El exdirector del FBI, James Comey, testificará este jueves diciendo que el presidente Donald Trump, le ha presionado repetidas veces para que dijera públicamente que no había ninguna investigación federal en curso sobre él, sobre la posible injerencia rusa en las elecciones de 2016.
Según una declaración escrita, publicada por el Comité de Inteligencia del Senado, Comey dijo a Trump en al menos una ocasión, en enero, que éste no estaba siendo investigado, si no que sus investigadores estaban buscando posibles conexiones entre socios de Trump y las injerencias de Rusia en las elecciones.
El exdirector del FBI recuerda también una llamada del presidente, el 30 de marzo, en la que le preguntaba por posibles maneras de "apartar las sospechas" de Trump en la investigación. Además, el presidente sugirió que las investigaciones sobre el tema estaban minando su capacidad de gobernar.
Según el mismo documento, Comey se negó a hacer cualquier declaración publica sobre el tema, porque la situación podría cambiar a cualquier momento. "No le conté al presidente que el FBI y el Departamento de Justicia no querían hacer declaraciones públicas sobre la inexistencia de una investigación abierta sobre Trump por muchas razones, la más importante porque nos obligaría a rectificar en el caso de que la situación cambiara".
Comey señala también que Trump le pidió que parara las investigaciones sobre los posibles vínculos de su exasesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn con Rusia. "Necesito y espero lealtad", le habría dicho el presidente.
Tan solo una semana después de jurar el cargo, Donald Trump habría cenado con Comey y, durante la velada, le habría preguntado si quería mantener su cargo en el FBI, algo que Comey interpretó como un intento de establecer una "relación de control". "Me preocupó mucho, teniendo en cuenta la tradicional independencia del FBI", ha recordado Comey.