Habían pasado cinco meses y millares de tuits desde la última rueda de prensa de Donald Trump hasta que este miércoles el magnate convertido a político compareció de nuevo ante los medios desde su torre neoyorquina, esta vez como presidente electo.
“Dejamos de hacer ruedas de prensa porque nos estaban haciendo una cobertura imprecisa”, comenzó el futuro mandatario, que no cesó de repetir a lo largo de su intervención el término “noticias falsas”. De hecho, Trump cargó abiertamente contra la cabecera digital Buzzfeed y la cadena CNN por difundir información que le perjudica a una semana de entrar en la Casa Blanca.
El martes Buzzfeed tomó la polémica decisión de publicar un dosier de inteligencia sin verificar que señala vínculos entre Moscú y Trump y alega que Rusia posee información comprometedora sobre el futuro mandatario de Estados Unidos, incluida una supuesta escena sexual en un hotel de Moscú, acusaciones que el Kremlin ha desestimado. Según CNN, las autoridades presentaron la semana pasada un resumen al presidente saliente, Barack Obama, y su sucesor para alertarlos.
Trump, que ya había negado la veracidad del dosier en Twitter, se deshizo en ataques a Buzzfeed durante la rueda de prensa, calificándolo de “basura”. También impidió preguntar a un periodista de CNN porque “dais noticias falsas”. Asimismo, aseveró que si los servicios de inteligencia filtraron el informe a la prensa "sería una mancha terrible en su historial".
No se trata ni mucho menos del primer encontronazo con Trump con la prensa. Al poco de lanzar su candidatura, el magnate se enzarzó en una guerra con la periodista de Fox Megyn Kelly, con quien finalmente hizo las paces. Una vez expulsó a un periodista de Univision de una rueda de prensa. Y al New York Times, una diana frecuente de sus ataques, lo acusó de dirigir una campaña pro-Clinton y lo tachó de ser un "negocio fallido".
Durante su esperada rueda de prensa este miércoles, los periodistas no pararon de preguntar a Trump acerca de Rusia, a la que los servicios de inteligencia estadounidenses acusan de piratear correos electrónicos del Partido Demócrata para interferir en las elecciones. El propio Barack Obama lanzó una batería de sanciones contra Moscú a raíz de esto.
Trump, que en un primer momento descartó la injerencia del Kremlin en los comicios, aseguró esta vez ante las cámaras que "cree" que Rusia hackeó el correo del Comité Nacional Demócrata, pero reiteró que China también emprende acciones cibernéticas contra EEUU. Ha aseverado que Moscú no dirigirá ataques contra Washington cuando él tome las riendas y que “Rusia nos tendrá mucho más respeto conmigo”. “¿Piensas que Hillary sería más dura con Putin que yo?”, inquirió con sarcasmo.
El presidente electo recalcó que las relaciones entre EEUU y Rusia son “horrorosas” y que espera llevarse bien con Vladímir Putin, a quien ve como un aliado en la lucha antiterrorista. “Si a Putin le gusta Trump, es una ventaja, no un lastre”, afirmó. Sin embargo, Trump no negó categóricamente que él y su equipo hubieran mantenido contactos con Rusia antes de las elecciones, como le pidieron los periodistas.
El futuro inquilino de la Casa Blanca también defendió sus fichajes para conformar el nuevo Ejecutivo, alabándolos como “brillantes”. El Senado cuestiona al Ejecutivo propuesto estos días para darle el visto bueno y este miércoles el futuro secretario de Estado, el empresario vinculado a Rusia Rex Tillerson, compareció ante los legisladores.
EL MURO NO SE CAE
La notoria propuesta de erigir un muro -“no una valla”- en la frontera con México sigue adelante, alertó Trump. El futuro mandatario quiere iniciar las obras cuanto antes y afirmó que el país gobernado por Enrique Peña Nieto reembolsará a EEUU de una forma u otra por los gastos.
Poco ha cambiado respecto a este tema desde la última rueda de prensa de Trump, que ofreció a su regreso de México para pronosticar que el vecino sureño financiaría el muro “100%”.
Este miércoles, Trump prometió una frontera fuerte y amenazó a las empresas estadounidenses que van al extranjero con un “impuesto fronterizo”. “Si quieres trasladarte a otro país y despedir a tus estupendos empleados estadounidenses que, para empezar, te han llevado hasta donde estás, puedes mudarte de Michigan a Tennessee y de Carolina del Norte a Carolina del Sur”, advirtió.
Obamacare también estuvo en la agenda. Así, el plan sanitario de Trump consistirá en “repeler y sustituir” la reforma estrella de Barack Obama, que el republicano describió como “un problema de los demócratas”. “Les hacemos un gran servicio a los demócratas [retirando Obamacare]”, aseguró.
El presidente electo no detalló, sin embargo, cómo será su plan, pero adelantó que verá la luz después de que el Senado confirme a su elección para la cartera de Sanidad.
Durante la campaña, Trump esbozó un sistema de salud que se basaría en la promoción de la competencia interestatal y las cuentas de ahorro particulares para gastos médicos, pero en su primera entrevista como presidente electo en la cadena CBS dijo que intentaría mantener los elementos positivos de Obamacare.
EL EMPORIO TRUMP, EN MANOS DE LOS TRUMP
Para evitar conflictos de intereses entre la presidencia y el imperio Trump, múltiples voces se alzaron pidiendo al mandatario electo que se deshiciera de su participación y dejara el dinero en manos de un gestor “ciego” fuera del círculo familiar.
Sin embargo, como ya había anunciado por Twitter, los hijos del magnate Donald Jr. y Eric Trump serán los encargados de gestionar el emporio familiar junto con un tercer ejecutivo.
Una abogada del presidente electo, Sheri Dillon, explicó los componentes del "muro" diseñado para “aislar completamente” a Trump padre de sus negocios y prevenir conflictos: no se firmarán acuerdos internacionales, se nombrará a un asesor ético que revisará las acciones empresariales y se restringirá la información que recibe el presidente sobre su imperio.
Dillon rechazó la opción de recurrir a un “fiduciario ciego” o venderlo todo. “Vender, en primer lugar, no eliminaría las posibilidades de que surjan conflictos de interés; de hecho, los agravaría”, aseveró la abogada, que también destacó que vender la Organización Trump “es inviable”.
Acorde con su afán por el espectáculo, Trump señaló a unos montones de documentos acumulados frente al estrado que “son apenas algunos de los muchos documentos que he firmado para dar el control total y completo a mis hijos”.
"Espero que al cabo de ocho años vuelva y diga 'oh, habéis hecho un buen trabajo'. Por el contrario, si hacen un mal trabajo, diré 'estáis despedidos'", dijo para cerrar su intervención, utilizando la frase estrella de su programa de telerealidad The Apprentice.