El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, hablaron este domingo por teléfono de la situación en Oriente Medio, mientras crecen las voces en la derecha nacionalista para relanzar la colonización en territorio palestino al margen de lo que piense Estados Unidos.
Netanyahu mantuvo una conversación de menos de 30 minutos con Trump, que calificó de "muy calurosa" y tras la que han acordado que se reunirán en Washington en febrero.
A raíz de esta llamada y la elección de Trump, la derecha más nacionalista israelí ha visto una puerta abierta para relanzar la colonización del territorio palestino, y sólo dos días después de su investidura se han disparado los llamamientos para avanzar en este sentido, sin esperar el beneplácito de Estados Unidos.
También esperan que el presidente de Estados Unidos cumpla su promesa de trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, sobre lo que la Casa Blanca dijo el domingo que están en las "primera etapas" de la discusión.
El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, aplaudió este anuncio y aseguró que "Trump es un verdadero amigo que cumple sus promesas".
"El anuncio de esta noche ha enviado un claro mensaje al mundo de que Estados Unidos reconoce a Jerusalén como la capital indivisible del Estado de Israel", informó en una declaración oficial.
El presidente palestino, Mahmud Abás, ha insistido en que instalar la embajada estadounidense en Jerusalén supondría una "agresión" y cruzar una "línea roja" inaceptable para la solución del conflicto.
La "amenaza de Irán"
Los dos líderes discutieron el acuerdo nuclear con Irán, el proceso de paz con los palestinos y "otros asuntos", informó la oficina del primer ministro, sin aportar más detalles sobre el contenido.
"El primer ministro expresó el deseo de trabajar con la visión compartida del presidente Trump para promover la paz y la seguridad en la región", manifiesta el comunicado.
Trump invitó al primer ministro a visitar a Washington en una fecha que será determinada los próximos días.
Es la primera vez que ambos mandatarios hablan desde la investidura del viernes de Trump y la conversación ha sido recibida como el comienzo de una nueva etapa que terminará con las tensiones que han protagonizado las relaciones con el Gobierno de Barack Obama.
Colonización de territorios en Cisjordania
El ala dura del Ejecutivo israelí, que cree que Trump jugará a su favor, intentó que se votara este domingo una propuesta de ley para anexionar la colonia de Maalé Adumim en Cisjordania, como un primer paso de una campaña de anexión unilateral de las tierras que Israel ocupó en 1967.
Netanyahu pidió su aplazamiento, a la espera de reunirse con el presidente estadounidense y establecer las relaciones que van a mantener, hecho que la ministra de Justicia, Ayelet Shaked, ha criticado porque considera que Estados Unidos no debe marcar la agenda israelí.
"Tenemos que decir al gobierno estadounidense lo que queremos y no esperar órdenes de ellos", defendió en la radio israelí.
Sobre el conflicto palestino-israelí, y en particular los asentamientos judíos, Netanyahu ha declarado que "nadie más que él y el gobierno del Likud se preocupan por ellos", pero agregó que la construcción en las colonias debe hacerse "con cabeza y responsabilidad".
Trump ha manifestado su "apoyo incondicional al país", pero Netanyahu quiere comenzar con buen pie y evitó que se votara la anexión de la colonia, a cambio de prometer que levantará las restricciones para ampliar los asentamientos en Jerusalén Este, uno de los puntos de mayor fricción con la Administración de Obama.
La Alcaldía de Jerusalén aprobó por la mañana 566 viviendas en Pisgat Zeev, Ramot y Ramot Shlomó, todas en la zona oriental de Jerusalén que los palestinos reclaman como capital de su futuro estado.
El mandatario israelí planteó ante los ministros del Likud su idea de los dos estados y dijo que estaba preparado para dar a los palestinos "algo menos que un estado".
Nabil Abu Rudaina, portavoz del presidente palestino, Mahmud Abás, condenó hoy la aprobación de la alcaldía que calificó de "afrenta" al Consejo de Seguridad de la ONU y a la resolución 2334 aprobada en diciembre que pide el fin de la colonización.
Sobre Irán, Netanyhu adelantó que se centraría en la conversación con Trump en "detener la amenaza que se proyecta del mal acuerdo alcanzado", y afirmó que sigue siendo "el objetivo supremo del Estado de Israel".
El Gobierno espera mejorar sus relaciones con Estados Unidos después de ocho años de altibajos por las críticas de Obama a la colonización judía del territorio ocupado de Cisjordania y Jerusalén Este, y el acercamiento con Irán, con la aprobación del pacto nuclear en 2015 para frenar su programa nuclear.