del 11-S o a las inexistentes armas de destrucción masiva que desencadenaron la invasión y posterior guerra de Irak.
Ataques sin efecto sobre las elecciones
A la cita en la Torre Trump, donde el presidente electo vive y tiene su cuartel general, han acudido los directores de la CIA, John Brennan; el director del FBI, James Comey; y el de la Dirección Nacional de Inteligencia, James Clapper. El objetivo de la reunión era trasladarle un informe donde la inteligencia estadounidense ve claro que el Gobierno ruso está detrás de los ciberataques durante las elecciones y que Moscú es, por tanto, una "gran amenaza" para el país.
En opinión de la cúpula de inteligencia del país, el nivel de intervención de Rusia en los últimos comicios no tiene precedentes, según declararon públicamente en la audiencia que tuvo lugar en el Senado el pasado jueves.
Sin embargo, tras alrededor de dos horas de reunión y pudiendo conocer de primera mano los resultados de esta investigación, la opinión de Trump no ha variado. El presidente electo sigue rechazando que estas acciones hayan afectado al resultado de los comicios.
"No hubo absolutamente ningún efecto en el resultado de las elecciones, incluyendo el hecho de que no hubo alteraciones en las máquinas de votación", ha afirmado con rotundidad en un comunicado oficial distribuido tras la reunión.
El presidente Vladimir Putin ordenó "una campaña de influencia" en 2016 orientada a las elecciones presidenciales con el objetivo de socavar el proceso y denigrar a la rival demócrata Hillary Clinton, según el informe de inteligencia desclasificado este viernes.
"Los esfuerzos de Rusia para influenciar las elecciones presidenciales de 2016 representan la más reciente expresión del largamente conocido deseo de Moscú de socavar el orden democrático guiado por el liberalismo en EEUU, pero estas actividades supusieron una significativa escalada en cuanto a su frontalidad, nivel de actividad y alcance de esfuerzo comparado con operaciones previas", recoge el informe.
El documento explica que tras evaluar la acción de Putin y su Gobierno, apreciaron que "desarrolló clara preferencia por el presidente electo, Donald Trump". "También consideramos que Putin y el Gobierno ruso pretendían ayudar a la candidatura de Trump en lo que fuera posible, desacreditando a Clinton y comparándola de forma negativa con él".
La respuesta del Gobierno de Obama a estos reportes de inteligencia derivó en la expulsión de EEUU de 35 diplomáticos rusos ligados a los servicios de inteligencia a finales de diciembre.
Tras la reunión de este viernes, Trump sí ha manifestado su "tremendo respeto" por los integrantes de los servicios de inteligencia y ha reconocido que "Rusia, China y otros países", así como distintos grupos y personas, "están constantemente intentando violar la infraestructura informática del Gobierno de EEUU y de sus instituciones, negocios y organizaciones".
Por esta razón, según el magnate, es necesario que "se combatan agresivamente y se paren estos ciberataques", y ha anticipado que cuando llegue a la Casa Blanca, el 20 de enero, creará un equipo para que le presente un plan estratégico con el que afrontar los ataques informáticos.
El Congreso confirma su victoria
En medio de la tensión sobre el ciberataque de Rusia y por el intento de varios legisladores demócratas de que se invalidara el resultado de los comicios, el Congreso de EEUU ha confirmado el triunfo electoral de Trump en las presidenciales de noviembre.
Pese a las protestas que varios legisladores presentaron ante el pleno del Congreso, que con esta reunión conjunta cumplen la última formalidad antes de que Trump jure su cargo el próximo 20 de enero, los intentos de invalidar el resultado electoral fueron rechazados por el presidente del Senado, Joe Biden.
Finalizado el recuento de los votos del Colegio Electoral, órgano encargado de elegir al presidente de EEUU, Biden ratificó el triunfo de Trump como nuevo presidente de Estados Unidos al haber obtenido 304 votos, cifra que supone la mayoría de los 538 compromisarios que, en nombre de los ciudadanos, votan en cada uno de los estados del país para elegir al presidente y vicepresidente.
La demócrata Hillary Clinton perdió al recibir 227 votos en el Colegio Electoral, aunque consiguió ganar el voto popular al hacerse con casi tres millones de papeletas más que Trump.